domingo, 25 de noviembre de 2018

Retrato del natural. Como si fuera un Goya intemporal pintando un nuevo 1898. Pero esta vez sin la excusa de las colonias



La legaña de España tiene miedo al colirio.
Se caga en el slip, donde no dijo digo
tampoco dice Diego...
que ya no tiene nada que añadir
al balido impotente del borrego
centrado solamente en su redil.

Ya no dice ni hace, se amedrenta,
rebufa despacito para que no se oiga
el crujir pertinaz del finiquito.
Se encoge y carraspea
mientras con la calculadora de los votos
y el síndrome del pufo
se centra en el big-bang de su diarrea.

La bandera es un moco pegajoso
que le enreda los cables y la lengua,
los cómicos la bomba de Hiroshima,
los payasos son gansters retorcidos
de  lo más peligroso,
y los raperos, ay, esos raperos...
el mismo Satanás despendolado;
en cambio el lodazal es tan decente
si viene de las urnas intocables
al menos desde fuera,
tan chachi y tan discreto,
tan solvente y agudo, tan togado,
y especialmente experto
en la ley del embudo
que no ya cabe más en tanto acierto
que adorar en la patria de los ciegos
el trono y la corona bajo palio
de cuernos bendecidos y putos consagrados,
corinna de los tuertos,de los pícaros cojos
que cogen lo que pillan,
ya sean elefantes o millones
ganados con esfuerzo y sacrificio
de caderas y huesos consumidos
por derroches y excesos
a base de reales comisiones
y sabrosas mordidas de estropicio,
que no son calderilla sino el pago
por tanta soberana maravilla,
la hipoteca de un pueblo desnortado
que paga sin dudar la deuda encalomada
por ser pisoteado con tanta dignidad
devota y campechana
y por ese abolengo en diferido
como tela de araña
en la fosa podrida del olvido.

Al pueblo que ha perdido la memoria
y traga cualquier sapo  que le den por la tele
con promesas que nunca se concretan
ni se cumplen, entre bulos, mentiras
y burdeles, romerías y ferias de ganado,
que confunde lo firme y lo acertado con lo duro
potente y vocinglero, con lo tirao palante
y con lo chulo,
solo le queda el karma del suplicio:
el muermo de un pasado que no acaba,
un presente de mierda sin salida
y que si no se cambia es imposible,
más la miseria cierta de un futuro
que solo es suma y sigue
del presente:
el único recurso disponible. 

 Así que ¡a despertarse!
y carpe diem
en el mejor sentido de la frase.



"En la Tierra hace falta personas 
que construyan más y destruyan menos
que prometan menos y resuelvan más
que esperen recibir menos y dar más,
que digan: mejor ahora que mañana"  

      Txarango     (El cor de la Terra)                        







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