lunes, 19 de noviembre de 2018

La voz de Iñaki






El otro gran misterio político de Andalucía

El éxito del PSOE en Andalucía tiene varias caras


Todos los sondeos indican que el PSOE volverá a ganar en Andalucía y reaparece la vieja pregunta: ¿cómo es posible después de casi 40 años? Una pregunta respondida siempre de manera demasiado rápida por pereza intelectual o por mala fe.
No se considera más explicación que las dadivas y los subsidios con los que los socialistas sobornan a los andaluces los cuales como sabemos son parásitos de nacimiento. Se desdeña cualquier acierto, cualquier aportación, cualquier mérito del tipo que sea, que los ha habido sabido naturalmente y que también puntúan, y tampoco se analiza ese fondo de identificación entre Partido Socialista y Comunidad que merecería ser estudiado sin prejuicios y con detenimiento porque tiene muchos más pliegues de lo que parece.
Por otra parte, se ignora siempre una de las principales razones de la permanencia socialista: la ineptitud del PP. Porque ese PP andaluz de descomunal incompetencia es el otro gran misterio político de Andalucía. Que en 40 años no haya sido capaz de construir alternativa, ni siquiera cuando gobernaba en España con mayoría aplastante, que ha perdido hasta cuando ha ganado por su incapacidad para aliarse con alguien es algo que se comenta de pasada pero que también es una proeza digna de ser examinada con atención. Cuarenta años sin embrión de proyecto político ni asomo de autocrítica. Ciudadanos y Podemos en muchísimo menos tiempo se han perfilado mejor. Javier Arenas debería explicarnos el secreto de ese arte para no dar una. Po eso escucho ahora con mucha atención los mensajes de Pablo Casado con su extenuante gira andaluza por ver si observo alguna novedad. Por el momento no.

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Viví tres años en Andalucía. Es una tierra entrañable y tiene, entre otras muchas, la virtud estoica y sabia de ser feliz con cualquier cosa, mientras esa cosa no la violente, ni la disturbie y sin abusar, comprenda su idiosincrasia. Sólo en Andalucía está siendo posible que un milagro como el de Marinaleda dure tantos años. La tolerancia comprensiva del Psoe también coopera a ello, qué duda cabe; con el  pp gobernando seguramente Marinaleda sería aun el felpudo jornalero y esclavista de los ducados como lo fue durante toda su vieja historia hasta que un alcalde de izquierda real despertó la conciencia de todas y el pueblo se empoderó de sí mismo, con dinero del ayuntamiento ha ido comprando el derecho territorial que el estado siempre le niega a los pobres. Y ahora es dueña de su destino laboral y de su dignidad. Seguramente con el pp en el gobierno ese proceso de liberación se habría frustrado con leyes sacadas de la manga ad hoc, y caciques desvergonzados, que habrían dinamitado la democracia y la capacidad gestora municipal a base de tramas corruptas mucho peores que el trinke de los EREs. Tiene toda la lógica que un pp terminator  haga buena cualquier cosa que no sea él. Pero eso no debería convertirse nunca en un pantano de aguas inmóviles donde colocar pasarelas  de emergencia y hacerlas vitalicias. El Psoe, como cualquier partido político solo deber ser  una pasarela transitoria para los pueblos que evolucionan en democracia y en derechos y garantías, una herramienta para trabajar la conciencia colectiva en  la temporalidad, nunca un fin en sí mismo, porque entonces se corre el riesgo inevitable de acabar como el pp, la monarquía o el Vaticano: verdadero focos de corrupción institucionales. 
Por eso lo más sano y acertado es el desapego del poder y la responsabilidad del servicio al bien común como ideología compartida y asumida por la ciudadanía y el estado como prolongación cívica y ética, de la que los políticos forman parte por su origen natural, antes de convertirse en casta por inercia y comodidad de todos, y de ellos mismos en primer lugar.
Cuando el mismo partido político se convierte en la panacea inamovible, el pueblo acaba pagando las consecuencias, lo mismo en Catalunya con Convergencia, que en Valemcia con el pp,  que en Andalucía con el Psoe o en Euskadi con el PNV...El poder totalitario de una ideología, por muy buen que sea, en las mismas manos durante generaciones es a largo plazo el peor desgaste de la democracia y de la  transparencia, de la igualdad y de la justicia. Posiblemente si el Psoe no hubiese gobernado España durante cuatro legislaturas seguidas, sino alternas, la democracia y el estado de derecho no habrían ido deteriorándose tan rápido como lo han hecho, posiblemente nunca hubiese habido un GAL ni un Roldán  ni Vera, un Barrionuevo, ni una Aida Alvarez ni un González o un Serra, desmadrados perdiendo el Norte y el pp se habría tenido que educar por fuerza en honestidad, afinar su zafiedad y adecentarse de su cinismo y su patanería, los partidos minoritarios y la participación ciudadana habrían enriquecido y saneado la gobernanza  con su frescura y vitalidad en coaliciones como está sucediendo ahora en los ayuntamientos del cambio.
Que Andalucía sea sufrida y se conforme estoicamente en plan 'Virgencita que me quede como estoy' no significa que ese estado de conciencia social y política sea el mejor ni lo más deseable para una autonomía ni para un estado, que lleva el fango adherido desde su fundación en forma de monarquía heredera de una dictadura, con todo lo que ello implica en retraso evolutivo como sociedad, como cultura y soberanía del pueblo, que no es populismo, sino la premisa institucional sine qua non en una democracia de verdad.
La pregunta sigue siendo, para cualquier autonomía y para el estado central:
¿Lo de España es de verdad una democracia o solo un ensayo miedoso, timorato, teatral y cortoplacista 'acoplategui'?


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