La anécdota Cosidó
La "crisis de las hipotecas" es, sin lugar a dudas, mucho más
importante que el Whatsapp del senador Cosidó, pero es al mismo tiempo
menos expresiva del desmoronamiento de nuestro sistema constitucional
El Whatsapp desnuda el proceso de renovación del CGPJ, pone en cuestión la "imparcialidad objetiva" del candidato pactado como presidente
El Whatsapp desnuda el proceso de renovación del CGPJ, pone en cuestión la "imparcialidad objetiva" del candidato pactado como presidente

Cuando un ordenamiento
constitucional se está desmoronando pasan cosas que no ocurren cuando no
hay fatiga en los materiales con los que ha sido construido. Se
producen desajustes permanentemente en el funcionamiento de las
instituciones por las circunstancias más variadas, previsibles o
susceptibles de ser previstas en algunos casos o completamente
imprevisibles en otros. El sistema inmunológico del organismo
constitucional deja de estar operativo y las enfermedades oportunistas
se multiplican. Y hacen acto de presencia sin orden ni concierto.
Es lo que acaba de ocurrir con la renovación del Consejo General del
Poder Judicial. Cuando a toda velocidad, como consecuencia del último
episodio de crisis de legitimidad en el Tribunal Supremo con motivo de
la decisión sobre las hipotecas, el Gobierno y el PP deciden que no es
posible no renovar el CGPJ en la fecha constitucionalmente prevista,
porque la justicia española no admite un gramo más de desprestigio, y se
ponen de acuerdo en la designación de sus veinte miembros con el
compromiso de que Manuel Marchena sería elegido Presidente de CGPJ y,
por tanto, del Tribunal Supremo. Entonces, uno de los negociadores del
pacto por parte del PP, el senador Cosidó, lo dinamita enviando un
Whatsapp a sus compañeros de partido en el Senado en los términos que
doy por supuesto que son conocidos.
La "crisis de las hipotecas" es, sin lugar a dudas,
mucho más importante que el Whatsapp del senador Cosidó, pero es al
mismo tiempo menos expresiva del desmoronamiento de nuestro sistema
constitucional. La crisis de las hipotecas se pudo prever y se pudo
evitar. Es un indicador de falta de reflejos en el Presidente de la Sala
Tercera, que debió convocar el Pleno antes y no después. Es un error
que no debería haberse producido, pero nada más. También nada menos por
el órgano, por la materia de la que se trataba y por la forma en que se
corrigió. Pero un error en el ejercicio de la función jurisdiccional,
susceptible de ser corregido. De hecho el Gobierno lo corregiría
aprobando un Decreto-ley, en el que, pro futuro, dispone que sea el
banco el sujeto pasivo del impuesto de actos jurídicos documentados. La
jurisprudencia que se corrigió en el Pleno de la Sala Tercera pro
pretérito, se ha convertido en la solución legislativa pro futuro. No
hay mal que por bien no venga, que diría el refrán.
El Whatsapp del senador Cosidó en sí mismo no es nada. Es una anécdota.
Y, sin embargo, es un indicador del avanzado proceso de desmoronamiento
del edificio constitucional. El Whatsapp es expresión de la vanidad de
su autor, por un lado, y del desasosiego en que se encuentran los
senadores del PP a los que su jefe de filas se ha considerado obligado a
tranquilizarlos "vendiéndole" las ventajas del pacto alcanzado con el
PSOE. Tranquilos, que salimos ganando. Pero, al redactarlo en la forma
en que lo ha hecho y, sobre todo, al hacerse público, el Whatsapp
desnuda el proceso de renovación del CGPJ, pone en cuestión la
“imparcialidad objetiva” del candidato pactado como presidente e
insulta, de paso, a otro de los miembros, del que se dice que es mejor
tenerlo en el CGPJ que en la Audiencia Nacional dictando sentencias.
El Whatsapp del senador Cosidó es un ejemplo de libro de la anécdota
que se convierte en categoría. Certifica la corrupción institucional en
la cúspide del poder judicial, que se intuye, pero que no resulta
visible. Cosidó es el niño del cuento que grita lo que todo el mundo
está viendo pero nadie se atreve a decir: que el rey (el CGPJ y su
procedimiento de renovación) está desnudo.
A
diferencia de la crisis de las hipotecas, la "anécdota Cosidó" tiene
difícil solución. ¿Va a ser posible pactar la renovación del CGPJ tras
haber anunciado el PP la ruptura del pacto? ¿Puede aceptar el Gobierno
la exigencia de la dimisión o destitución de la ministra de Justicia
para volver a la senda de la negociación? ¿Puede seguir teniendo
credibilidad el CGPJ como órgano constitucional? Y, más en concreto, en
relación con la situación que se vive en Catalunya, ¿no se ve afectada
la "imparcialidad objetiva" de Manuel Marchena como magistrado que va a
presidir el juicio contra los acusados de rebelión entre otros delitos
por los actos que tuvieron lugar con ocasión de la convocatoria del
referéndum del 1-O de 2017?
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