miércoles, 3 de agosto de 2016

Qué vergüenza, qué impudicia, qué asco de desgobierno desgarramantas


Montoro desdice su carta al asegurar ahora que no ha pedido cerrar la EMT

Asegura que no han solicitado la supresión de la EMT, cuando la carta dice textualmente que da "un plazo de 15 días" para que informe de "la extinción".


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 El escriba flipado




Había una vez un circo
que no alegraba jamás
ni el corazón ni las ganas
del sufrido personal,
con payasos apiñados
en decúbito supino,
lleno de cantamañanas.

Entre todos los payasos
de aquella burda quincalla
destacaba uno especial
por su charme y por su labia,
y se llamaba Cristóbal,
Cristobita le decían
por las calles de su pueblo
si a las fiestas acudía
con su nariz de los chinos,
con su cucurucho tieso
sobre el suelo reluciente
que es fenómeno frecuente
en las ausencias de pelo.
Una mirada potente,
una sonrisa adobada
con babillas renuentes
para pasar las facturas
de un desgobierno indecente
que le había colocado
dirigiendo el ministerio
de payasadas al dente.

Allí andaba Cristobita
a los pies del presidente
al que llevaba y traía
las facturas impagadas
en cartapacios ingentes
y a la vez enardecía
los ánimos desfondados
del político saliente
y que no quería salir
aunque cantasen las cifras,
lo pidiese el Parlamento,
se lo exigiera la gente
y aunque el mismísimo rey
lo pidiese de rodillas
y a punto de darle el dengue.

Cristobita el payasete,
que para más jerigonza
se apellidaba Montoro,
como buen siervo aplicado
procuraba estar al loro
para descubrir tapujos
y truños de poca monta;
por unos cincuenta eurillos
que por descuido o despiste
no cuadrasen en las cuentas
el contable Cristobita
desahuciaba y arruinaba
a cualquier lerdo pardillo,
pero si ya se trataba
de cantidades potentes,
el incansable payaso
miraba para otro sitio
y premiaba al evasor
con diversos beneficios.
Así pasaban los años
e infames legislaturas,
los payasos apiñados
y el presidente encofrado
en idéntica postura.

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Un mediodía de agosto,
presa de una insolación
las neuronas del payaso
se dieron un atracón
de tanto rayo solar
sobre el cráneo desprovisto
de materia capilar
y fue tal el sofocón
que el cerebro montoriano
se le puso a delirar
y creyó que la EMT
del transporte valenciá
en vez de ser una empresa
de origen municipal
y por ello del Estado,
era como una SICAV
que funcionaba por libre
y sin contar con Hacienda,
y sin pensarlo dos veces
le escribió una carta urgente
al alcalde negociante
y pensando según él,
que pretendiendo forrarse
al estilo del pp,
explotaba aquella empresa
con un morro quepaqué...

Cuando la carta leyó
el pleno consistorial
de la ciudad de la horchata
y la prensa nacional
se hizo eco del dislate,
del asombro no salían
y se quedaron de piedra
medios y ciudadanía,
leyendo tal zaranzaja
con alcalde y concejales
y la chufla de Montoro
y ese don de profecía
que el cielo le concedió
seguramente un mal día
para repartir sus dones
entre la feligresía
de ministerios trincones;

y el alcalde respondió
y el payaso graciosillo
de estuco se le quedó
al presidente en funciones,
y en cosa de pocas horas
hubo de rectificar
su misiva detractora
privada de fundamento
que en otro tiempo y lugar,
en cualquier nación normal,
habría significado
dimitir en un plísplás.
Pero en España es difícil
pensar en la dimisión
porque el verbo dimitir
lo mismo que adecentar,
respetar y decidir,
no está en la Constitución.
Por eso cualquier mindundi
que consiga que le voten
puede hacer lo que le plazca
sin tener que responder
ni al Estado ni a las Cortes
ni a unas leyes sin soporte
en tribunal baladí,
donde los fiscales cantan
la Traviata en hassaní
si un corrupto poderoso
ordena con frenesí
la sentencia apetecida,
y los payasos aplauden
cada ingeniosa salida
de la caspa moncloví.


La hazaña de aquel payaso
parrandero y ppoppular
se ha convertido en canción
y ya se escucha cantar
de las Torres de Serranos
hasta las Torres de Quart:

Montoro escribió una carta
queriendo embargarlo todo
y València alucinaba
con la carta de Montoro.

Montoro escribió una carta
queriendo arramblar con todo
y las redes se tronchaban
con la carta de Montoro.

Montoro escribió una carta
haciendo la cobra al foro
y convirtieron en falla
la epístola de Montoro"


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