martes, 2 de agosto de 2016

Menos religión y más conciencia, iglesia católica y parabólica. Diabólica también.




Los que recortan y pitufean nos critican porque cuidamos a las personas acogidas y supervisamos su atención
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¿Estos son los "frutos" del Espíritu Santo? o ¿Qué dirá el E.S. cuando vea estas cosas? Una religión decente, ante basuras así, interminables, debería disolverse a sí misma por corrupta desde la base hasta la cúpula. Sepulcros blanqueados, como el dinero negro. Y luego hablan de amor fraterno. Menos mal...que si llegan a hablar de odio, no sé que harían.

"Ya puedo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles,que si no tengo amor solo soy una campana que resuena o unos platillos ruidosos.Ya puedo hablar inspirado, tener toda la fe hasta mover montañas,que si no tengo amor, no soy nada; ya puedo dar en limosnas todo lo que tengo, ya puedo ser un mártir, que si no soy amor, de nada me sirve", dicen sus textos devocionales...Palabras que se quedan en el aire y pocas veces se hacer carne, como ese Verbo al que también adoran y  alaban de boquilla, sin rozar ni por asomo su realidad. Miran pero no ven, oyen pero no comprenden aunque creen saberlo lo todo, a lo mejor es por eso. Con tanto rezo y tanto sermón no hay espacio para el silencio interior ni para la escucha; no puede escuchar quien solo predica ni quienes solo oyen la devota cháchara que se graba en el disco cada vez más duro de las mentes teledirigidas y las emociones programadas desde el confesionario y el catecismo. Desde el dogma, que es como el ideario aparatista de un partido totalitario. De encíclica en encíclica. Siempre diciendo lo que se debe hacer, pero jamás demostrando cómo se hace en la práctica, que es, justo, la negación de las piadosas y teóricas elucubraciones repetitivas. Mientras lo que ellos imaginan como "dios" se les escapa entre misterios que no lo son, y es siempre nuevo, vivísimo, impredecible y sorprendente. Todo lo contrario que ellos y su mundo de miedos y amenazas, premios y castigos que no se distinguen entre sí -¿qué premio sería un paraíso gobernado por un Vaticano del más allá? Da miedo pensarlo-. Eso que explican como si lo conociesen de pe a pa, a lo que llaman "dios" igual que los antiguos fetichismos, está vivo en el hombre, en la mujer y en la naturaleza y mucho más cerca de la poesía, de la música y del pensamiento libre y coherente, de la ciencia limpia de intereses egocéntricos, de la ética y del bien común, que de las pirámides del poder y sus intrigas sin  más fundamento ni esencia que la ambición y la soberbia. Y la mentira como decorado y banda sonora. 



 

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