Antes de votar conviene hacer un seguimiento de las campañas electorales, no tanto por lo que prometen los partidos como por el modo en que se comportan los candidatos y candidatas. No hay un solo partido que no prometa la luna dentro de su tendencia. Ninguno, por supuesto, nos va a contar las goteras que tiene, lo corrupto que es, lo que miente, lo dividido que está, lo dogmático o jerárquico que es ni las promesas huecas que hace.
Está muy bien leerse los programas electorales más que nada para comprobar la tendencia ideológica y las motivaciones que subyacen en ellas; por lo demás, ya sabemos por experiencia que una cosa es hablar y otra hacer y conseguir lo hablado. Que una cosa es predicar y otra dar trigo.
Aquí van algunas sugerencias más sutiles que pueden ayudarnos a la hora de elegir la sigla y la lista de candidatos.
a) Observar la diferencia de imagen del candidato/a entre el antes de la campaña y la campaña en sí. Los hay que no dan un palo al agua nada más que en las campañas electorales, colocados en primera línea y exhibiéndose como pavos reales y paladines de la causa, el resto del tiempo apenas hacen algo salvo para ellos mismos.
b) Tener en cuenta si el discurso se basa más en explicar el contenido de lo que se propone o en atacar a los rivales políticos. Hay candidatos cuya campaña solo consiste en despellejar a los demás, les acusan de lo peor, enturbian todo para brillar ellos, porque no tienen luz propia, por eso necesitan emborronar al resto y no sueltan prenda sobre el desarrollo concreto de sus programas, están mucho más interesados en la estrategia ganadora que en el contenido y análisis de sus propuestas.
c) Los hay que hablan mucho más de su rollo particular y que jamás dialogan ni preguntan a los electores acerca de la vida concreta. Realmente el candidato más válido es el que hace su programa electoral más que a base de mítines y arengas, a partir de la escucha en las plazas y en la calle, a partir de lo que le va sugiriendo la ciudadanía, de las urgencias y necesidades más imperiosas. No hay algo más motivador para el electorado que comprobar el cumplimiento veraz de sus exigencias y peticiones, por parte de políticos.
d) Hay que tener en cuenta la disposición personal, el lado sincero y entrañable del candidato, sin comedia de por medio, que no es seductor sino limpio y directo, claro; su humanidad, su naturaleza amable o áspera y prepotente, recordar como se ha comportado los cuatro años anteriores a las elecciones, su talante conciliador y respetuoso o sus malos modos, su falta de auto control, como se toma las críticas, si acepta que le corrijan o va de enterao en todo, su empatía y su capacidad dialógica. Observar sus entrevistas en videos y tertulias, las respuestas que da y en qué tono se dirige a los demás.
Tengamos en cuenta que ese candidato, si gana, será el presidente del Ejecutivo y que de él van a depender la solución o la complicación de muchos entuertos y dificultades. Que un presidente lúcido elegirá ministros lúcidos, que un merluzo, un corrupto, un chuleta, un intrigante sin escrúpulos o un chanchullero o un imbécil egópata, elegirá su equipo de gobierno a la altura de sus entendederas y capacidades, o un berzas que acepte los colaboradores que le impongan los gerifaltes de su partido y del establishment; un mediocre nunca elegirá un equipo de gobierno que le supere en cualidades e inteligencia, porque no se fía de nadie que le parezca o tenga fama de ser mejor que él, piensa que si lo hace ya no brillará él sino su subordinado y eso no lo puede consentir el código de la mediocridad, que ya da todo por conocido y controlado. A los más destacados y valorados, cuya brillantez podría eclipsar la suya, los coloca en los puestos de menos relevancia, pero los utiliza como propaganda de cara a la galería, les adula o los trata muy bien en plan peloteo, pero procura humillarlos y colocarles en puestos muy por debajo de sus capacidades. El mediocre no soporta en su entorno alguien con más cualidades que él.
En el gobierno del pp hemos podido comprobar directamente qué significa estar gobernados por un clan de mediocres elegidos por el mediocre plasmático más destacado como mediocre y como plasta-plasma. No hemos podido tener mejor ejemplo de calamidad absoluta como referencia para no reincidir.
Ahora despunta su alevín, Rivera, que mejorando lo presente ya revela maneras demoledoras, asegurando que las dictaduras tampoco son para tanto y que las hay buenas y todo, que no es lo que parece ni lo que dice Venezuela, donde el único error, en la lógica riveril, es solamente la ideología del dictador de turno. Vaya telita y concepto de la sigla: ciudadanos anaranjados, dispuestos al suplicio si la dictadura le mola al parné internacional, que en el fondo es el que corta el bacalao. O sea, que con naranjín saldríamos de Guatemala para aterrizar en Guatepésima, él tomaría el testigo del pp, evitando la corrupción a cara vista pero aumentando la otra corrupción,ésa que acarrea la falta de ética política, algo que ya está demostrando en los juegos más que sucios de su campaña recién estrenada en viajes cosmopolitas para hacer su puesta de largo internacional como mesías cítrico del huerto ehpañó,mientras que jamás se le ha ocurrido ir a parar desahucios, por ejemplo y mediar con su amiga la banca para que no expolie o deje respirar a sus víctimas. Claro, que ese electorado no es el suyo, no tiene sentido perder el tiempo con gentuza que no dispone de liquidez para seguir pagando una hipoteca o un alquiler; al fin y al cabo, pocos votos les va a sacar en conjunto, así que mucho mejor cooperar a que se acojan refugiados venezolanos con más glamour, e incluso que se les conceda la ciudadanía ipso-facto, de urgencia y que hasta voten por correo. Apuesto lo que sea a que el pp ha pensado en la misma milonga. Menudo golpe de estrategia. La verdad es que esa campaña pre-electoral de Riverín por esos mundos Dios, huele que apesta a proselitismo votante por correo con los españoles emigrados, tan legítimo como demagógico. Aunque la posible cruzada del voto volandero no le dará para mucho, solo le votarán los pijuelos que le votarían aquí. Una minoría ridícula comparada con los emigrantes de verdad, a los que se les impide votar porque no se les informa a tiempo de los trámites o se les dan los plazos erróneos; son los que no se han ido con una beca de universidad católica o con la pasta de los papis forrados, sino por mera supervivencia, a trabajar en lo primero que haya, porque no encontraron forma de ganarse la vida con sus estudios de arquitectura, ingenierías varias, medicina, filología, pedagogía, economía, psicología, historia, arqueología, matemáticas, física , química, farmacia, periodismo, trabajo social, etc, etc...Nuestra riqueza más valiosa desperdigada por el mundo y sobeteada vilmente en las campañas electorales por aquellos que se pasan las legislaturas completamente al margen de ellos y de sus necesidades y problemas.
Aquí,las ciudadanas de verdad, no las de Riverín, vamos tomando nota de todo, aunque no lo parezca, y ante las urnas, pensamos y recordamos la agenda del abuso y del disparate. Es verdad que hasta ahora se había funcionado por inercias, pero lo del bloqueo institucional de medio año perdido entre zarandajas inútiles cobrando de nuestros impuestos, bloqueados por los tiquismiquis de un socialismo de quita y pon, los paraísos fiscales como agujeros negros tragándose el alma y los recursos de España, los okupas en funciones del Ejecutivo, el choteo y la desobediencia al Jefe del Estado por parte de Rajoy que lo ha dejado a la altura del betún, aún más y poniendo en evidencia el despilfarro que supone mantener tanta solemne inutilidad, la corrupción a saco, las mentiras y la tomadura de pelo al sufrimiento en ese circo del truco, no ha sido en vano. Ya hemos visto de verdad quién es quién, no de cara a la abstención ni al mantra fascista del "todos son iguales", sino de cara al chapapote de una política vomitiva, que no queremos soportar nunca mais.
Preferimos el riesgo de enfrentarnos a la UE y a la troika, seguro que no son peores que estos rufianes, preferimos afrontar cualquier presión extranjera, antes que esta podredumbre nacional y parásita, traidora y torpe. Perversa. Queremos que se vayan y para siempre los caciques, que la ciudadanía serenamente, desde la municipalidad y unas autonomías confederadas se vaya haciendo cargo de solucionar un problema viejísimo: aprender a ser libres, eficientes y solidarios sin un régimen negrero que nos explote con mentiras continuas y nos extermine para llevarse crudos nuestros despojos a Panamá, a Las Maldivas, a Andorra, a Luxemburgo o a Suiza.
El 26J, por fin, diremos basta. Que no les quepa la menor duda. No se tiene miedo a lo que pueda ocurrir cuando lo que está ocurriendo es lo peor que se ha sufrido jamás. Nada puede ser peor que soportar atados de pies y manos por leyes inmorales legisladas contra la ciudadanía y a favor de intereses corrompidos, la crueldad implacable de los que gobiernan el propio país, con la amenaza de que puede ser peor si no gobiernan ellos. Basta. Hasta aquí hemos llegado; rien ne va plus. The game is over. A la puta calle, señorías (¡?). El Parlamento es de la ciudadanía que lo paga. Lo mismo que La Moncloa, La Zarzuela y todos los palacios del Patrimonio Nacional y si aún no han caído en la cuenta ya es hora de que lo hagan, leñe!
El 26J, por fin, diremos basta. Que no les quepa la menor duda. No se tiene miedo a lo que pueda ocurrir cuando lo que está ocurriendo es lo peor que se ha sufrido jamás. Nada puede ser peor que soportar atados de pies y manos por leyes inmorales legisladas contra la ciudadanía y a favor de intereses corrompidos, la crueldad implacable de los que gobiernan el propio país, con la amenaza de que puede ser peor si no gobiernan ellos. Basta. Hasta aquí hemos llegado; rien ne va plus. The game is over. A la puta calle, señorías (¡?). El Parlamento es de la ciudadanía que lo paga. Lo mismo que La Moncloa, La Zarzuela y todos los palacios del Patrimonio Nacional y si aún no han caído en la cuenta ya es hora de que lo hagan, leñe!
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