No es nada extraño que la injusticia institucionalizada como legalidad y modus regendi, tenga pánico al cambio y vea horrible el programa que aspira a restaurar la decencia que enriquece de verdad a un Estado y a una sociedad.
No hay mejores inversiones que las que se hacen en justicia, en igualdad y en apoyo mutuo, en libertad y en derechos humanos, en educación laica, gratuita, de calidad y en cultura, ciencia e investigación para una vida saludable y no para el exterminio. No hay mejor ni más acertada inversión que la que se hace en humanidad, porque de ella deriva la mejor de las riquezas y avances. Hay que buscar también el producto interior bruto del bien estar social y no solo en pelas y números, que si todo se reduce al juego financiero, lo único que se acaba produciendo es la desgracia colectiva y la patología adictiva e insaciable de los cleptócratas que a su vez es la ruina globalizada y la rapiña consumista y tóxica, que está acabando con el Planeta, nuestra verdadera fuente de recursos. Una sociedad compuesta por individuos más felices es mucho más inteligente, avanzada y justa, que otra llena de tensiones, miserias, avaricias y crueldades.
¿Debemos permitir con el miedo, la comodidad, la resignación o la indiferencia, que una minoría dinosáurica nos impida avanzar? Somos millones ellos no. Nuestro recurso más asequible para cambiar esto es votar lo menos nocivo del elenco electoral. Por más que digan, no es lo mismo la crisis griega con Syriza que con la derecha que machacó Grecia de acuerdo con la Troika, aunque ésta aún ronde la calle y los bancos helenos. Un gobierno con leyes más justas hace más llevadera la barbarie global. Eso han pensado también los portugueses y los italianos. Necesitamos como el comer una Europa del Sur comprometida con los valores de la decencia y de la justicia y confederada en la ética social.
Ara mateix, en este mismo instante, Barcelona amb la sang vermella y el corazón à l'esquerra, como toda la humanidad, somriu à la plaça. Unidas podem amb todo! Valga este mezcladillo de paraules per a simbolizar que en qualsevol raconet de la geografía compartida cocemos les mateixes fabes de la misma esperanza. Un'abraçada molt gran des.de València, penya catalana!
Ara mateix, en este mismo instante, Barcelona amb la sang vermella y el corazón à l'esquerra, como toda la humanidad, somriu à la plaça. Unidas podem amb todo! Valga este mezcladillo de paraules per a simbolizar que en qualsevol raconet de la geografía compartida cocemos les mateixes fabes de la misma esperanza. Un'abraçada molt gran des.de València, penya catalana!
Foto panorámica del acto en Barcelona. ¡Espectacular! #Somriu26J
Izquierda Unida
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