En los momentos difíciles lo único que salva las situaciones "imposibles" es la audacia inteligente y responsable, no el miedo disfrazado de ridícula y falsa prudencia. Y no es la audacia del pícaro ni la del cínico, ni la del prepotente ni la de kamikaze suicida. No. Es la audacia del clarividente, de la inspiración constructiva y la de la creación de aquello que aún no se ha realizado y que es imprescindible innovar y /o modificar. El cambio evolutivo de la sabiduría. No sólo la revolución de la rabia o la resignación acomodaticia, obediente, pesetera y asustada, de la mediocridad. Ese salmo reiterativo del "siempre ha sido así y así seguirá siendo" o "así lo hizo mi maestro y así lo haré yo", sin distinguir lo fundamental e inmutable, como son ética, honestidad, transparencia y decencia, compasión y piedad, justicia, coherencia y valentía, de lo que es mutable: hechos temporales, crisis de distinta etiología, circunstancias modificadas por movimientos de masas migratorias, guerras, tensiones internacionales o civiles, carestías prefabricadas o spreads de diseño intencional o mercados filibusteros dados al saqueo a través de la política domesticada por el dinero. O cambios en la duración de la vida de los ancianos o el aumento o disminución de la natalidad, remodelación de fronteras, distribución de riquezas, materias primas y elaboradas, energías combustibles, etc, etc...
O sea, que es fundamental distinguir los valores inmutables de los cambios temporales y culturales, y de las circunstancias en que deben ser aplicados esos valores irrecortables e intocables sí o sí. Por ejemplo, el Presidente Obama -con todas las goteras y meteduras de pata que debe asumir en el gobierno de un país de mafiosos y fundamentalistas en "su" particular sentido de la libertad, disfrazados de demócratas con pedigrí- ha demostrado y está demostrando que sabe mantener intactos ciertos valores éticos por encima de las presiones y tentaciones facilonas. Ha conseguido el hito histórico de establecer un sistema estatal de protección, como la seguridad social, no dudó, como Roosvelt escuchando a Keynes, en invertir dinero público para remontar la catástrofe de los bancos y aseguradoras y del desempleo y la bajada en las inversiones; no se ha cortado un duro al plantarle cara al mercado y al glamour de las armas, cuando el psicópata de turno ha arrasado, por enésima vez, una escuela. Evidentemente y con todos sus fallos, digamos que "naturales", Obama no es un mediocre. Está a la altura de la situación y no ha fallado a sus electores. Por eso le han reelegido, a pesar de los errores, que no son tan graves para el país como el peligro de una panda de cretinos millonetis Tea Party fashion amenazando con liquidar lo poco que Reagan y la saga Bush han dejado en pie en el Estado.
Sin embargo en España el jefe de todo es el miedo. Miedo a equivocarse. Miedo a "dar la nota" haciendo demasiadas innovaciones. Como le sucedió a Zapatero, ese "iluso" y provocador reformista, que nos ha llevado a esta crisis horrible, mientras el pp predicaba con el ejemplo de la burbuja corruptriz en los reinos de taifas autonómicos estafando a base de eventos ruinosos para lo público pero muy rentables para lo privado, como los Urdangarines, Calatravas, Correas, Díaz Ferranes, Ruiz Mateos, Fórmula 1, Copa de América, parques temáticos, aeropuertos vacíos dedicados a su gran dictador, visitas papales, proyectos volátiles para Juegos Olímpicos que nunca serán, obras faraónicas que nunca se acaban...etc...Piratas descarados del Estado que aprovechan el trampolín de la democracia para hacerla desembocar en dictadura a juego con el pp europeo que va por la misma onda bilderberg del paso de la oca y el brazo en alto, la cruz gamada mental y el campo de exterminio de los derechos, convertido en el IV Reich de todo el fascio de la primera mitad del siglo XX, resucitado. Redimuerto, pero semoviente. Como los zombies. Nada de igualdades. Nada de sanación de la memoria histórica. Nada de ciudadanía. Nada de atender dependientes. Nada de preocuparse por el bien común. Aquí sólo preocupa la caja privada rellena de dineros públicos, a base de sangre, sudor, lágrimas y desesperación.
Esta etapa apolítica de desgobierno español se refleja con exactitud en la metáfora de esa fiesta de halloween llena hasta la bandera en un cuchitril de pasillo asfixiante, en un local del municipio que todos pagan por partida doble, al ayuntamiento y a los empresarios amiguetes del ayuntamiento; borracheras y colocones de adolescentes sin rumbo, sin futuro y sin educar. Sin valores y sin padres ni perrito que les ladre. Adolescentes hacinados, donde sólo deberían haber entrado mil personas, había quince mil. Como en el Congreso y en el Senado. Como en el Gobierno y en las autonomías. Demasiado público para tan poco espacio y demasiado presupuesto para tan ínfimo rendimiento y tan desastroso fin de fiesta.Y con el añadido de un gobierno "como Dios manda y que hace lo que hay que hacer", y que permite todo este cutrerío asesino sin pestañear y que no tiene nada que decir al respecto, ni a nadie por quién preocuparse. Allí no apareció Rajoy. ¿Para qué, si ya está muy ocupado en sacar brillo al sillón de la Moncloa y en jugar con Merkel al ajedrez de un rescate apalabrado y asegurado como la muerte anunciada en la crónica de García Márquez?
Margiano se divierte mientras espera el jaque mate para los españoles, que no para él. Margiano no quiere y por eso no puede. A él no le va la audacia ni la clarividencia, sino la repetición y el sistema de la ONCE. Bastón para ir tanteando en la invisibilidad las paredes de lo de siempre. Margiano y cierra España a cal y canto, al progreso, a la cultura, a la justicia y a la inteligencia, -como un Santiago fuera de tiesto y de escena- volviendo a los métodos medievales, donde los señores del feudo ignoraban los males que causaban y perpetraban contra los desgraciados seres humanos que pisoteaban alegremente. Magriano y la metáfora de Arena Madrid. Del corredor Mediterráneo en llamas estivales mientras él se paseaba por Ucrania aplaudiendo el fútbol, que es lo único que parece funcionar en España...O de palmero en el Rocío o de peregrino compostelano...O de Don Tancredo ejecutivo (¡?), aunque lo único que hasta el momento está ejecutando es ese extraño pas a deux de un ballet torpón y bufonesco. A la altura del hermano más feo de los Calatrava. Para partirse de risa si no fuera por lo que sus deshabilidades pseudopolíticas están destrozando en nuestra pobre tierra desolada. Y en nuestros conciudadanos más desfavorecidos, que dentro de muy poco podemos ser todos. Incluidos los votantes del trágico desaguisado.
Margiano ha conseguido desgobernar de espaldas y con los ojos vendados, como en La gallinita ciega de Goya. Margiano se divierte. Nunca se ha visto en otra. Ni se volverá a ver, si el mundo no se acaba el sábado próximo.... Por eso, en un destarifado carpe diem aprovecha la ocasión de no querer otra cosa, de no amargarse este cuatrienio de esplendor que seguramente, si lo completa, -y los profetas mayas nos dan permiso- pasará a lo que quede de memoria, como uno de los paréntesis más surrealistas y trágicos de nuestra lamentable Historia de España en el siglo XXI.
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