Comentarios: 159 | JUAN ANTONIO BLAY
El exdirigente del PSOE reclama con franqueza y contundencia a los líderes del partido que elaboren un proyecto ilusionante para los próximos 30 años. El acto 'Gracias Felipe' se convierte en una reivindicación de los logros sociales de los gobiernos socialistas, una denuncia de las perversidades de los mercados y una exigencia para que la UE defienda a las economías en crisis.
Ramón Jáuregui: "No hay nadie mejor que Rubalcaba para liderar el PSOE"
Entrevista al coordinador de la conferencia política
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Muy mal debe estar el PSOE. Mucho más de lo que parece en las elecciones. Y lo digo por el lamentable espectáculo que intenta recuperar a González como símbolo histórico de los valores socialistas. González, el primer presidente de la democracia que entronizó la corrupción como el sistema natural de funcionamiento. El amiguismo. El chanchullo. El cinismo absoluto. El uso de la política para medrar como partido y como negocio. La aniquilación de cualquier vestigio de ética en una política desgarrada por las ambiciones y la desfachatez más alucinante. El monólogo sin contenido donde el "por consiguiente, queda clara la posisión del gobienno" era el prólogo y el epílogo de todo el discurso abracadabrante, sin pies ni cabeza, que nos iba dejando sin rumbo ni paradero detectable como proyecto social, abierto a la incerteza de una Europa amañada en dos velocidades y sin futuro para el sector Sur. Un presidente vocero y encantador de serpientes, experto en el toco-mocho y en el timo de la estampita, al que la justicia ni los poderes "democráticos" se han atrevido a aplicar la memoria histórica. Que se marchó de rositas sin dar cuenta a nadie de los casos terribles como Roldán, Mariano Rubio, Intxaurrondo, Marey, Aida Álvarez, Juan Guerra, BOE, PSV...y la intemerata, en cuanto a manipulación y abusos de poder. Un presidente cuyo palmarés y broche de oro ha sido cargarse para siempre la credibilidad de la ideología que representaba y desmerecía absolutamente.
¿Qué le pasa al PSOE que no es capaz de cruzar el Rubicón de los recuerdos nefastos que considera "victorias" en medio de la presente "derrota"? El PSOE no puede estar tan mal ni tan perdido, como para creer que los baúles de Felipe González guarden la madurez política que nunca tuvo y los recursos necesarios para afrontar este momento crucial en la historia de la humanidad: La caída de un sistema injusto y vergonzoso y el germen naciente de una sociedad postcapitalista y postcomunista. Postreligiosa, pseudoinformada, protodeformada y post engañada. Si el PSOE cree que lo suyo puede solucionarlo la repetición del gonzalismo caradurista y vacío de contenido, es que está mucho peor de lo imaginable.
No es por ahí. No. El PSOE no debe perder el tren del compromiso, aunque es posible que ya lo haya perdido y por eso esté en tales tesituras remember, escarbando en la buhardilla de los restos arqueológicos, de la fosilización político-social-engañócrata, en vez de salir a la calle, no sólo a manifestarse, sino a interesarse de verdad por cada caso, por cada persona, por cada problema, por cada dolor real y tangible, en vez de aprender humildemente lo que ignora, en vez de empezar a trabajar lo nuevo. Hace mucho tiempo que el PSOE ha dejado de ser "humano" y se ha instalado en el partido de la divinidad ausente. Igual que si fuese otro dios de conveniencia con el mismo look de opio del pueblo, y tan dañino como el que denunciaba Marx . Con los mismos vicios y falsas virtudes acomodaticias y la misma performance habitual.
El PSOE, como las iglesias y religiones, ha caído en la trampa de la autovaloración absoluta, de la autoidolatría, se ha olvidado de su función relativa, de su oficio pontifex, hacedor de puentes, facilitador y estimulador de progreso real, de ideas para el crecimiento y la renovación de un mundo acabado que hay que ir sustituyendo por un mundo nuevo y adaptado a una nueva conciencia. No sirven las tallas de antes. La canijez de la partidocracia no puede ponerse las ropas de la solidaridad y de la democracia independiente de los manejos subterráneos donde se mezcla todo en la salsa del mercado y hasta la mirada o el respiro empiezan a tener precio de venta al público. Ni Rubalcaba, que es buena gente y un gestor eficaz, ni Chacón, que de momento no es nada más que una figurante ampulosa, rimbombante y repipi, con más ambición que otra cosa, parecen ser capaces de ofrecer algo mejor. ¿No hay nadie más?
No es posible que al PSOE sólo le quede Felipe González como último baluarte, como "sabio", como faro en la noche del desconcierto y tabla de salvación. Como cimiento de un posible futuro. Y si es así, de verdad, qué pena, tener que renunciar a un partido de izquierda moderada y tenerse que conformar con un espectro político privado de esa referencia imprescindible.
¿Por qué no unirse a IU por medio del diálogo, a los ecologistas, por qué no ser humildes y admitir que tal y como están la sociedad actual les viene enorme, cómo es posible que desperdicien el capital asambleario de la nueva sociedad que está naciendo a sus espaldas y que acabará por arrinconarles en el olvido como opción elegible?
Pobre PSOE. Resulta patético verle en este estado y sacando a González en plan momia de Tutankamon, con el riesgo de que su maldición faraónica contagie y liquide lo que queda de aprovechable en su mapa social.
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