sábado, 25 de febrero de 2012

Adiós a Público


Hoy se anuncia la desaparición en los kioscos del diario Público. Siempre que una herramienta de opinión se liquida, la libertad se queda un poco mutilada. Reconozco que el estilo de ese diario, igual que el de La Sexta, no es santo de mi devoción. Y que posiblemente, más que con el problema económico, su desaparición esté relacionada con la falta de raíces y el uso chabacano del talento mediático. La inmensa mayoría de sus seguidores no están dispuestos a cooperar para asegurar su continuidad porque están igual que ellos, faltos de fuste, de raíces, de valores por los que arriesgar y darlo todo. El paraíso  light provocativo de la señorita Pepis.
Es un poco el retrato robot de la sociedad líquida que describe ese anciano filósofo polaco de apellido impronunciable que critica también las bases del 15M metiéndolas en el mismo saco del periferismo ideológico sin sustancia, pero animado por el oportunismo del momento, como ha sido la trayectoria de Público y de La Sexta, su cadena gemela de tv.
Una sociedad líquida que la crisis está comenzando a convertir en gaseosa. Las crisis sólo derivan en drama cuando el dinero hace mutis por el foro del delito evasivo y desvergonzado, mientras deja a menos cero los sueldos, el empleo, la dignidad los derechos y los recursos sociales. Ése es el problema. La crisis real ya estaba en pie desde hace más de cien años. Con altibajos previstos y subidones   ad hoc, a la carta. La crisis provocó dos espantosas guerras mundiales y cientos de guerras civiles, como la española, la de los Balkanes, la de Corea, de Vietnam, las de Latinoamérica, Líbano, Irán e Irak, la del Golfo, la de Irak otra vez, Afganistán, las de África subsahariana y central y del sur. Somalia, Darfur, Sahara Occidental, dudosas primaveras, veranos, otoños e inviernos árabes...La crisis se ha convertido en un modo de vivir, sólo que hasta ahora no había golpeado con tanta contundencia y recortes a sus mantenedores irresponsables y despistados. Y es, justamente el papel urgente de la prensa más necesaria escarbar con seriedad, rigor y firmeza, sin miedo a ponerse demasiado dramáticos e insistentes, lo que ha dejado a Público y a La Sexta en la estacada de la venta o del cierre forzoso. Ni chicha ni limoná. No se reconocen por los ciudadanos como medios dignos de mantenerse solidariamente.
La exhibición de casas lujosas y de un gusto pésimo, admitir una publicidad repugnante y vejatoria sobre todo para las mujeres, que hace imposible seguir conectados a partir de ciertas horas cada vez más tempranas, hacer de Buenafuente y su narcisismo, de Berto Romero y su enchufe, de Évole y su vocación saltimbanqui, de Wayoming con sus  sus becarias, de películas violentas y sanguinarias, o de la horterada de mademoiselle tampones el gancho fundamental de una cadena o los espacios de páginas impresas y on line, cedidos al cotilleo y al desfogue de "periodistas" de fortuna, improvisados, francotiradores del flahs mediático, como los soldados de antes, no es precisamente una garantía de continuidad en tiempos difíciles hasta para los que de verdad aportan contenidos y trabajo serio.
Es muy chocante que con la salida del PSOE del gobierno, estos dos adalides se batan en retirada. Pero deja de ser chocante cuando se sabe que el alma pater de ese consorcio mediático es el marido de la ex ministra de defensa y candidata derrotada para liderar el partido socialista Carme Chacón. Quizás el PSOE también deba hacer examen de conciencia, además de congresos y debates, mirando qué clase de medios le apoyaron y si esos medios y sus gestores pasarían el control de calidad de don Pablo Iglesias y sus cien años de horadez que ya Rinconete-Felipe González y Cortadillo- Alfonso Guerra desde su Patio de Monipodio monclovita se encargaron de liquidar espectacularmente. Cuando honradez, decencia y transparencia se convirtieron en palabras borradas del diccionario político y social. O sea, que la herida es vieja y todavía está abierta sin sanarse.
Público y La Sexta lo confirman. Y el tortazo electoral del PSOE, también. Cuando un órgano ya no cumple su función se atrofia y desaparece, Darwin dixit. . El madero carcomido de  González no puede seguir siendo el salvavidas  en medio  del naufragio, porque acabará de hundiros hasta su propio abismo. A los españoles aún les funciona la memoria aunque a vosotros parece que os haya atacado un alzehimer generalizado. Renovarse o morir, queridos sociatas. Y renovarse no es  Alfredo ni Carme. Sino todo lo contrario. Escuchar y dar paso a los ciudadanos que están mucho más despiertos y puestos que vosotros. canalizar ese potencial con destreza. Por el bien de todos, también el vuestro. Cuando la sociedad necesita un talla XL no se le puede poner cinco tallas menos porque uno no tenga preparadas las nuevas medidas o todavía esté buscando bajo el farol de la acera de su calle las llaves que perdió en el parque y a oscuras.

Aunque siempre nos apene el cierre de un medio de expresión libre, no podemos dejar de ver la relación directa que existe entre calidad y continuidad, y la relación inversa entre vitaminas y toxinas para una sociedad más evolucionada y más consciente. Sobre todo en momentos cruciales, donde el ciudadano mira con lupa donde pone cada euro y su atención más aguda. 
Lo siento por los periodistas y trabajadores de imprenta que se van al paro con el cierre, pero en el fondo me reconforta que la realidad diaria pase las cosas por su tamiz y filtre el peso específico de los instrumentos humanos que hacen crecer, pensar y cambiar a mejor. O lo contrario.

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