Las viviendas de la Casa Orsola serán gestionadas por la entidad Hàbitat3 con criterios sociales y precios de alquiler asequible
La propiedad, un fondo de inversión, ha aceptado vender el edificio por nueve millones y se han suspendido todos los desahucios previstos.

El Ayuntamiento de Barcelona y la entidad social Hàbitat3 han llegado a un acuerdo para comprar la Casa Orsola, símbolo de la lucha por el derecho a la vivienda y contra la especulación urbanística en la capital catalana. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y la presidenta de Hàbitat3, Carme Trilla, han dado más detalles de la operación en una rueda de prensa este viernes.
Collboni ha anunciado que la compra se ha cerrado por 9,2 millones, “un 30% por debajo del precio de mercado de la Eixample”, según el alcalde. La propiedad compró la finca el 2021 por 6,5 millones. La entidad social será propietaria de algo más de la mitad del bloque y el consistorio de la otra mitad. La compra se ha llevado a cabo en el marco de un proceso de mediación iniciado por el Síndico de Greugues de Barcelona.
Todos los pisos de la Casa Orsola serán gestionados por la entidad Hàbitat3 con criterios sociales y precios de alquiler asequible. La mejor noticia es que se han suspendido todos los desahucios previstos en la finca: "Ningún inquilino tendrá que irse de su casa", ha dicho Collboni. Por su parte, Carme Trilla, presidenta de Hábitat3, ha asegurado que las viviendas vacías que hay en los edificios también "son susceptibles de ser destinadas a la finalidad social”.
"Ningún inquilino tendrá que irse de su casa"
La compra es una operación “innovadora y pionera”, según Collboni, ya que se ha llevado a cabo con una fórmula nueva: la compra social colaborativa. "Compramos el edificio con la entidad Hábitat3 para enviar un mensaje muy claro: hay otras fórmulas de gestión de la propiedad", ha sentenciado.
Collboni alerta, pero, que la Casa Orsola es solo un ejemplo de una tendencia que ya se ha extendido por grandes capitales europeas. En este sentido, ha avisado que los recursos públicos son "limitados": "Necesitamos herramientas que cambien las reglas de juego para parar la escalada de precios y hacer vivienda asequible. Hace falta más y mejor regulación". El alcalde ha hecho referencia a la aplicación de la regulación del precio del alquiler, la suspensión de licencias de pisos turísticos el 2028 para que vuelvan a ser residenciales y la intención de regular el alquiler de temporada.
El Sindicato de Inquilinas critica el precio de la compra
El Ayuntamiento de Barcelona, con Ada Colau al frente, ya había tenido la opción de adquirir la Casa Orsola en 2022, pero finalmente no salió adelante. El edificio era propiedad del fondo de inversión Lioness Inversiones, que quería desalojar los residentes para reformar los apartamentos y ponerlos a la venta a precios de lujo.
La movilización social y la resistencia vecinal, de la mano del Sindicato de Inquilinas, evitó la semana pasada el primer desalojo de la Casa Orsola, el de Josep Torrent, un profesor de 49 años. El próximo desahucio estaba previsto para el 18 de febrero.
La compra de la Casa Orsola por parte del Ayuntamiento lanza también un mensaje a los fondos de inversión que compran edificios enteros para reformarlos y ponerlos en alquiler de temporada. Después del aplazamiento del primer desahucio, el propietario de Lioness Inversiones, Albert Ollé, hizo pública una carta en la cual abría la puerta a vender el edificio. Ollé denunciaba “la criminalización” de su figura, “con ocupaciones, vandalismo y campañas de desprestigio”.
Por su parte, el Sindicato de Inquilinas ha celebrado la compra, pero ha criticado el precio. “Lejos de ponerse del lado de los inquilinos, el Ayuntamiento ha negociado de espaldas a ellos y al Sindicato para garantizar que el especulador no perdiera ni un euro", lamentan en un comunicado.
Sobre el proceso de mediación, el sindicato ha denunciado que el Ayuntamiento ha negociado la compra a sus espaldas. En este sentido, el síndico, David Bondia, ha admitido que el sindicato "son parte de la solución, pero que para llegar a un acuerdo no los incluyó en la misma mesa de mediación con la propiedad de la Casa Orsola” para que la compra saliera adelante.
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