jueves, 20 de febrero de 2025

¿Tu quoque, frater-hermano Juan Carlos Monedero? Pobre hombre...Y pobres mujeres!


Las acusaciones contra Monedero y la reacción de Podemos confirman comportamientos machistas del expolítico

El cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero interviene durante la celebración de la 'Uni de otoño' en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, a 5 de noviembre de 2022, en Madrid (España).
Juan Carlos Monedero interviene durante la celebración de la 'Uni de otoño' en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.A. Pérez Meca / Europa Press

 Madrid--Actualizado a

Podemos deja de invitar a Monedero a sus actos

Un audio filtrado "sin consentimiento"

María Martínez

Redactora de Igualdad, Violencias Machistas, Resistencias y Salud Sexual en 'Público'. Antes cubría temas de Sanidad y Educación. Politóloga especializada en Estudios Feministas, de Género y Ciudadanía.

Alexis Romero

Periodista. Empezó su carrera en infoLibre y ABC (beca APM). En 2018 llegó a Público para encargarse de la información parlamentaria y desde finales de 2020 cubre la información de Unidas Podemos (ahora de Sumar y de Podemos) y Gobierno. Máster de Liderazgo Democrático y Comunicación Política de la UCM, es coautor de 'Yolanda Díaz, la dama roja' (Penguin, 2022). 

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Comentario del blog: 

 

Qué pena y qué triste. Pero también, qué oportunidad tan aprovechable para revisar en profundidad y  honestamente en qué mundo nos movemos y cómo gestionamos personal y socialmente nuestras vidas, qué valores manejamos y qué antivalores nos manejan, mientras nos dejamos arrastrar por la misma basura que vamos generando entre todos y todas, como "normalidad". Es chocante que en poco tiempo hayan saltado a la palestra el caso Errejón y el caso Monedero, procedentes del mismo partido: Podemos. ¿Por qué será?

¿De que vale haber estudiado en la Universidad una carrera de cinco años y dedicarse a la enseñanza o la política o a la investigación, dominando conocimientos intelectuales, dando lecciones, y a la hora de la verdad personal, se está a la misma altura de un animal? ¿Dónde están el alma y la conciencia que nos humanizan y nos civilizan? ¿Dónde está el Yo evolutivo capaz de integrarse sanamente en el Nosotr@s, si sólo se dispone del ego arcaico y cavernario convertido en patología? 

Acumular "saberes" y cargos públicos, sin estar despiert@s y sin trabajar por dentro ese gnothi seautón (conócete a ti mismo) imprescindible de Hipócrates, sólo sirve para empeorar las situaciones y para ir salpicando y contagiando por el camino equivocado el lodo y las toxinas que se almacenan en el interior ignorado y abandonado, en la puerta del proyecto humano, individualizado y necesitado de energía, de alma y conciencia, que no son cosas teóricas ni raras, sólo relacionadas con creencias ilusorias, religiosas o ideológicas, que, mal encaminadas  en el vacío,  provocan y facilitan, en el mundo y en la especie humana, la entropía constante sostenida y alimentada con  las mismas disfunciones que se valoran como positivas y productivas de seguridad laboral, de éxito profesional, de fama, de altos cargos, etc, etc...

¿Cómo es posible que se esté trabajando para crear y sostener el Bien Común de la sociedad en modo político, y no se tenga personalmente una conciencia despierta que abra caminos de equilibrio, de igualdad, de cohesión integrativa, de respeto y de un cariño verdadero por los hermanos y hermanas de especie, a quienes jamás por pura coherencia, se dañaría agrediéndol@s y humillándol@s de cualquier modo, y por supuesto sexualmente? 

Algo similar es lo que sucede en las religiones, con los abusos sexuales del clero contra l@s niñ@s y adolescentes. ¿Qué ética y qué base espiritual puede ser compatible con semejantes barbaridades? Ni ideologías ni religiones pueden ayudar a quienes no desarrollan ni descubren su verdadera esencia individual para integrarla en la esencia compartida del Nosotros, por cierto, un término que a Monedero le resulta muy familiar a la hora de pensar y escribir. 

Alimentar la propia vida con actitudes opuestas e incompatibles, es un signo de inmadurez total, de superficialidad y de desequilibrio, algo así como estar teóricamente contra el tabaco delante de la gente, escribir libros sobre el peligro de esa adicción, y, al mismo tiempo, ser fumador empedernido en casa.  ¿Quién nos puede asegurar que en las responsabilidades profesionales, políticas o religiosas, personajes tan dormidos y perdidos, no estarán haciendo lo mismo? ¿Son fiables como gestores políticos quienes no tienen siquiera la capacidad autocrítica para distinguir la verdad sobre sí mismos del paripé aparente y de parar, reflexionar, pedir perdón y cambiar, también por su propia salud racional emotiva? 

En el fondo, es lo mismo que le sucede a gente como Donald Trump y sus compinches, Putin, Zelensky, Netanyahu, Milei, Bolsonaro, Abascal, Feijóo o Mazón...y todas las masas que en las urnas les reconocen como "modelos" de lo que mola y "es bueno" para gobernar, es lo mismo que consiguen quienes se abstienen de votar, "porque todos son iguales", que ya es el colmo...

Un punto fundamental es que esos personajes hayan estado abusando, agrediendo  e intoxicando a las mujeres que les rodean en sus partidos y/o trabajos y ellas no los denuncien inmediatamente, sino que se estén contando por las redes sociales semejantes marranadas, sin caer en la cuenta de que eso mismo lo estén haciendo o se lo puedan hacer a otras mujeres adultas, adolescientes o niñas.  

Ningunear el machismo como "normalidad", porque el "macho" es famoso o importante y amiguete y "sólo" se desmadra machistamente cuando está borracho, es también machismo. 

Parar y denunciar abusos y delitos masculinos o femeninos no es cosa de feminismo ni machismo, ni de venganzas, es justicia imprescindible y verdadera sorofraternidad responsable. No es el género que tenemos en esta vida, que dura cuatro días, lo que nos hace mejores o peores, es tener o no tener alma y conciencia despiertas dentro de nosotr@s, ambas son la energía que nos conecta constantemente con el infinito. Ellas son el tesoro que nos habita y que somos, en realidad. Si no las decubrimos y las integramos, la vida no es vida, es una auténtica mierda.

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