domingo, 2 de febrero de 2025

Materia y energía reflexiva: Muchas gracias, hermano Juan Carlos Monedero y Público🙏🙏!

 

Opinión

Flautistas de Hamelin y Trumpetistas de la Casa Blanca

Donald Trump en el Despacho Oval.
Donald Trump en el Despacho Oval.ZUMA vía Europa Press

Por Juan Carlos Monedero

Profesor de Ciencia Política en la UCM

Juan Carlos Monedero

Profesor de Ciencia Política en la UCM 

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Nota del blog:

 

Sólo un pequeño toque de atención: Tener una ideología no garantiza la calidad y el valor humano y ético de la misma. Stalin y Lenin tenían una buena ideología y pusieron del revés a Carlos Marx, perpetrando con sus opositores las mismas barbaridades que los zares, en las persecuciones, las chekas, y los campos de concentración siberianos, incluso acabando con militantes de izquierda que tenían una visión distinta, como, por ejemplo, sucedió con León Trotsky. 

Hitler y sus fans tenían también su ideología completamente opuesta a las izquierdas, y la aplicaron en el mismo plan horripilante, racista, necio y cruel hasta lo inimaginable e incluso autodestructivo total. 

Ojalá fuesen las ideologías la clave para solucionar los problemas del mundo. ¿Cuántas ideologías religiosas, predicando el cielo para los más buenos,  han llevado al mundo a liquidar y torturar a los hermanos y hermanas de especie, porque no adoran al mismo "dios" ni practican los mismos ritos ideológico-religiosos? ¿Cuántas ideologías no desprecian, castigan y hasta asesinan a quienes no las comparten? 

No. No  es la ideología la llave del entendimiento ni la solución de los problemas; la misma historia de los pueblos del Planeta lo va dejando clarísimo. La clave del entendimiento, de la escucha, del respeto mútuo, de las imprescindíble ética, escucha, empatía y humanidad, es el resultado de un equipo unido por el entendimiento de unas mentes racional-emotivas, sanas y alimentadas por el tandem de alma/conciencia aplicado en el presente continuo del día a día, sobre todo para quienes se ofrecen a servir a la humanidad desde la política con  una pedagogía que debe ser tan sana y humilde como imprescindible sin cuya presencia compartida y constante no hay mundo que resista la simple e inevitable realidad de vivir con-viviendo sin sustituir los egos enfermos, intoxicados por su propio colocón, por el Nosotr@s tan terapéutico como necesario, imprescindible  y cada día más urgente. 

 Si sólo la ideología sin más, fuese la clave básica de todo lo bueno en nuestro pobre planeta y sus habitantes, las cosas no estarían como están. Las ideas solas no pueden hacer nada, necesitan empapar los cuerpos, las almas, las conciencias y la mejor energía humana para poder realizarse y no todas las ideas por el hecho de serlo son justas, limpias, curativas, desinfectantes, generosas, inteligentes, éticas, eficaces y humanas de verdad. 

Los alimentos no sirven para nada si no hay un aparato digestivo adecuado, que los digiera y los reparta por el cuerpo. Como se dice en La Mancha, no es bueno confundir la velocidad con el tocino ni el tocino con la velocidad. El tocino no corre y la velocidad no come. 

Discernir sanamente es hacer una buena digestión, para luego poder correr cuando sea necesario sin agotarse ni hundirse. La conciencia nos enseña a distinguir lo uno de lo otro y a aplicarlo donde y cuando es necesario. Está más que demostrado: las ideologías sin conciencia acaban en trumpantojo, sí o sí, tanto a derechas como a izquierdas. A la vista está...

No basta la ideología cuando faltan las luces responsables del alma y de la conciencia, mano a mano. Incluso esa ausencia puede ser un horror. No hace falta  "ser los malos". Basta con no estar despiert@s. En manos de desalmados inconscientes es imposible que algo sano y bueno para tod@s pueda salir adelante. Las palabras son los cables transmisores más eficaces de la comunicación entre la mente y la voluntad. Conviene no olvidarlo.

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