lunes, 10 de febrero de 2025

Datos y reflexiones imprescindibles para ir abriendo camino a la nueva humanidad como objetivo cada vez más urgente y necesario. Mil gracias, hermano y doctor Manzano Callejo, y Nueva Tribuna. La empatía, la inteligencia y la verdadera humanidad son un trío inseparable, que hay que poner en marcha mayoritaria cuanto antes, si es que de verdad sabemos y comprendemos lo que necesitamos vivir y compartir en las mejores actitudes y decisiones. Y de ese modo somos y seremos capaces de disfrutar e irradiar la empatía necesaria para cambiar el desastre heredado en el renacer individual y colectivo, tan urgente como la UCI planetaria.

 

PSICOECOLOGÍA

La evolución de la empatía en las diferentes edades

La empatía afectiva se refiere a la capacidad de compartir el estado emocional de otra persona, incluido el sentimiento de compasión por los demás y la experiencia de angustia personal.

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La empatía se refiere a la capacidad de compartir y comprender los estados emocionales, pensamientos y sentimientos de los demás y, por lo tanto, desempeña un papel crucial en el comportamiento social humano. La empatía se puede dividir en ramas afectivas y cognitivas. La empatía afectiva se refiere a la capacidad de compartir el estado emocional de otra persona, incluido el sentimiento de compasión por los demás y la experiencia de angustia personal, es decir, una respuesta emocional centrada en sí mismo; mientras que la empatía cognitiva implica una evaluación y comprensión de la experiencia de otra persona. Si bien se ha realizado una gran cantidad de investigaciones para examinar las respuestas empáticas entre adultos jóvenes sanos, cómo se desarrollan en la infancia o cómo se interrumpen en los trastornos clínicos, el grado en que las respuestas de empatía y las formas neuronales cambian a lo largo de la vida saludable sigue siendo relativamente inexplorado.

Las respuestas de empatía hacia otras personas que sufren alcanzan su punto máximo en la edad adulta temprana, según un nuevo estudio dirigido por la Facultad de Psicología de la Universidad de Kent.

Estos patrones muestran el período prolongado de desarrollo de la empatía afectiva desde la adolescencia hasta la edad adulta y desafían la noción de deterioro cognitivo social universal relacionado con la edad en la vejez

Los psicólogos de esta universidad han descubierto que los adultos jóvenes son especialmente sensibles al dolor social, como las situaciones de vergüenza, pena y tristeza, y empatizan más fuertemente con otras personas que experimentan dolor social que los adolescentes o los adultos mayores.

La investigación, publicada en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience, exploró cómo las respuestas de empatía difieren entre adolescentes (10-19 años), adultos jóvenes (20-40 años) y adultos mayores (> 60 años), registrando la actividad cerebral mientras los participantes veían fotografías de personas en situaciones física o socialmente dolorosas. Cuando se da tiempo de procesamiento adicional, para que los participantes reflexionen sobre lo dolorosa que fue la situación descrita, se activan las conexiones funcionales entre las áreas cerebrales sensoriomotoras y afectivas que comparten con los centros clave (que son al menos parcialmente distintos para los contextos físicos y sociales) para interpretar explícitamente la intensidad del dolor dentro del contexto físico y social. Es probable que estos centros clave incluyan la activación diferencial del sistema de mentalización, la corteza prefrontal medial (mPFC) y la unión temporoparietal (TPJ), y regiones asociadas con el aprendizaje y la recuperación de la memoria (el hipocampo).

Los adultos jóvenes son especialmente sensibles al dolor social, como las situaciones de vergüenza, pena y tristeza, y empatizan más fuertemente con otras personas que experimentan dolor social que los adolescentes o los adultos mayores

En conclusión, este estudio proporciona información valiosa sobre la naturaleza compleja de las respuestas empáticas a otras personas que sufren, destacando la actividad en la red central de empatía afectiva que se comparte en contextos de dolor físico y social. El cuidadoso diseño del estudio se suma a la comprensión de los mecanismos neuronales que subyacen a la empatía, lo que permite comparar directamente el procesamiento empático del dolor físico y social, y examinar la trayectoria de desarrollo de la empatía desde la adolescencia hasta la adultez temprana y mayor. Los resultados revelaron que, si bien los observadores de todo el rango de edad de 10 a 80 años mostraron respuestas distintas a los demás con dolor frente a las que no lo tenían, los adultos jóvenes son más sensibles en sus calificaciones del dolor social en comparación con los adolescentes y los adultos mayores, y las respuestas neuronales en tiempo real al dolor físico y social aumentan linealmente a lo largo de la vida (es decir, los adultos mayores exhiben respuestas de empatía afectiva neuronal aumentadas en comparación con sus contrapartes más jóvenes). Estos patrones muestran el período prolongado de desarrollo de la empatía afectiva desde la adolescencia hasta la edad adulta y desafían la noción de deterioro cognitivo social universal relacionado con la edad en la vejez. Esta mejora en la participación empática entre los adultos mayores se alinea con las teorías de la experiencia social acumulada que fomenta la resonancia afectiva y refleja la intrincada interacción entre los procesos cognitivos y emocionales a lo largo de la vida. En general, esta investigación contribuye a una comprensión más profunda de cómo opera la empatía afectiva en diferentes contextos y grupos de edad, desentrañando la intrincada interacción entre la activación neuronal, el procesamiento emocional y el desarrollo sociocognitivo. 

Datos clave del estudio:

  • Pico de empatía: Los adultos jóvenes empatizan más fuertemente con el dolor de los demás que los adolescentes o los adultos mayores.
  • Cerebro vs. Comportamiento: Los adultos mayores muestran una mayor actividad cerebral ante el dolor, pero califican el dolor de los demás con menos precisión.
  • Influencia social: La empatía se desarrolla a lo largo de la vida, moldeada por las experiencias sociales y relacionadas con el dolor.

Por último, compartir esta reflexión de José Saramago: "La alegría y el dolor no son como el aceite y el agua, sino que coexisten".

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