"De todos el mejor es quien lo comprende todo por sí mismo; es bueno a su vez quien comprende y sigue al que bien dice.
Mas quien no comprende por sí mismo, ni oyéndoselo a otro, lo lleva a su interior, éste es por su parte, un hombre inútil."
(Cita de Hesíodo que Aristóteles incluye en el Libro I de su Ética a Nicómaco)
En un país remoto, rarito, muy different y perdido en las calimas del tiempo vivía un@ ciudadan@ que se fue a la compra del finde para llenar el carrito con todo lo necesario, pero como iba abstraíd@ pensando en todo lo que necesitaba comprar se olvidó de coger el bolso donde guardaba el monedero, el móvil que además era su agenda, las llaves de casa y del coche, las gafas de cerca y las de sol, los kleenex, el DNI, el carnet de conducir, la tarjeta de crédito, la sanitaria, etc, etc, sin darse cuenta de nada, y mecánicamente dando un portazo para comprobar que todo quedaba bien cerrado, salió del edificio donde vivía.
Se desinfectó en la entrada del súper concienzudamente, comprobó que las mascarilla estaba bien ajustada, se puso guantes para coger los productos frescos, como la fruta y la verdura, hizo una compra completísima, al final y con el carro del súper a tope se puso a la cola de la caja, respetando las distancias, por supuesto, colocó todo en la cinta transportadora de la caja, recogió su carrito, comenzó a guardar la compra y una vez terminado el paseo de los precios por la caja registradora le dice la cajera que pague los 75 euros que marca la máquina, nuestr@ protagonist@, echa mano al bolso para pagar la factura y entonces, ¡ay! comprueba aterrorizad@ que el bolso no está colgado de su hombro. ¡No puede pagar, o sea, no puede comprar, no puede comer ni beber, ni lavarse, ni desinfectarse, ni limpiarse el culo en retrete, y lo peor de todo...¡no puede entrar en su propia casa! Qué empastre, xd! ¿Qué hacer, dónde recurrir, hará falta un cerrajero de emergencia que le abra la puerta le cambie la cerradura, pero un sábado por la tarde, ¿dónde localizar un cerrajero ? La cola de la caja se ha colapsado, la cajera se lleva el carrito hacia un rincón y le dice que hay que dejar sitio a los demás clientes, y que cuando pueda pagar venga y recoja su compra...Pero, claro, es sábado por la tarde, no tiene el móvil, no tiene el bolso, no tiene dinero, ni llaves ni DNI ¡no tiene nada! y si no tiene nada, ¡No es nadie! Y a su alrededor solo queda la indiferencia multípara del caos.
Pues bien, ese exactamente es el estado en que se encuentra una sociedad cuando olvida y pierde su identidad verdadera: el bolso de la Ética donde está guardado todo lo que necesita para adquirirse a sí misma y conectar con todo lo demás, solucionar carencias y necesidades, alimentarse, asearse, ordenarse.Vivir con la dignidad que hace la vida deseable.
La Ética es la inteligencia imprescindible para funcionar de verdad como individuos y como sociedad. Es nuestro verdadero DNI como seres humanos y como especie. Es la puerta del bien estar y sin ella no hay manera de que algo funcione bien. Sin ella estamos perdidos en la jungla del desastre. No es una asignatura de quita y pon. Es nuestra sangre psicoemocional, nuestras defensas biológicas, es la luz que ilumina la oscuridad. Es la lejía del entendimiento que desinfecta y deja sin efecto las bacterias, los gérmenes y los virus de nuestro peor enemigo: nuestro ego y sus patologías adjuntas que impiden pasar el examen antropológico, esa reválida del Nosotr@s por la que accedemos a ser Humanos d verdad y no de trampantojo.
¿Qué tendrá la Ética para ser tan decisiva en nuestro desarrollo y en nuestra evolución y para que su ausencia cause tantos daños colaterales y básicos? Pues sí, es la llave maestra de la cámara del tesoro, por ella accedemos -¡siempre voluntariamente! nada importante en nuestras vidas sucede sin nuestra decisión-al plano del espíritu, subiendo los escalones del alma, de la sensibilidad, de la percepción más inteligente de la realidad material y como resultado aparece la conciencia, la herramienta y linterna fundamental que ilumina, muestra, reflexiona por inducción conectiva, ajusta tornillos, desatasca tuercas que obstruyen, y, así, el ser que somos cuando lo aceptamos, decide y elige. Todo ese proceso está nutriéndose constantemente del espíritu por los canales incontables y sutiles de la Ética.
A lo largo de la historia las religiones, las ideologías y filosofías varias han tratado de sustituir a la Ética, pero no lo han conseguido, incluso han llegado a matar a sus propios fundadores por ser más éticos y coherentes que devotos y dogmáticos.
En fin, espero que al menos este retrato humano en plan fotomatón parábolico (tanto de parábola como de antena) nos dé pistas. Os contaré un secreto: en realidad este relato es un sueño que tuve anoche. Y esta mañana al despertar, una ráfaga fresca ha venido a darme un beso y un mensaje: escribe y cuenta lo que has aprendido esta noche en clase, en el cole universal, ése que es gratuito, cósmico y sin puertas ni muros que lo "protejan" de nada, porque en él también caben y aprenden hasta l@s que podrían ser más peligros@s.
Pues eso, hále!
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