Todo en calma en el grupo de whatsapp del cole
No sé a qué vienen tanta alarma y tanto ruido con la vuelta al
cole, cuando las familias estamos tranquilísimas. Que sí, que la
pandemia sigue ahí, los contagios y tal, pero que no cunda el pánico,
seamos optimistas, todo va a salir bien. Las madres y padres lo tenemos
claro: calma total.
Si hay un indicador del estado de ánimo de la comunidad
educativa, son los famosos grupos de whatsapp de madres y padres. Y
cualquiera que tenga hijos en edad escolar comprobará que estos días los
grupos apenas se oyen: la mayoría están inactivos, y los pocos con
movimiento se dedican a intercambiar fotos de vacaciones, recetas para
meriendas o modelos graciosos de mascarillas infantiles. No se dice una
palabra sobre el comienzo del curso, salvo el típico despistado que a
estas alturas pregunta qué día empiezan. Y lo poco que se comenta del
nuevo curso es precisamente para expresar la tranquilidad absoluta que
preside nuestros hogares.
Si no me creen, les copio aquí el último intercambio de whatsapp que ha habido en el grupo de la clase de una de mis hijas (omitiendo por supuesto los nombres de las madres y padres participantes):
–Qué tranquilidad, oye, no recuerdo un comienzo de curso tan plácido.
–Es lo que tiene llegar a septiembre con los deberes hechos: todo previsto y planificado desde julio, y sin escatimar recursos.
–Yo es que ya me quedé tranquilo cuando en junio compareció el presidente del gobierno junto a todos los presidentes autonómicos e hicieron aquella declaración conjunta de "la educación es nuestra prioridad, es una emergencia nacional; asegurar un regreso a las aulas con seguridad es nuestro gran desafío, y vamos a hacer un esfuerzo histórico para conseguirlo".
–Sí, sobre todo porque no se quedó en buenas palabras: nada más
decirlo presentaron un plan de medidas urgentes con una memoria
económica.
–"Y la financiación no será un obstáculo", esas fueron las palabras clave aquel día.
–Yo en realidad ya estaba confiado antes de todo eso: cuando en
mayo la ministra de Educación dijo que no era posible terminar el curso
presencial, pero que aprovecharían esos meses para preparar muy bien el
siguiente curso, y así evitar la improvisación.
–¿Fue después de convocar a todos los representantes de la comunidad escolar y a expertos educativos y sanitarios?
–No, yo creo que antes ya se habían reunido en cada comunidad
autónoma los responsables de Educación con los sindicatos de profesores,
equipos directivos, AMPAs y expertos. ¿No os acordáis que aquello
parecía una carrera por ver qué comunidad presentaba antes su plan
detallado para una vuelta segura a las aulas?
–Para competición, la que echaron el gobierno central y los
autonómicos por ver quién destinaba más dinero. Aquello parecía un
casino, todos poniendo millones sobre la mesa, no ya solo para financiar
los planes de covid, sino de paso recuperar parte del gasto educativo
que recortaron en la última década.
–Pues aun así, yono me quedé tranquila del todo hasta que no
empezaron a contratar miles de profesores para asegurar la bajada de
ratios en todos los centros. Que lo hiciesen con tanta antelación me dio
mucha confianza. Y lo mismo con la contratación de personal de
enfermería, de limpieza, administrativo, educadores sociales… No se ha
dejado nada para el último momento.
–Claro, chica, porque si no contratan a tantísima gente, ya me
dirás tú qué iban a hacer con todos esos nuevos espacios e
infraestructuras que han adaptado en los centros para desdoblar clases y
asegurar la distancia.
–Que sí, que todo eso está muy bien. Pero todas esas medidas, y
los protocolos tan detallados que nos enviaron hace ya un mes, todo eso
sería papel mojado sin el esfuerzo que todas las administraciones
hicieron para reforzar la sanidad, la atención primaria, los equipos de
rastreadores, las inspecciones laborales… Porque si no se hubiesen
tomado tan en serio la posibilidad de rebrotes, a saber cómo estaríamos
hoy, con los contagios otra vez disparados.
–Por no hablar de los sacrificios que ha habido que hacer para
contener la pandemia y llegar a septiembre con una situación favorable.
No ha sido fácil pasar un verano entero sin ocio nocturno, con la vida
social bajo mínimos y renunciando a recuperar rápidamente la industria
turística.
–Incluye ahí la responsabilidad individual, que aquí todo el
mundo ha estado a la altura para frenar la pandemia entre todos. Gracias
a eso ahora podemos volver a las aulas con tranquilidad.
–Y no olvidéis el papel de los medios, el ejercicio de prudencia
que están haciendo para no alarmar cuando hay algún contagio en un
centro. Desde que dejaron de enviar un corresponsal a la puerta de cada
colegio con PCR positiva, las teles se han vuelto hasta aburridas.
–Un país entero volcado en asegurar el derecho a la educación, así da gusto.
–Hola, a ver quién me puede ayudar con esto: ¿sabéis qué pasa si
un niño se tiene que quedar en casa por cuarentena y la madre y el
padre trabajan? Pregunto por si acaso sucede…
–Ya salió el despistado de siempre: ¿no te han dado en tu
empresa la información sobre permisos, bajas y reducciones de jornada?
Pero si el tema conciliación se dejó aprobado hace ya más de un mes, al
mismo tiempo que los planes alternativos para familias sin recursos en
caso de que hubiera que recurrir en algún momento a la educación a
distancia. Tú pregunta en tu curro, y si no, en internet lo tienes todo.
–Vale, gracias.
–La verdad es que da gusto volver al cole así.
–Pues sí.
–Sobre todo me alegro por los profes. Que después de tantos años
teniendo que tapar agujeros y apagar fuegos que los gobiernos van
dejando, después de tanto tiempo gastando tiempo y fuerzas en suplir la
falta de recursos y las disfunciones del sistema, este año por fin
puedan dedicarse a enseñar, y nada más que enseñar.
–Te digo más: yo, si los gobiernos no hubieran estado a la
altura y no hubiesen planificado desde hace meses y destinado recursos, y
llegásemos a septiembre con todo a medio hacer e improvisando, aun así
yo tendría la tranquilidad de saber que todas esas profesoras y
profesores volverían a hacerlo: volverían a darlo todo y más por
nuestros hijos, volverían a tapar agujeros y apagar fuegos ahora de la
pandemia.
–Ya, pero yo prefiero que no tengan que ser héroes, ni dedicarse
a tareas que no les corresponden, ni correr ellos mismos riesgos de
salud. Por suerte nuestros gobernantes han cumplido, y en este arranque
de curso estamos tan tranquilas las familias como los profes.
–Bueno, tranquilas, tranquilas, tampoco. Yo estoy temiendo a los
piojos, que con el confinamiento nos libramos, pero ya verás cuando
empiecen…
–Yo estoy súper agobiado con forrar los libros, otro año que me veo forrándolos la noche antes.
–Mi niña no podrá ir mañana, le duele la tripa.
–Que se mejore.
–Que se mejore.
–Que se mejore.
–Que se mejore.
–Que se mejore.
–Que se mejore…
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