Hoy es el día del trabajador y de la trabajadora. Realmente cada día lo es. Y cada día es necesario recordar que el trabajo no puede ser explotación sino cooperación, no puede ser abuso sino respeto, agradecimiento social y mutuo. Por ello se debe remunerar con justicia, mediante derechos y deberes. Derecho a no carecer de todo lo fundamental para tener una vida digna y el deber de cuidarnos unos a otros para que nadie abuse de nada ni de nadie, creando un tejido convivencial en el que no haya explotación, donde la miseria de la mayoría no se convierta en dinero a toneladas para una minoría. Es imposible ser Humanidad y ser cómplices de lo más deshumanizado. No es cosa de combatir, sino de superar barreras, de reconocer los propios errores,de pedir perdón y perdonar. De comprender que esa maldad que endurece el corazón, bloquea la inteligencia, nos convierte en "máquinas de pensar mal" y mata lo mejor que tenemos, el alma y la conciencia, es sobre todo falta de evolución, es decir, involución, anquilosamiento en dogmas y fijaciones, que nos mantienen atados a un pasado que ya no nos sirve en un mundo convertido en una plaza globalizada. Es imposible y una estupidez intentar volver a la dictadura, a la guerra, a la represión, a la cerrazón, a la inquisición. El mundo ya no es el mismo, ni siquiera es el mismo de hace un año...Ni el de hace tres meses.
Ahora más que nunca los valores de la Internacional Socialista se hacen tan necesarios como urgentes. No para ser "socialistas" ideológicamente, sino para ser sencillamente humanos y experimentadores del evangelio que no es ninguna religión, sino la buena noticia democrática, laica y aconfesional, que nos hace descubrir la fraternidad, la familia a la que todos los seres humanos pertenecemos, desde cualquier filosofía, creencia o forma de entender la vida. Dentro de nosotros, estos valores del Himno de Los Trabajadores sin fronteras, están plantados desde que nacemos, con la primera respiración entramos en contacto "funcional" con el Universo del que procedemos y en el que estamos. Por eso nos emociona tanto escucharlo como leer el Sermón de la Montaña de Jesús el Carpintero de Nazaret, como leer "El Capital" de Karl Marx o la "Fenomenología del Espíritu" de Hegel o los tratados "De la rectificación del Intelecto" y "Sobre el orden geomético de la la Etica" de Spinoza.
Tenemos dentro las antenas que captan y descubren, no nos privemos de entrar en "la interior bodega" como lo define Juan de la Luz (mucho más que de la cruz), el territorio íntimo, cósmico y fraterno de los sufis, en "la nube del no saber", en donde todo está incluído y explicándose a sí mismo constantemente, de un modo dinámico y al mismo tiempo estable pero sin rigidez ni complejo de absolutos. La auténtica conciliación entre las propuestas de Heráclito y Parménides, aparentemente opuestas, y sin embargo complementarias e igualmente necesarias, desde la cohesión consciente.
La visión intemporal del Apocalipsis no tiene por qué actualizarse si nuestra especie la cambia con el descubrimiento y activación de la consciencia colectiva. La conciencia despierta cambia el pensamiento, el lenguaje y la capacidad de hacer y realizar en niveles más inteligentes y sanos. No solo se trata de rezar y pedir, sobre todo hay que reconocer que todo lo que pedimos ya está dentro de nuestro Ser, pero aun no lo hemos descubierto, porque con tanto equipaje de deseos sin fuste, apegos ansiosos, egoítis crónica, y "tics" convertidos en callos, hemos acumulado tanto volumen de equipaje antropo-ilógico, que no cabemos por la puerta de salida del maremagnum que se ha ido montando por vivir contra natura convencidos de ser el no va a más y que ahora se nos cae encima irremediablemente, si no acertamos a disolverlo y a reciclar los materiales aprovechables, mientras nos deshacemos del over booking basuril.
El Himno de la Internacional puede ser un buen tema de meditación y yoga espiritual. Sobre todo hoy. Felicidades, pobres del mundo, si lográis/logramos salir de la burbuja, no solo material sino sobre todo, psicoemocional, especialmente si se pertenece al grupo de los que están atados y bien atados a la noria de una mentira interminable, esclavizados por una riqueza destroyer que solo crea desgracias, desigualdad e injusticia sistémica. Ya es hora de despertar y salir del bucle/finiquito, antes de que reviente por saturación.
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