La voz de Iñaki

Desde el primer segundo

EL PAÍS 

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La primera reflexión que se me ocurre es que ante un caso así, lo primero sería hacer un análisis serio e imparcial en el Consistorio y debatir adultamente entre los regidores municipales la importancia real de una acusación tan peregrina, aparte del mal gusto en el ejercicio de sentido del humor de cada cual. Lo segundo sería revisar la conducta moral del concejal Zapata, es decir, si se le conocen hechos delictivos y corruptos que le impidan el ejercicio de su encargo político. Visto lo cual, la conclusión respondería al grado de civismo, de sensatez y de honestidad del colectivo regidor municipal y la capacidad cognitiva de los opinantes, por encima de los prejuicios y, sobre todo por encima de los intereses de partido. Y por supuesto a la disposición del concejal Zapata, que como receptor del acta se debe a los votantes más que a los alaridos histéricos, mesadura de barbas y rasgado de vestiduras de la mayor caterva de hipócritas sin escrúpulos como es el caso, como también se debe a la condición de cumplir con lo que exija un momento político tan delicado  como el actual. Un verdadero dilema. También, apartarse voluntariamente de un cargo, para no entorpecer la función de los gestores electos para la alcaldía, aunque sea aceptando un punto de vista hostil e injusto, pero peligroso, es un gran servicio al bien común y un comportamiento que, dado el agravio comparativo entre el pp y la España decente, dejaría, aún más si cabe, en evidencia la calidad ética y responsable de los nuevos políticos, frente al enjuague cínico de los viejos modos amenazadores e impúdicos basados en la ley del embudo, con la que se vienen gobernando los adeptos al club de la delincuencia cleptócrata. 

A ojos vistas no es en absoluto comparable el hecho de haber contado hace años un chiste macabro en twitter con la crueldad delictiva y destroyer de un ppartido ppodrido de los pies a la cabeza, no por contar chistes desagradables, además de meternos contra la voluntad popular en la guerra de Irak, por robar a mano armada con la consecuencia de la ruina de millones de españoles y convirtiendo a su propio país en un campo de exterminio en materia de derechos humanos, hasta hacer al Estado cómplice de una plaga de suicidios, de emigraciones forzosas, de desempleo provocado a posta, de falta de alimentos, recursos y techo para facilitar, mediante el dolor, el sufrimiento, las privaciones y la exclusión social, las ganancias desorbitadas de sus compinches y de ellos mismos. El pp debería ser acusado ente el Tribunal de La Haya y Naciones Unidas como violador y cómplice de la gran banca, de violaciones de los principios de la Declaración de los DDHH. Así de grave es lo que ha hecho y pretende seguir haciendo, sin ser capaz de admitir ni ver la gravedad de sus métodos inhumanos.
 Ante ese crimen social, una denuncia tan ridícula resulta patética, desproporcionada y completamente fuera de lugar. Creo que la reacción justa del resto del Ayuntamiento normal, o sea, de Ahora Madrid y del Psoe, debería ser la propuesta de consultar a los ciudadanos este asunto y dejar claro que si quieren la dimisión de Zapata por ese ataque puritano hasta rayar el ridículo, -como el hecho de defender el mismo humor para Charlie Hebdo y condenarlo en el mal chiste de Zapata, que coloca al pp a la altura de los talibanes a quienes  rechaza con tanta pasión como falta de conocimiento hacia sí mismo, defendiendo en Francia lo que condena en España- a cambio se exigirá al mismo tiempo la dimisión de los miembros del pp corrompidos y cómplices de corrupción, que ahora mismo están ejerciendo como esbirros implacables en el consistorio, no para que se haga justicia, que no hay delito por ningún lado, sino para salirse con la suya a base de desestabilizar torticeramente el Ayuntamiento, que la democracia ha decidido arrebatarles, pero dejando finalmente en manos de la consulta popular y del concejal de cultura la decisión responsable de dimitir o no. 

Si Zapata dimitiese ahora bajo la presión del pp contra la democracia,  sería la prueba de la gran superioridad moral del concejal sobre el lumppen, es cierto, pero me pregunto conociendo el percal si eso sería eficaz y sano para el funcionamiento del consistorio y creo que no. A esa peña la ética le da risa floja y de los principios morales hacen uso variado, desde la carcajada del pitorreo solemne al modo Scottex. El civismo y la democracia para los caciques sólo tiene dos lecturas: de cara a ellos, trampolín para enriquecerse y poseer el Estado como cortijo y de cara al "enemigo" cobardía, miedo y debilidad.  El lumppen  reaccionaría, como siempre viene haciendo ante los puentes que se le tienden y las concesiones que se le hacen, envalentonándose para volver a la carga con estupideces constantes y tratar de hacer ingobernable el Ayuntamiento o el País, visto que le da resultado el acoso. Teniendo en cuenta que al pp las soluciones pacíficas le parecen sin duda una  flojera y una aceptación de 'culpabilidades' inexistentes, pero que ellos se inventan con el método "enloda que algo queda", y que la chulería es la confirmación de que el poder está por encima de la razón, de la inteligencia y de la ética, tal vez en esta ocasión sería bueno apretarles las clavijas y ponerles contra la pared pero con la ley, los derechos y la libertad de expresión en la mano. Si el burro da coces y rebuzna no se le puede frenar con filigranas y reglas de urbanidad, ni invitándolo a tomar un té con pastelitos a ver si se calma con la amabilidad, no, no lo entendería porque no conoce más idioma que el suyo e interpreta la buena educación democrática como bula y patente de corso para hacer su santa voluntad...Hay que pararlo y atarlo al pesebre para que comprenda donde están los límites entre la cuadra y los espacios que habitan los humanos. Educarle por la fuerza del contagio colectivo y las exigencias de lo evidente, sin pretender tampoco que deje de ser burro, porque es su condición y hasta que él mismo lo decida no será posible el cambio de su esencia y sustancia. Y que no se confunda cada dos por tres de escalón evolutivo, que nos tiene el Estado alfombrado de boñigas y plastas asnales por todas partes y no ganamos para ir limpiando sus detritus contaminantes. Hay que hablarle en su idioma. No conoce otro de orden superior, por encima de sus posibilidades intelectivas.  Lo mismo que los niños pequeñitos no atinan a frenar sus caprichos y rabietas, aunque con la dificultad añadida de que nos encontramos ante un cuadro de inmadurez social y política de supuestos adultos e incluso ancianos (véase Aguirre y su numerito bochornoso de Thelma& Louise, o el de Barberá incapaz de soltar la vara de alcaldesa, entre otros), asumido como "normalidad" social y, en consecuencia, hasta institucional. Me pregunto ¿qué habría hecho el pp con un concejal de Ahora Madrid que hubiese hecho lo que hizo nada menos que la ex-presidenta del Partido Popular madrileño, con el inri añadido de pretensiones alcaldables?

En cuanto al Psoe, un vez más a la carga contra su propio espíritu, es una pena que tantos años de biparty le hayan domesticado y enneblecido la ética hasta confundirla con el doblaje constante de bisagra y se haya aclimatado al papel de "polibueno" para perpetuarse en los escaños de un modo tan triste y gris, nublado y enmohecido. Tanto, que ya no sabe donde está su sitio, no distingue la tolerancia del encogimiento ni el acople al medio hostil sin mover pieza para frenarlo; pierde los papeles según sopla el viento y le atacan a la vez el miedo a perder poder y el canguelo a marcar las diferencias imprescindibles para recuperar la esencia que nunca debió perder por esos mundos de dos, olvidando que la democracia es diversidad, inteligencia colectiva y participación directa. Por eso no levanta cabeza de verdad y puede  que, de seguir en este plan, en las legislativas pierda hasta lo poco que ha ganado en las territoriales. Como en la parábola evangélica de los talentos, en la que al empleado perezoso, timorato y mediocre, incapaz de dar un paso por si pierde lo poco que le han dado, acaba siendo echado de la empresa por inútil y mojigato. Con un ERE comodioshmanda. Y lo más triste es que en su caso, le acaba desahuciando el burro de las finanzas, que desde el pesebre se ha apoderado desde la cocina y los dormitorios, hasta el salón de las visitas.  

 

 La ciudadanía está más sana que algunas de sus precarias y destarifadas portagritos, que incluso se han apropiado de la cualidad de "ciudadanas" como marca de recambios y de "populares" cuando son el antipueblo exter-minador personificado. Tragarse el sapo de la corrupción y sacarle pegas al ruiseñor de la transparencia...