martes, 30 de junio de 2015

La voz de Iñaki


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Juncker no tiene razón

EL PAÍS  

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Jo, Iñaki, gracias! Hoy doblete. Qué bien. Un regalazo y celebrar que Junio se despide y comienzan las vacaciones para los afortunados que las puedan disfrutar. Y para confirmar con sentido común que Juncker se equivoca afirmando que el "no" de los griegos es el fin del mundo para su precaria europeidad. 
Me da el tufo de que este Juncker lo que tiene es miedo; sí, miedo a que los iniciadores de la democracia den el carpetazo al euronegocio y se produzca por ósmosis un efecto dominó en las castigadas economías modelo "gipsi", o sea gitanazo. Nos han mejorado muchísimo, porque antes nos llamaban "pigs", o sea, cerdos. Así de sutil suele ser la oligocracia con sus siervos de la gleba especialistas en acogida turística y en recursos de intendencia vacacional de atención al visitante con vistas a comprador de segunda vivienda a precio de saldo y técnicos en recogida de vomitonas y guiris destroncados por el exceso de sol, playa y otras hierbas fumables, tragables, bebibles y snifables. Para eso hemos quedado, Sancho, amigo, que diría Don Quijote, absolutamente patidifuso ante el panorama.
A estos tipos de las cúpulas del poder lo que más les preocupa es perder la exclusiva del miedo como ejercicio de presión social, política y económica. Psicológica. Normalmente el miedo es su arma disuasoria más eficaz y no están acostumbrados a sufrir los efectos de sus propios ataques. Pero se les descosen algunos pespuntes y rematan tan mal su tiempo entre imposturas, que el traje invisible del Emperador amenaza con quedar en evidencia. Y ahí pierden los papeles. El miedo se da la vuelta y les sacude en todo lo alto, o sea, en la presidencia del mejunje. El "no" al hipócrita chantaje de la UE no sería un "no" a a europeidad, si la misma Europa tiene griego hasta el nombre; es irrisorio que a estas alturas un pueblo como el alemán, que andaba en chozas y palafitos cuando Homero, Heródoto, Jenofonte, Sócrates, Platón, Aristóteles, Fidias, Praxíteles, Aristófanes o Eurípides, etc, etc.. eran los maestros de la escuela pensante se ponga en plan gallito de corral; sí sería un verdadero oxímoron, que un estilo de entender la vida que ha sido el motor de las dos mayores tragedias que ha sufrido la humanidad, como dos guerras mundiales, con las consecuencias que todos conocemos, se enfrentase al origen de su nomenclatura existencial por un modelo de moneda, de "oikonomía" y "politika", que hasta las palabras se las deben. 
Aquí están enfrentados los cimientos de la civilización y los de la barbarie. Es mucho más una cuestión de valores que de bancos. Aunque la UE quiera reducirlo sólo a eso, a pagarés y facturas. Los DDHH frente  al exterminio programado de humanidad molesta y "poco rentable", pero necesaria como mano de obra "ilota", (eilôtés, esclavo reducido a lo más ínfimo). Ese posible "no" de los griegos significa también la reivindicación de la dignidad y de la soberanía. No será sólo un "sí" a Tsipras. Sólo una ciudadanía capaz de recuperar su dignidad y su autonomía de conciencia colectiva está en condiciones de dialogar los demás aspectos del funcionamiento colectivo. El diálogo es una dinámica entre iguales, sus actores son "análogos" en igualdad, en dignidad y en madurez. Y la UE no lo ve ni lo experimenta así. Sólo ve en los gipsi un felpudo humillable porque es pobre y está muy mal organizado, sin ver que el dinero del patrimonio griego está masivamente en los paraísos fiscales que consienten tanto el FMI como el BM, como el BCE y la CE. Y contra los que ni Merkel ni sus adláteres abren la boca, no se sabe por qué, pero, a falta de testimonios que confirmen lo contrario, se imagina. Y como el caso griego es el extremo más machacado y castigado, puede ser la presión perfecta para desmoralizar a los demás miembros del grupo de países esclavizados por un capital inhumano y enloquecido que ha perdido el sentido y las dimensiones de su atrocidad, borracho de poder y de soberbia. Grecia ha tenido que tocar fondo y perder casi todo, menos la inteligencia y la dignidad, para movilizarse y pasar del "ego" y el "emou" al "hèmeis" y al "hèmôn", o sea del "yo" y el "mío" al "nosotros" y al "nuestro". Al omnia sunt communia. Y lo ha hecho en las últimas elecciones eligiendo el modelo Syriza y no el Pasok ni el populismo-cacique de siempre.
 Syriza es mucho más que la izquierda, es la expresión social del acuerdo ciudadano y de la democracia política, es el acuerdo, la candidatura ciudadana de base al Parlamento para la construcción de una Europa de iguales, olvidando las patéticas "dos velocidades" como valor cuantitativo, esas que tanto sedujeron al felipismo español, y optar por un modelo cualitativo de aprovechamiento y desarrollo económico resiliente e innovador. Y es a ese nuevo empuje social, político y equilibrador de realidades y respuestas, a lo que la UE está poniendo un cerco de asedio atroz, en vez de escuchar y aprender de sus propios errores. La UE tendrá que elegir en qué quiere convertir Europa: o en la unidad del apoyo mutuo o en la bota nazi de los más poderosos e inmisericordes  sobre los menos potentes y más perjudicados, "gracias" a cuya postración se levanta su riqueza y su poder.  

Lo que está haciendo Tsipras es lo que Zapatero debió hacer en su momento y todos se lo habríamos agradecido porque, además de honrarnos con la transparencia y el respeto a la Constitución,  habría ahorrado un sufrimiento y un abuso tremendo, y también una deuda impagable en siglos, no sólo a España, sino, seguramente, también a Portugal, Grecia, Chipre, Irlanda e Italia.  Habría sentado el precedente de que no es tan fácil para la piratería bancaria, estafar naciones cuando los ciudadanos están informados y se hacen conscientes de su fuerza. Ese rol,ahora, lo está desempeñando Syriza y los ciudadanos decentes de Europa tenemos el deber moral de apoyarlo,porque es la expresión democrtica y mayoritaria del pueblo griego. Además de la inteligencia económica de sostenerlo, porque es la única baza digna para la recuperación de la soberanía de un Estado. Y sobre todo, el precedente, el paradigma de nueva conciencia social y de otro modelo de comportamiento en la UE, mucho más de acuerdo con un futuro sostenible que el sistema terminator que ahora nos oprime.  

Ayer la europrensa estaba en plan buitre esperando que los griegos se suicidasen en masa y no fue así. Se ha estudiado a conciencia que a nadie le falte lo fundamental, que haya 60 euros por día para cada ciudadano con acceso al cajero. Que los transportes sean gratis mientras se estudia el referendum. Por la noche la inmensa multitud serena en la Plaza Sintagma fue un ejemplo mundial ante la histeria provocada en los media por "el corralito" más virtual que real, que se convirtió en el Ágora de la eurodignidad. Creo que al club de la eurocomedia le puede salir el tiro por la culata, como le ha salido a los profetas demoscópicos  que en España daban al PP el triunfo y a Podemos y a Ciudadanos, un subidón de aquí te espero, un discreto stand by para IU y  con la práctica reducción del Psoe en votos a la altura de UPyD, en las pasadas elecciones de Mayo. Y ya vemos el resultado. 

Es muy posible que los griegos hartos de tanto mareo y sabiendo lo que la UE ha dado de sí en estos cinco años interminables de sadismo puro y duro, terminen por simplificar la solución, y, como Alejandro Magno, acaben por deshacer de un tajo consensuado en las urnas el insoportable y criminal nudo gordiano que les cierra el paso a la dignidad y les priva de sus derechos fundamentales.
Yo voy con Grecia! 


                                              Πάω με την Ελλάδα  
                                  Resultado de imagen de bandera de grecia

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