sábado, 22 de septiembre de 2012

HISTERIA, HISTORIA Y ORDEN PÚBLICO


LA RESPUESTA DE LOS CIUDADANOS A LA CRISIS
Comentarios: 367 | ELENA HERRERA
Acusa de un delito contra los altos organismos de la nación a quienes participaron en una asamblea en el parque del Retiro de Madrid. 10 de ellos han sido citados en la AN y se enfrentan a penas de hasta un año de cárcel.
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Amenazar nunca da resultados. Es inútil. Primero porque se convierte en "héroes" a los que casi nunca lo son ni merecen tal calificativo. Segundo, porque se crea una tensión innecesaria ya que las improvisaciones y las rabietas que no tienen base por lo absurdo de sus planteamientos se derrumban solas. Y tercero, porque como un verdadero movimiento de base y de conciencia tenga raíces profundas, sensatas y justas, lo único que se hace con las prohibiciones, además del ridículo, es afianzarlo mucho más. Por ejemplo, el movimiento comunista en España, estaba superperseguido en el franquismo, se asesinó a sus componentes, se les encarceló y por eso fue precisamente el principal motor de las bases que sostuvieron el cambio y jamás se pudo desmantelar porque conectaba con el sentimiento general de cansancio popular y encefalograma pano del régimen. 
Para los ciudadanos resistentes y disidentes que eran muchísimos, pertenecer al PCE o asistir a sus reuniones clandestinas era un privilegio. Lo recuerdo en la universidad y en el mundo obrero. Fue lo que mantuvo abierta la esperanza y activa la conciencia en aquel mar de los sargazos mediocre y aplatanado que padecimos y al que nadie lúcido y sano desea volver. 
De hecho, cuando llegó la libertad y la democracia, el PC comenzó a decaer por sí mismo y ha desaparecido de la escena política para dar paso a una conciencia nueva mucho más plural y sensible a las necesidades de los tiempos y de las conciencias.
Los dirigentes se equivocan cuando tratan los problemas de descontento real y muy justo, con los métodos represivos que aplican a  la algarada y el desorden público caprichoso. También se equivocan cuando dan demasiada importancia a iniciativas minoritarias, oportunistas o histéricas, fuera de tiesto, que sólo buscan hacerse notar e inventarse una sigla nueva, como es el caso del 25-Ego, para diferenciarse del 15-M que para su "rebeldía" ya está muy visto y sobre todo, no lo han inventado ellos.
La mejor manera de arreglarlo es acercarse como representantes electos y legales de la ciudadanía, sin policías ni "protección" , sino como quien no teme porque su conciencia está tranquila; sería estupendo tener un ministro de Interior capaz de asistir a una de esas convocatorias en el Retiro y preguntar qué buscan, cuál es la finalidad exacta de su propuesta. Y aclararles que hay escucha y disposición de acoger sus reivindicaciones, estudiarlas, debatirlas juntos y aceptar las sugerencias que ayuden al bien común. Que podrán manifestarse siempre que soliciten los permisos y acepten las condiciones de respeto a las instituciones y a las personas físicas dejándoles muy clara la legislación vigente. De lo contrario no se les detendrá ni se les maltratará, pero pagarán multas importantes y cuantiosas y en su defecto, habrá penalizaciones como trabajar gratis jornadas laborales completas en servicios públicos, limpiando, cuidando jardines, sacando la basura, o como agentes gratuitos para asistir a los dependientes que se han quedado sin ayuda o  como cuidadores de los comedores escolares y así evitar que las familias paguen por el tupperware de los niños.
De ese modo se podrían conseguir mucho mejores resultados para todos. Porque los que desean un cambio político y se implican desde la noviolencia, el respeto, la inteligencia y la justa desobediencia civil a lo injusto, podrán trabajar sin "dobles" oportunistas que empañen las reivindicaciones de lo esencial y los imitadores teledirigidos se quedarán sin herramientas de acción racional.
En cualquier caso quienes gobiernan no deberían olvidar jamás, que en toda iniciativa por muy estrambótica que sea, hay personas con derechos y hay que respetarlas como lo que son. Seres humanos que desean cambiar las cosas a mejor y que eso es siempre una riqueza que se debería canalizar y no suprimir. Educar y no aplastar ni prohibir.
Claro, que para actuar así, hace falta inteligencia y talento. Habilidades sociales y sabiduría para usarlas. Clarividencia y sutileza. No pillería maquiavélica. Respeto por el prójimo como por uno mismo y una sana disposición flexible y serena para la escucha activa; ésas deberían ser las cualidades fundamentales para un servidor de los asuntos públicos, pero por desgracia, en un país acostumbrado a considerar ese trabajo como "carrera" hacia el poder y el lucro, hasta que no nos demuestren lo contrario, es un imposible, al menos de momento. Mientras ese gravísimo entuerto se vaya solucionando, mejor no caer en la provocación ni en la hipérbole histérica de la chulería, del "porcojonismo" habitual por ambas partes,que ya la historia nos ha enseñado como terminan estas miserias. Fatal. O directamente en la nada.
Mejor no repetir lo de siempre si se sabe que lo de "siempre" es una chapuza. Y que nunca lo malo conocido es mejor que lo bueno por conocer y que pensar mal no es casi nunca un acierto,porque lo malo que se piensa se potencia con el pensamiento y el deseo para que se materialice. Y lo mismo vale  para lo bueno.
Pero el conocimiento del campo intencional ya es  otra historia que no se puede improvisar para solucionar nada repentino, si primero uno no sabe nada del propio funcionamiento de su mente y sus emociones. Los mejores aliados y las peores armas de destrucción masiva que tiene la humanidad. 


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