jueves, 17 de julio de 2014

Razones para la unidad

La importancia de Izquierda Unida

por Luis García Montero

17 jul 2014



Quisiera recordar aquí la importancia de Izquierda Unida. Quisiera recordárselo sobre todo a los compañeros de Izquierda Unida y del Partido Comunista. Como llevo años defendiendo la necesidad de un Frente Amplio y la configuración de una nueva mayoría social con voluntad de intervención política, me parece conveniente ahora afirmar que Izquierda Unida no puede diluirse en este proceso. Debe jugar un papel importante en la elaboración de la convergencia.
Después del éxito de Podemos en las elecciones Europeas, se han producido reacciones de diverso carácter. Un sector amplio de la derecha quiere demonizar a su líder Pablo Iglesias con calumnias y acusaciones disparatadas. La derecha es consciente del favor mediático que le hace. Por otro lado, un sector significativo de la izquierda ha corrido a confundirse con Podemos. Confieso que yo no me identifico con ninguna de las dos necesidades. No desprecio a Podemos y le deseo la mejor suerte. Pero tampoco me siento uno de sus devotos. No podría aportar nada a su mundo, y se trata de aportar. Quizá sea cuestión de edad, pero opino que otras perspectivas necesitan también mantener su protagonismo en la construcción de la izquierda real española.
Desde las elecciones Europeas sólo ha cambiado un detalle significativo en mi forma de pensar. Antes estaba convencido de que la configuración de un Frente Amplio, la respuesta unitaria de la izquierda alternativa al bipartidismo, era imposible sin Izquierda Unida. El que no aceptase transformar sus prácticas y abrirse a la pluralidad me parecía un tapón insuperable en las ilusiones ciudadanas y en las estrategias políticas. Ahora, después del protagonismo de Podemos, está en duda que los controles internos del aparato de Izquierda Unida puedan taponar una alternativa.
¿Pero qué alternativa puede esperarse sin Izquierda Unida? Me lo pregunto a mí y se lo pregunto a los compañeros que hace unos meses cerraron filas con el aparato y ahora corren en desbandada para confundirse con Podemos. Los mismos jóvenes que votaron contra las primarias, los mismos que han cortado los debates de la pluralidad en las elecciones internas, los mismos que pactaron la candidatura de Willy Meyer al Parlamento Europeo, poco tiempo después se convierten en grupo de presión para que Willy Meyer dimita y para santificar las primarias.
Confieso que me gustan poco los debates de renovación centrados en la dinámica biológica de los jóvenes y los viejos. El joven Pedro Sánchez acaba de ganar unas elecciones primarias en el PSOE que representan un verdadero éxito para el aparato más tradicional de su partido. La dinámica simple de la juventud contra la vejez propicia una renovación interna de los aparatos, pero no un cambio de políticas y actitudes. Tan peligrosos son los viejos que quieren taponar la entrada de políticas jóvenes, como los jóvenes que quieren matar al padre para ocupar un cargo y perpetuar las actitudes de siempre. Confieso también que considero un peligro cualquier debate sobre métodos que sustituya la discusión profunda sobre los programas y los diagnósticos de la realidad. Los buenos métodos naufragan en manos del infantilismo político, igual que los buenos programas naufragan sin un espíritu de democracia participativa.
El PP, en nombre de las élites económicas, está liquidando de forma vertiginosa las conquistas cívicas y sociales de la democracia española. Entre mordazas, decretos, recortes y procesos de privatización, está dejando al Estado en el esqueleto mínimo que le hace falta para asegurar la prepotencia de los privilegiados. En este panorama, expulsar del Gobierno al Partido Popular es una prioridad. Es algo urgente. Izquierda Unida con su experiencia de Gobierno resulta hoy fundamental para que sea posible una alternativa, por ejemplo, en Valencia y Madrid o en cientos de municipios españoles. Y, desde luego, en el Gobierno de la nación.
Así que vayamos con prudencia. Considero una necesidad objetiva de la izquierda comprender que el aparato del PSOE, el anterior y el nuevo, pertenece a un sistema bipartidista plegado por rutina a los intereses de las élites económicas españolas y europeas. Considero, sin embargo, que es una actitud de infantilismo izquierdista afirmar que el PSOE y el PP son lo mismo y que no se pueden firmar pactos de gobierno con el PSOE. Así lo mantiene Izquierda Anticapitalista, una de las columnas vertebrales de Podemos. Es un matiz en el que nos jugamos el futuro de España en los próximos años. El PP es consciente de lo que hace cuando le da a Podemos protagonismo mediático con sus calumnias.
Izquierda Unida ha demostrado en Andalucía que se puede gobernar, parándole los pies al PP y sin venderse a las políticas neoliberales del aparato socialista. En la crisis desatada desde la Presidencia sobre la Consejería de Fomento y Vivienda, Izquierda Unida demostró que no hay por qué plegarse a las presiones de los bancos y que es posible mantener con firmeza una política de vocación social contra los desahucios.
Estamos en España, en Europa. En un panorama en el que la derecha quiere ofrecerle al PSOE una gran coalición y una reforma electoral para limitar la representatividad democrática en los ayuntamientos y las Comunidades Autónomas, resulta más importante que nunca configurar una izquierda no populista, capaz de movilizar a la clase media y a la clase obrera en defensa de la democracia social. La reconstrucción de la dignidad laboral es la tarea democrática prioritaria en un país que ha decretado la libertad de explotación. Izquierda Unida es imprescindible en esa tarea más allá del festival de estrategias que provoca la derecha para desviar la atención. La derecha quiere silenciar, dar por jubilada, a una izquierda con la madurez política suficiente y necesaria para desalojarla del Gobierno.
Izquierda Unida necesita recuperar su orgullo. Esto no significa, claro está, que deba renunciar a la voluntad de sumar y de abrirse a la configuración de un frente amplio. Significa que no debe perder la conciencia de su importancia. Lo dicho: ni cerrar filas, ni correr en desbandada. Cada cual en lo suyo para enriquecimiento de todos.

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Muy buen artículo, poeta lúcido.  Y estoy de acuerdo en casi todo lo que dices. En todo lo fundamental, que es casi todo lo que expones con esa sensatez que no se rinde a la primeras de cambio y que es la honestidad. 
Se nota cierta preocupación acerca de que los españoles dejen de mirar hacia IU como una referencia imprescindible. Aunque los augures demoscópicos o los malos farios hagan amagos por todas partes y los antecedentes del hundimiento de psoe pongan las barbas del miedo a remojar, no es el caso; no lo va a ser. Aunque desde luego dependerá sobre manera de como reaccione el "aparato" de IU, más que del temor a  que los votantes hagan de su voto un sayo. Para que el "aparato" no desbarre conviene sobre todo no mirar tanto a la posible pérdida de poder e influencia social en las urnas, como a la realidad ética que requiere la ciudadanía en un momento tan duro y transcendental para la historia como éste, en el que nos jugamos TODO frente a un poder completamente deshumanizado y devorador. Terminator. Ese ese el verdadero argumento que IU ni ninguna fuerza social de izquierdas, o sea, evolucionada y cívica, no debería dejar de lado ni por un momento.

Personalmente, y hablo en nombre de muchos ciudadanos que les ha pasado lo mismo, y excepto esta primavera a Podemos, y salvo en dos legislaturas en que consideré el voto útil y lo di al psoe, siempre he votado a IU. Y hubiese dado cualquier cosa para que Julio Anguita hubiese llegado a formar un gobierno en su momento. Sé que habría sido un éxito y un verdadero regalo para los españoles, no sólo por su socialismo real y decente, como también por sus cualidades humanas y su inteligencia, de una calidad ética que no abunda entre los que pululan por el poder, que Julio siempre ha considerado en la práctica, una responsabilidad del servicio al bien común. Ejemplar.
Lo chungo del caso no es que haya fallado IU como programa ni como apuesta social, ni como ideario político o económico, lo malo del caso ha sido que en una especie de  tu quoque , IU se ha integrado en el uso de lo mismo de siempre. Y ha terminado por caer en las mismas formas inoperantes de un sistema que ya no se tiene en pie. Se ha integrado tanto, que su hilo conductor con la realidad de los ciudadanos se ha deshilachado, se se ha desvahído. IU, por ejemplo, ha perdido ocasiones de lujo para demostrar de qué lado anda, cuando se rodeó el Congreso, por ejemplo, y no abandonó los escaños en bloque para unirse a los ciudadanos. En un estado de emergencia eso no es "populismo" es dejar muy claro de qué lado se está, si del lado de la 'legalidad vigente' pero absolutamente obscena o del lado de la justicia social y de las víctimas que su olvido está causando e incluso abandonándolas en una 'ilegalidad' postiza y contrahecha.

Choca bastante que un poeta "mojado" en lo social hasta el comunismo, que es humano y con sentimientos tan hermosos en sus versos y en sus prosas, llame "populismo" a la honesta y humilde democracia de base que se trabaja en Podemos, en vez de reconocer limpiamente que ese "populismo", en su poca  cosa,  resuelve desahucios y acompaña dolores, y entiende de leyes con que lograr alquileres sociales o daciones en pago o impedir privatizaciones y suicidios, o que un ayuntamiento destroce una ciudad y calma angustias ayudando a racionalizar las soluciones más justas para el bien de todos y no sólo de una ideología por muy buena que sea, sí, me choca mucho, que la importancia de un contexto ideológico, de unas siglas o de un hábito social y mental, prevalezca por encima de la realidad que está horadando el suelo bajo los pies de todos, hasta los del abuso y la componenda. Creo que la mayoría de edad de todo socialista/comunista pasa porque las ideas no eclipsen personas ni vulneraciones concretísimas de derechos de todos y no sólo de los nuestros. Cuando un ciudadano de izquierdas es capaz de ir a apoyar a las víctimas de desahucios o de recortes o de despidos más que improcedentes, que han votado al pp, sin importarle nada que por ese voto estemos como estamos, y cuando un votante del pp acude a las asambleas de Podemos porque siente que está mucho más cerca de ese modo de ver la vida que de lo que votaba engañado, algo muy fuerte se está moviendo entre los españoles de todas las edades y condiciones. Y a un nivel tan profundo que ni la propaganda, ni el miedo, ni las mentiras, ni la desafección de los antiguos correligionarios tienen ya poder para disuadirle de cuál es su lugar en la resistencia creativa que está abriendo caminos de otro orden y lucidez en el caos. El bofetón de la realidad ha abierto los ojos de la ciudadanía. Tal vez el "pecado" de IU ha sido simplemente considerar que "eso" es populismo. Tampoco ha caído en la cuenta de considerar si un diputado o un senador de izquierda real necesita ganar lo que gana en el momento económico en que estamos...El partido 15m-Podemos, sí lo piensa y actúa en consecuencia. Obras son amores y no buenas razones. 

Creo que en este momento el debate sustancial no es si nuestra sigla va a tener o no que capitular ante otra, sino que todos juntos y aunque sea al precio de nuestro orgullo de la clase que sea,  pongamos como meta de todo y ante todo, el bien común. Es la base en que los ciudadanos que ahora se llaman Podemos, han estado trabajando anónima y acéfalamente, durante tres años en el 15M sin preocuparse de mantener la sigla ondeando en los medios, sino repartidos como semilla fértil en todos los estratos sociales, haciendo más que hablando. Creando e inventando, más que haciéndose publicidad ni trepando a por escaños ni queriendo llegar al poder desde arriba, sino empeñados en crear el poder de la democracia desde abajo, sin comisarios políticos ni controladores "de masas"; cuando la cosecha ha llegado ni siquiera ha habido que ir a los bancos por crédito. No ha hecho falta dinero, el trabajo ha sido la mejor propaganda. Y de eso creo que Anguita al crear el Foro Cívico ya adelantó mucho y abrió nuevos caminos para coincidir. Lo mismo que lo han hecho las Marchas por la Dignidad. Y también creo que Alberto Garzón ha entendido el mensaje ciudadano perfectamente y que él mismo está implicado en esa evolución hacia las confluencias y la esperanza con logros. Creo, sinceramente, que sin Julio y Alberto, Podemos no habría tenido tan estupendas referencias y maestros de primera. Son referentes sin los que no se entiende este movimiento ciudadano y que nos vinculan de corazón y de reflejos. Como lo ha sido también tener 36 años de una deficiente, pero imprescindible libertad y logros como la educación gratuita, la sanidad, la igualdad, el cuidado de los dependientes, las pensiones intocables, una propuesta para revisar la memoria histórica y unas autonomías renqueantes pero que van abriendo paso a una futura república federal.

Son mucho más fuertes y nítidas las sendas que nos unen que las siglas-pegatina que nos separan. Afortunada y esencialmente IU es humanidad unida, igual que Podemos, sino fuese así no valdría la pena ni considerarlas como alternativas serias a esta broma macabra que nos agrede constantemente con su ppoppularidad.. Y eso no lo puede evitar ningún "aparato" de ideología ortopédica. Por muy correctora y protésica que se presente  y por mucho que se empeñe en enderezar los renglones torcidos de la solidaridad, que salta donde menos se la espera y aparece donde nadie se lo imagina. Creer que la clase media no está presente en Podemos indica que no se sabe muy bien de lo que se está hablando o de que el concepto de "clase media" es más bien alto-burgués, precisamente es la clase media el estrato social que más abunda en Podemos, a la que se está exprimiendo como cítricos valencianos; los pobres son tan pobres y los han dejado tan mal que ya no les quedan ni ideas políticas ni televisión ni electricidad ni casa, ni tablet, ni Iphon ni Nokias, para poder enterarse de lo que es Podemos. Así están las cosas para los más más perjudicados. O comida o redes. El factor clase media lo que hace es consumir lo imprescindible para no terminar como los pobres-pobres. Por eso se vende y se gasta tan poco y consumen sólo los medio-alto- burgueses y burgueses del todo, que son minoría como siempre y se van con las élites de pedigrí, o sea, con la casta.

¿"Populismo"? Pues si esto que estamos viviendo lo es, seremos populistas entonces y será un honor. ¿Qué hubiese dicho Esperanza Aguirre de Lenin? Pues lo mismo que dice de Pablo Iglesias y Lenin es el padre de la patria comunista ¿no? ¿Y de Gandhi? lo mismo, porque todo lo que mueve a millones de personas en un mismo ideal, les resulta "populista" a los que sólo tienen el prevalecer de lo suyo en el poder como lema sin contar con las mayorías ciudadanas y sus necesidades y derechos, recuerdo que a Gandhi, como a Mandela los imperios que cayeron les llamaban también populistas y hasta terroristas, como han llamado a Ada Colau y a Iglesias. Es el miedo normal en los estamentos que ven peligrar sus prebendas y caer sus pedestales de todo tipo, también a la izquierda cuecen habas, por desgracia. El remedio mejor es no tener que perder ni las unas ni los otros, o sea ni prebendas ni altares, simplemente porque no se necesitan ni se quieren. Populismo es ponerse a la cola del paro haciendo comedia como Rajoy, para que le voten y cuando se gana multiplicar el paro ad infinitum, por ejemplo. Usar a la niña lacrimógena en la campaña electoral y dejarla sin escuela, sin comedor o sin libros ni becas,  cuando se ganan las elecciones. O  llevar doble vida yendo de decentes y puristas en lo público y siendo unos marrulleros enchufistas conseguidores en lo privado, en fin, eso sí es populismo, que es un abuso de lo popular hasta corromperlo y arrebatarle la esencia de pueblo, para hacerlo material de desecho. Y eso, desde luego no es Podemos, lo mires por donde lo mires.
Pero, da igual ¿Qué es un triste adjetivo como ése cuando la realidad demuestra lo que hay? Ande yo caliente y ríase la gente, querido poeta. Aunque tal vez,  debería ser más preocupante para alguien de izquierdas la sospechosa coincidencia con el vocabulario de Esperanza Aguirre y sus legiones, que también acusan a Podemos de populismo demoníaco cada cinco minutos. A ver si va ser que después de todo la casta contamina más subliminalmente de lo que parece...Acerca demasiado los extremos del mismo plano del miedo y se cuela por todas las rendijas que encuentra, a lo mejor hay que sellarlas mejor. Las rendijas, claro.


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