George Orwell: «En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario».
sábado, 12 de julio de 2014
Gaza
Prefiero no nombrarte
por pudor
porque me da vergüenza
lo confieso
nombrarte tantas veces
para seguir igual
y ver como te matan
cada día
desde hace tantos años
mientras eres pantalla
de noticia
aquí desde mi asco
y mi estupor inútil
masticando cinismo
esa insistencia
es como de película tremenda
un thriler
de trileros obtusos
sin remedio posible
que te esquilman
y te arrancan el alma
sin mirarte a los ojos
con su ley del Talión
esculpida en el hueco
donde jamás saltó
ni una chispa fugaz
de la conciencia viva
tan sólo un apagón de la piedad
black-out demoledor
y sin entrañas
Nombrarte y no hacer nada...
no poder hacer nada
para recuperarte
soportando la vida en ese infierno
y abandonarte luego a tu destino
de noticia y costumbre
recurrente
aquí, desde mi asco,
desde esta disidencia en tanta soledad
para acogerte, curarte las heridas,
escucharte y llorar con tu llanto
esa interrogación fatal
del abandono
Y no voy a nombrarte
aunque me duele inmenso
tu dolor y la obscena tragedia
de tu constante luto riguroso
que tan sólo me queda
como triste homenaje
a la inutilidad
el tributo ruín de la vergüenza
que da este no entender
por "saber" tanto
y por poder tan poco
Cuando el horror ondea
y hace del mundo un campo de exterminio
de poco sirve el nombre
que sólo se pronuncia
para reivindicar puntadas al olvido
y soterrar la pena en la impotencia
Te dejo aquí un abrazo de silencios
como lluvia cansina
con toques de aguanieve
persistente y anómala,
que de repente arrecia
en medio de otro invierno
envuelto en el disfraz
de un Julio intempestivo
que una vez más,
según la meteorología
de la muerte y sus bombas,
ha vuelto a equivocarse de estación
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