jueves, 4 de febrero de 2021

Cultura y Conciencia son un pack imprescindible y Piotr Kroprotkin, un ejemplo de ambas, su vida y su obra son una demostración de que siempre se puede evolucionar a mucho mejor aunque se haya nacido en una burbuja aislada de la realidad social en plan flor y nata del capitalismo hereditario. Junto a Bakunin, es un maestro de la civilización y de la inteligencia social, al que se debería estudiar desde la escuela primaria. Una vez más, gracias, Público

 

Cultura

Centenario Kropotkin

El historiador Jordi Maíz inagura este sábado en el Local Cambalache las jornadas sobre el pensador y revolucionario ruso organizadas por el ‘Grupo Anarquista Higinio Carrocera’.

Se cumplen 100 años de la muerte del revolucionario ruso Piotr Kropotkin, por ello el Grupo Anarquista Higinio Carrocera y la CNT organizan un programa completo de charlas, presentaciones y seminarios con motivo de este centenario, que pretende divulgar la vida y el pensamiento del fundador del comunismo libertario o anarcomunismo. Las charlas se desarrollarán entre este mes y el de septiembre de 2021, en Uviéu, Xixón, La Felguera y Villaviciosa. Los actos de la CNT están pendientes de confirmar a la espera de que se despejen las incógnitas sobre las restricciones sanitarias.

Nacido en 1842 en Moscú en el seno de una familia aristocrática con más de 1200 siervos, el príncipe Piotr Kropotkin asistió a una de las más selectas y elitistas escuelas militares del antiguo imperio ruso, desempeñándose más tarde como oficial en Siberia, donde participó en varias expediciones geológicas. Polifacético y prolífico, sus inquietudes sociales, políticas y culturales pronto le llevaron a enfrentarse a su clase privilegiada. En la década de 1870, con 30 años, ya era un consumado conspirador revolucionario en contacto con la Internacional, y concretamente con la tendencia anarquista que encabezaba otro renegado de la aristocracia rusa, Mijaíl Bakunin. Encarcelado por su activismo en 1874, logró escapar dos años después de la prisión militar de San Petesburgo con la ayuda de sus compañeros. Tras ello huiría del país. Los siguientes 41 años los pasaría en un largo exilio en Suiza, Francia, donde volvió a estar encarcelado por su activismo político, y Gran Bretaña. También tendría tiempo para visitar España y relacionarse con los círculos revolucionarios, de mayoría anarquista. En este largo periodo en Europa Occidental escribiría la mayor parte de su obra, en la que destacan sus dos obras más conocidas “La conquista del pan”, de 1892 y “El apoyo mutuo” de 1902. Kropotkin llegó a imaginar de forma bastante detallada una sociedad comunista descentralizada, libre del gobierno central y basada en asociaciones voluntarias de comunidades autónomas y empresas cooperativas dirigidas por sus trabajadores.

En 1914 apoyó a Francia en la Primera Guerra Mundial al considerar que la guerra estaba justificada por la agresividad del imperialismo alemán. Esta posición del lado de un Estado en un conflicto imperialista le valió fuertes críticas en el seno del movimiento libertario, antibelicista y opuesto a cualquier apoyo al esfuerzo bélico en nombre del patriotismo. Con el inicio de la revolución y la caída del zarismo regresó a Rusia en 1917. Ilusionado con las posibilidades que se abrían, durante la revolución abogó por el cooperativismo, la transformación del imperio en una república federal, y la continuidad de Rusia en el conflicto europeo junto a Francia y Gran Bretaña. Tras el triunfo de los bolcheviques, que firman la paz con Alemania y sacan a Rusia de la guerra, asumiendo con ello grandes pérdidas territoriales, llegó a entrevistarse con Lenin.

Su relación con el bolchevismo no fue fácil. Prontó se sintió decepcionado con el rumbo que tomaba la revolución rusa. En marzo de 1920 escribía a Lenin una carta “con camaradería y afecto” en la que planteaba al líder de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia alertándole de las dramáticas condiciones de vida del pueblo, y advirtiéndole que si la situación seguía deteriorándose “la palabra socialismo será convertída en una maldición”, tal y como había pasado con la palabra igualdad después del jacobinismo y el terror revolucionario en Francia. A pesar de sus críticas a los comunistas, el prestigio nacional e internacional de Kropotkin era tan grande que en parte le siguió protegiendo. El 8 de febrero de 1921 falleció en Dmítrov. Su entierro fue multitudinario.

Además del extenso programa organizado por el movimiento libertario asturiano, Radio QK emite ya las ‘cápsulas kropotkianas’, en donde se radian breves espacios con textos y reflexiones del pensador anarquista ruso. El grupo Higinio Carrocera ha puesto a la venta una camiseta conmemorativa para recaudar fondos y financiar las diversas actividades del “año Kropotkin”

No hay comentarios: