Yo diría que estos tipos se reproducen por esporas últimamente... Vamos, que en cuanto te descuidas saltan a la yugular con un desparpajo quepaqué, colonizándolo todo literalmente desde el Paseo del Prado a la Castellana, a base de embanderar el mejunje con mentiras a toneladas. Lo más patético es que, con un empatía inexplicable nosotr@s les paguemos las facturas de todo, incluidas las de los platos rotos, o sea, la de nuestra propia vajilla social, política y económica destrozada por ellos, eso sí, siempre, siempre, muy cons-ti-tu-cio-nal-mente, sin perder las buenas formas entre sapos y culebras, y con la venia, señorías o majestades, según indique la denominación ad hoc del protocolo vigente, of course.
Ains!
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