España modesta e hipócrita
El coronavirus ha venido a confirmar el acierto que tuvo Enric Juliana hace unos meses con el análisis de España tras la Gran Recesión. Añadiría el calificativo de hipócrita
Enric Juliana advertía
que le constaba que si hay un adjetivo que no le gusta a los españoles
es el de modesto, pero añadía a continuación que ese era el calificativo
que mejor correspondía a la situación de España tras la crisis
económica desatada en 2008. España no se encontraba, ni se encuentra, en
una situación similar a la del inicio de la Primera Restauración, que
llevó a Cánovas a decirle en un aparte a Alonso Martínez, cuando se
discutía en las Cortes el artículo de la Constitución en que se definía a
los españoles, que son españoles "los que no pueden ser otra cosa".
Pero tampoco se encuentra en la situación en que se encontraba desde
finales de los años 80 del siglo pasado hasta primeros años de este
siglo. O mejor dicho, en la situación en la que los españoles pensábamos
que nos encontrábamos. La crisis de 2008 vino a recordarnos la modestia
de nuestra posición en el entorno de las naciones europeas,
singularmente de las occidentales, modestia que ha venido a confirmar la
irrupción del coronavirus en nuestras vidas.
Las
crisis son momentos en los que las sociedades se retratan. Cada una a su
manera, como suele ocurrir a las familias desgraciadas, según Tolstoi.
Cuando se crece, se crea empleo, se ahorra y se dispone de una "hucha de
pensiones" de decenas de miles de millones... una sociedad puede llegar
a creer no solo que ha subido a la primera división, sino que incluso
puede competir por estar entre los primeros en dicha división de honor.
La crisis pone a cada sociedad en su lugar y deja al
descubierto, además, la política que cada sociedad pone en práctica para
hacer frente a la misma a través de la mayoría parlamentaria y el
Gobierno que ella misma ha elegido. Porque, al final, lo decisivo no es
la crisis, sino la forma en que se reacciona frente a ella.
Los
ciudadanos españoles reaccionaron a la crisis de 2008 eligiendo una
mayoría absoluta del PP, que optó por un gobierno no conservador, sino
el más abiertamente reaccionario de todos los imaginables. De ahí ha
venido el aumento de la desigualdad y la obscena concentración de la
riqueza y de la pobreza, que ha convertido a España en uno de los países
con mayor aumento de la desigualdad entre los de la Unión Europea en
estos años de crisis; de ahí el rescate bancario al que se dedicó una
cantidad similar a la que se consumió de la "hucha de las pensiones",
que "formalmente" no se han rebajado, pero "materialmente", sí; de ahí
la reducción en el porcentaje del PIB dedicado a la enseñanza e
investigación y a la sanidad, acompañada del aumento de la financiación
de la enseñanza concertada y de la apertura de una autopista para la
sanidad privada; de ahí la derogación de facto de la ley de
dependencia... y un largo etcétera.
España ha acabado
teniendo más millonarios que antes de la crisis, pero también muchos más
pobres de solemnidad y muchos menos ciudadanos de clase media. Menos
médicos y enfermeros en la sanidad pública. Menos profesores e
investigadores. Menos policías y guardias civiles. Y eso no ha sido
resultado de una catástrofe natural, sino de una política
deliberadamente aplicada desde 2011 a 2018.
Es esa
España debilitada por la forma en que se ha respondido a la Gran
Recesión la que tiene que hacer frente a la pandemia generada por el
coronavirus. Y estamos descubriendo, por ejemplo, las consecuencias de
los recortes en la sanidad pública con la finalidad de abrirle la puerta
a la sanidad privada, que, a la hora de la verdad, pretende quitarse de
en medio. Ahí tenemos a uno de los grupos gigantes, HM, enviando un
whatsapp a sus trabajadores para que se tomen vacaciones en estos días.
En medio de la crisis sanitaria mayor con la que ha tenido que
enfrentarse este país, una sanidad pública descapitalizada por el
gobierno de Mariano Rajoy o los gobiernos de las Comunidades Autónomas,
tiene que hacer frente a la misma prácticamente en solitario, porque la
sanidad privada no está para eso.
España modesta e hipócrita. Los mismos a los que se llena la boca de decir que España es un gran país son los que han puesto en práctica la política que la ha debilitado para enfrentarse a una situación excepcional como la que estamos atravesando. ¿Cómo es posible que tras lo que han hecho los gobiernos presididos por Esperanza Aguirre o Cristina Cifuentes, la señora Ayuso se atreva a decir las cosas que está diciendo?
España modesta e hipócrita. Los mismos a los que se llena la boca de decir que España es un gran país son los que han puesto en práctica la política que la ha debilitado para enfrentarse a una situación excepcional como la que estamos atravesando. ¿Cómo es posible que tras lo que han hecho los gobiernos presididos por Esperanza Aguirre o Cristina Cifuentes, la señora Ayuso se atreva a decir las cosas que está diciendo?
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