Querida y torcidísima derecha:
Disculpa que en medio de tanto rifirrafe me dirija a ti en este plan, pero es que creo que como hermana de especie tengo un compromiso solidario y fraterno contigo y tus huestes. Una hermana muy mayor que ha visto la historia desde 1947 hasta aquí puede que tenga algún valor antropológico con que ayudar en un momento tan duro para el mundo entero, y en nuestro caso, para España.
Si se está centrados y se tiene madurez, el mejor modo de comprobarlo es en tiempos difíciles, lo mismo que al contrario, las cabezas de chorlito y las neuronas al Jerez, se ponen de manifiesto en los mismos periodos de dificultad.
Si el momento es tan duro para todos y todas, lo primero, antes que ningún interés ideológico, religioso , político o partidista, debe haber una escala ética de valores inalterables, que empieza por el profundo respeto a los seres humanos,sean como sean sus actitudes, ideas o tendencias, o clase social, o procedencia étnica o cultural. No se trata de un respeto meramente formal de "buena educación" de palabra y paripé, se trata de respeto a la inteligencia, de no maltratar la dignidad de los seres humanos proponiendo barbaridades y despropósitos que nadie valora ni valorará. Usar el lenguaje como armamento contra la sensatez, primero ofende, luego pringa, después cansa y por fin, aburre mortalmente, de modo que cuando apareces en las ondas y pantallas, se hace zapping automáticamente, porque has consumido el cupo de paciencia, que ya está muy mermado con el rollo del confinamiento, las colas, los desinfectantes, los guantes y las mascarillas a tutiplén. Comprende, derecha, que ya nos has quemado bastante con tus abusos, con tus recortes para casi todos y tus despilfarros corruptos solo para unos cuantos. Debes recordar que no somos amnésicos, que tenemos en la memoria todas tus barrabasadas, tus tramas podridas, tus enjuagues en los tribunales, tus privatizaciones bestiales de la sanidad pública y el cobro de impuestos a los ciudadanos más modestos como la evasión y las rebajas para terratenientes con título nobiliario o pastón en paraísos fiscales, y declaraciones privilegiadas de la renta que salen a devolver, como la Casa de Alba, por ejemplo, que con vender el palacio de Liria o el de Sevilla, podría solucionar la miseria y la estafa de los más abandonados y olvidados, el dolor de quienes no pueden tener un techo porque han perdido el trabajo y no hay un estado social capaz de darles un techo y un sustento hasta que puedan recuperar su trabajo y una renta que permita los mínimos de la supervivencia sin pedir limosna.
No sé por qué con este currículum de maldades adminsitrativas y falta total de humanidad, de imborrable memoria, te empeñas en ir vociferando, insultando y echando en cara las consecuencias de tus fechorías al gobierno actual, que tendrá sus fallos, por supuesto, pero que en falta de moral y de vergüenza y discapacidad voluntaria para hacerlo lo peor posible "porque teda la gana", no te llega ni a la suela del zapato.
No tengo nada contra ti por ser derecha, al contrario, estoy convencida de que un país inteligente y lúcido debe ser ambidiestro, saber coordinarse aprovechando las mejores cualidades de cada sensibilidad política. Lo contrario es propio de países estúpidos y miserables que desperdician sus mejores recursos humanos en peleas, rivalidades y tripas revueltas, que el final se acaban convirtiendo en pura miseria social e impresentable. Y en un boomerang para sus gestores políticos, que es lo que os está pasando, sin duda.
Hasta ahora no os hemos visto un solo gesto de generosidad, de grandeza de alma, de miras más altas que el chanchullo y el chismorreo a lo inder, a lo maruhender y a lo caponeiter. A lo florentiner y a lo Ibex35. disfrazado de ultraconstitucionalismo, bastante más ultra que otra cosa, la verdad.
Y es que nos has saturado. No podemos resistir por más tiempo tus ocurrencias, esa falta de todo lo que no sea cara durísima y pésima disposición para todo aquello en lo que no te dé mayoría absoluta, como si esto aún fuera la España de las pelis de los sesenta con Gracita Morales y el "señorito", con Alfredo Landa y Lina Morgan, con Tony Leblanc y sus recitales en El Pardo. Que no, derecha, que no, hija mía, que ya se te ha pasado el arroz hace muchiiiiiisimo tiempo, y que, embarullada en tus líos, no te hayas enterado y la gente se haya vuelto pasota y no vote y por ello, salgas con votos suficientes para cagarla por desgana y canasancio del personal, no quiere decir que no estés para el arrastre, bonica.
La prueba la tienes en el último resultado electoral. Los españoles elegimos por mayoría una diversidad política, en la que todas las voces tuviesen su lugar, y no la versión parlamentaria de la Armada Invencible, que todas sabemos como acabó. Como estás acabando tú, carinyet. Como la monarquía, agotada por tus mismos errores y enjuagues mucho más que por la rabia de un pueblo tan históricamente agotado que ya ni os mira, que hace zapping cuando salís en la tv y se monta caceroladas "golpistas" de talante republicano de a pie, para no escuchar los eternos mantras y gorgoritos del maromo zarzuelero pillado entre el Tibidabo y la saga familiar con el legado de papá que llevó a la cárcel al cuñado, mientras la consti permanece en silencio pillada en su misma ejemplaridad surrealista con la que se ató la soga al cuello en 1978. a la espera de que el tiempo y las nuevas generaciones de españoles desesperados tiren de la lazada, y sin ahorcar a nadie, liquiden de una vez para siempre la soga en la casa del ahorcado putativo: el pueblo español. Y es que no hay peor resultado electoral que el desprecio pasota hacia una brecha electoral a la que solo votan los cómplices de enjuague, porque el resto del pueblo ha comprendido que sólo ha sido la víctima de un pésimo esperpento.
Así que, adiós, querida derecha. Y que la historia te coloque en el podium que te mereces, para que el pueblo que la conozca bien a fondo y ate cabos, no la vuelva a repetir.
De momento lo más importante no eres tú ni tu concurso de gruñidos porcinos, vacunos y ovejiles, ni la miserable pugna oportunista por un poder que ha demostrado que en tus manos es una verdadera mierda incubadora de las peores barbaridades; lo importante y decisivo en este momento es la ciudadanía, su cuidado, supervivencia e integridad. Su unidad humanitaria y solvente. Lo demás queda a un lado hasta que se supere esta etapa.
Así, derechita,¿por qué no te compras un desierto y lo vas barriendo mientras pasa la pandemia, y así piensas un poco en tu futuro?
Que la primavera te conceda lo que más necesites para liberarte de ti misma y que lo haga cuanto antes, para que sufras lo menos posible, guapa!
Porque si tú te civilizas cambias a mejor todos y todas lo celebraremos de verdad. Tenlo por seguro.
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