viernes, 26 de enero de 2018





Pablo Iglesias y Alberto Garzón facilitan las opciones de un acuerdo para las elecciones de 2019





La escalada de declaraciones,  ultimátums y advertencias lanzadas en los últimos días entre Podemos e IU a cuenta de las futuras negociaciones para ratificar una confluencia electoral para las europeas, autonómicas y municipales de 2019 ha remitido. Los líderes de ambos partidos, compañeros de escaño en el Congreso, han defendido de forma clara la decisión política de acudir juntos a los próximos comicios, lo que allana las conversaciones que ya han comenzado y que seguirán, de forma lo más discreta posible, en el futuro inmediato.

El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, fue quien puso sobre la mesa la necesidad de abordar cuanto antes la fórmula con la que iba a enfrentarse al próximo ciclo electoral el amplio espacio del cambio que se ha articulado de múltiples formas a lo largo de toda España. Ante los órganos de dirección de la coalición que dirige, Garzón  marcó la Semana Santa como la fecha límite para tener definido un acuerdo marco, de ámbito estatal, que sirva de guía para los procesos de confluencia.




Dos semanas después, el discurso de Garzón ha bajado de intensidad. En una rueda de prensa en el Congreso, y a preguntas de los periodistas, el coordinador federal de IU se mostraba "optimista". "La voluntad de IU y de Podemos es la misma", apuntaba Garzón.

El líder de IU reconocía además que, pese a esta voluntad, la geografía del llamado espacio del cambio no es ni mucho menos homogénea. Y abría la puerta a que el acuerdo marco que reclama se circunscriba "a la mayor parte de nuestro país", lo que abre la puerta a la geometría variable que exige Podemos.
Garzón ha anticipado incluso que habrá "novedades" en las próximas semanas. También ha asegurado que habrá "reuniones" entre ambos partidos, algo que confirman a eldiario.es desde Podemos. De hecho, esas reuniones ya se produjeron cuando el coordinador de IU lanzó su ultimátum, tal y como informó eldiario.es.

Las palabras del líder de IU llegaban el mismo día en el que Pablo Iglesias aseguraba  en una entrevista en eldiario.es: "Es importante, estoy de acuerdo con Alberto Garzón, que digamos muy claro que vamos juntos para ganar. No nos perdonarían que no asumiéramos este desafío juntos".
El secretario general de Podemos, eso sí, insiste en enfocar la confluencia desde un punto de vista "laico" y recuerda que, en último término, serán los inscritos de cada territorio los que decidan cómo y con quién concurre su partido. Esa geometría variable que IU se ha abierto a aceptar.
"Yo soy partidario de redoblar la apuesta. De hablar con IU, con Equo y los aliados en los territorios para decirles que nuestra disposición es ganar las elecciones municipales en toda España. Y a partir de esa disposición de trabajar juntos, y de seguir construyendo el bloque histórico del cambio, hay que ser laicos en las fórmulas específicas", apunta Iglesias.
Preguntado por una posible escisión en Madrid, Iglesias es tajante: "Si eso ocurriera mucha gente nos correría a gorrazos y con razón".

Así, de los tres obstáculos principales que complicaban la posible confluencia entre IU y Podemos, dos de ellos parecen haber sido solventados. Al menos, según lo dicho por sus principales líderes.
El último, el de los plazos, también ha sido rebajado. Garzón aseguraba ante la prensa que su intención, y la de su organización, es cerrarlo cuanto antes. Pero se mostraba abierto a modificar ese plazo de Semana Santa. 
Como Iglesias, para Garzón también tendría consecuencias optar finalmente por una candidatura separada de forma generalizada: "Se vislumbra que se consolida la precariedad laboral y vital de la gente humilde, la gente trabajadora. Si no vamos juntos con un proyecto de país alternativo al de la derecha de Rajoy y Rivera, estaríamos cometiendo un grave error".  

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Es fundamental que una gran coalición progresista como Unidos Podemos se mantenga en la brecha electoral el mayor tiempo posible por el bien de todos y todas. 

Tenemos que acabar con el apego ansioso a unas cuantas ideas que suelen dividirnos y confundirnos, o con las filias y fobias a los portavoces de uno y otro lado. La función de un portavoz no se puede confundir con un lider hegemónico ni con  la exaltación de iconos determinados; en una democracia sana la función de un portavoz es, precisamente esa, llevar al Parlamento las demandas de la ciudadanía, de sus iguales,  trabajar todo lo que pueda para que sean atendidas, y dejarse de fijaciones  que solo dividen e impiden el logro de lo que en realidad todos y todas buscamos: la misma meta en las urnas y en la sociedad, sobre todo.

No podemos ni debemos aprovechar el trance para aislar a las formaciones más pequeñas o con diversidad de aspectos, al contrario, hay que potenciar la riqueza de lo diverso bien avenido, la federalidad de cada movimiento participante en la gran coalición es un tesoro y no una barrera, nada de "pez  grande se come al chico", que es  un signo miserable del capitalismo más zafio. No se trata de que los peces de diversas especies se devoren entre ellos, sino de que se unan en el mismo objetivo: liberarse  de las redes, anzuelos y harpones de los depredadores, que se enriquecen atrapando peces despistados y poco despiertos. 

Por eso tenemos que contar sin orgullos de marca de la casa y sin tiquismiquis, con toda la Izquierda diponible y sana, además de IU y Podemos, las Mareas, los Comunes, Compromís, Ecologistas, Feministas, Libertarios, con todos los movimientos autonómicos y de base republicana, todo el municipalismo,  los sindicalistas y las corrientes anarquistas más sensatas y solidarias con algo más que consigo mismas, y cómo no, con lo más lúcido y abierto del socialismo español: la Izquierda Socialista, que  aportaría una gente magnífica y muy abierta al bien común, mucho más que al medrar de partidos y banderías. 
Si lo logramos habremos conseguido algo enorme, lo nunca vivido hasta hoy en esta tierra híspida, que se llamó Hispania (áspera, poco agradable, destartalada y salvaje, es el significado etimológico de nuestra nomenclatura). No nos llamaron ibéricos, que hubiese sido lo normal, ya que ese río, el Ebro y sus montañas, el Sistema ibérico, era lo primero que destacaba en importancia cuando se llegaba a la Península desde el Mediterráneo Oriental, como ibéricos fueron los primeros pueblos que plantaron cara al Imperio  Romano. 

Algún día deberíamos revisar qué carga de energía negativa o posiva puede acompañar e influir  en la trayectoria de un pueblo o de unos individuos marcados por una definición y una etiqueta a bote pronto, acerca de su condición más básica. ¿Sería el actual Pablo Iglesias el mismo que es ahora, si se hubiese llamado Pedro, Juan o Federico Iglesias? ¡Quién sabe!
 El mombre que damos a las cosas y a las personas, como el que recibimos tiene una carga potentísima, ya en la Edad Media lo comprendieron hasta dar lugar nada menos que a una corriente filosófica que se llamó nominalismo y que ha retratado muy bien Umberto Eco en El Nombre de la Rosa. Una de sus mejores novelas.
Hay que arrancarse de una vez por todas el sambenito de híspidos, es decir: difíciles, bordes, cambiantes de humor a capricho de nuestras voladas y boladas, por lo que el otro me diga, me acose y me quiera humillar colocándose por encima de mi pedigrí, en fin... y, por supuesto, de exigir que todo gire alrededor de lo más vistoso y rimbombante, exitoso y lo más trending de todos los topics habidos y por haber, que suele ser un ego  de tamaño colosal, por eso es tan difícil para nosotros, los híspidos e híspidas de las Hispanias, escuchar, dilogar, ser empáticos, sino sólo oscilar entre simpáticos y antipáticos según los fans que se tengan y los aplausos que se reciban de la claque amiguista, no ser cantamañanas vocacional, ponerse de acuerdo sin tener primero que "luchar" cuerpo a cuerpo con el ego de los demás y puede que por eso mismo y lo que agota ese zipizape constante, sean tan fáciles de promocionarse y tan llevaderas y cómodas de conllevar las dictaduras, los absolutismos, los desplantes, la chulería del mandamás de turno y la sumisión  de quienes no se ven en condiciones de estar siempre a la greña, peleando por cualquier cosa importante, como derechos, libertades, trabajo, un techo, educación, salud o un medio ambiente habitable.
Es tan pesada esa lucha constante, que no esposible afrontarla jamás sin tener que pagar un precio exorbitante, entonces, mejor dejarlo todo en manos  de los más poderosos y listos, los que han estudiado para eso y llevan practicando el caciquismo de solera generación tras generación. O sea, el pp, el psoe adaptado al pp y c's, adaptado a lo que haga falta, tal que un comodín en cualquier juego de mesa. 


Por todas estas razones y muchas más, una coalición de híspidos/as, capaz de superar la prueba del algodón del ego omnipresente y "luchador" contra todo lo que no puede ni debe controlar, es una pica en Flandes, una conquista del Himalaya para un pueblo de pueblos,- tan de valles y llanuras pobladas de zarzas inhóspitas, cardos borriqueros, ortigas varias y espinos de todos los colores-, tan particular y selvático lo mismo en lo emocional que  en lo instintivo y en lo racional, que en esas entretelas de la cabezonería oscilante según y como, pierde su prudente nombre para convertirse en cualquier Rajoy o cualquier Soraya singulares malabaristas conceptuales o en una Inés Arrimadas, que ya el mismo apellido lo explica como lo más natural, sobre todo cuando lo que se tiene más a mano es un Rivera al que arrimarse y que no se la lleve la corriente.
Si es que los nombres lo explican todo, a poco que nos fijemos, nos dejan la clave del enigma político a portata di mano, como se dice en Italia.
Cherchez le nom. Que dirían Abelardo y Eloísa en sus buenos tiempos.


Con ese panorama la coalición de la sensatez y de los proyectos con sustancia y mejoras sociales sin arruinar a nadie, de toda la ciudadanía progresista, ética, decente, igualitaria y justa, es una urgencia que no puede posponerse en unos momentos tan dramáticos y a la vez tan llenos de posibilidades para dar el salto definitivo hacia una sociedad Ave Fénix fashion, renacida de sus cenizas y por ello completamente distinta.
Es el futuro al que está dando forma un presente como éste. Unidos Podemos es la UCI del nuevo paisaje social.

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