¿Y si bajamos de las nubes?
Casado considera las propuestas de pactos como una invitación a
casarse por la iglesia con Sánchez. Para Iglesias, Sánchez es el cónyuge
que le humilla imponiéndole un ménage-à-trois con uno de sus mayores
enemigos
¿Y si probamos a bajar de las nubes? Hasta el
momento, las peticiones de acuerdos políticos que llegan desde el Ibex
hasta el último rincón donde habite un ser racional se están
entendeniendo al hispánico modo; el que como es sabido, la política es más bien teología y se pelean principios inmutables.
Casado considera las propuestas de pactos como una invitación a casarse por la iglesia con
Sánchez. Para
Iglesias, Sánchez es el cónyuge que le humilla imponiéndole un ménage-à-trois con uno de sus mayores enemigos.
El presidente, por su parte, llama a la unidad con un punto de soberbia magnanimidad.
Como quien abre sus brazos a los herejes.
Por ahí, por los pactos integrales, no llegaremos a nada. Hay que
descender a las realidades concretas donde, paradógicamente, puede que
sea más viable encontrarse. Eso es lo que se necesita.
Supongamos: acordar como prioridad evitar grandes catástrofes
sociales estirando las ayudas a empresarios y trabajadores. Supongamos:
armisticio fiscal, ni subir los impuestos, que es lo que quieren unos,
ni bajarlos, que es lo que quieren otros.
Agarrarse a la deuda, aunque el globo, que ya está en al estratosfera, suba algo más.
Supongamos: elaborar e impulsar conjuntamente proyectos que puedan
optar a los fondos europeos de recosntrucción para la modernización de
nuestra economía. Alianzas combinadas privadas y públicas del tipo de
las que está promoviendo un selecto grupo de economistas, empresarios y
personalidades de Euskadi y Cataluña, de amplio espectro ideológico con
nombres propios de Andreu Mas-Colell, Pedro Luis Uriarte, entre otros
muchos y que están intentando implicar a los políticos para convencerles
de que preparar el terreno con vocación de Estado.
Supongamos que bajamos de las nubes. Aunque, tal vez, pretender que el
cainismo político descienda a la realidad sea precisamente estar en las nubes.
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Bajar de las nubes es urgente, es vital. En momentos de ruina y amenaza en todo el Planeta no se puede seguir jugando a los enredos, marrullerías e intereses parciales de grupete político-mafioso; se trata de sobrevivir como sociedad compuesta por seres humanos en riesgo múltiple, así de simple y así de urgente.Son momentos de afinar en humanidad y de fortalecerse en altura de miras, no es momento para sabandijas miopes, para depredadores hipermétropes ni para estrábicos convencidos de que ver doble es lo normal ni para apaños de cloaca sempiterna basada en la 'necesidad' del chanchullo "estabilizador" del desastre como sistema y normalidad. Engancharse a lo más viejuno y corrupto del pasado porque no se es capaz de implicarse a fondo en el presente, hace imposible el futuro. La farándula de la "transición" lo está dejando más que claro, hasta se diría que es la única transparencia inocultable de la que disponemos.Las noticias ya se encargan de hacer el striptease forzoso a la historia jamás contada: las consecuencias están ahí, en nuestras mismas narices, impúdicas y sin complejos, mostrando la realidad que nunca hasta ahora se había valorado como lo que es y no como nos la tradujeron e interpretaron los tecnólogos del sistema. Ya no podemos remediar el pasado, pero sí podemos usar sus harapos para reflexionar, aprender y no repetir curso infinitamente, como lleva haciendo España desde que la memoria alcanza a recordar.La mejor e imprescindible oftalmóloga es la Ética, así, con mayúscula. Porque sin ella no hay manera de dar una en el clavo de la verdadera democracia, de la verdadera y sana gobernabilidad. Ya no es tiempo de mediocres, la realidad que nos golpea no permite los sucedáneos ni las malas reproducciones, que por el mismo estado de convulsión planetaria se quedan en basura e inutilidad instantáneamente. Lo desgastado se ha caído como una casa en ruinas, los escombros solo se pueden reciclar para hacer nuevos ladrillos, nuevos materiales, que ahora, para más inri, necesariamente, deben ser ecológicos y sostenibles por el bien de todos y del Planeta especialmente, para eso, además de la base ética, es imprescindible la creatividad, la sana osadía de explorar con inteligencia humanitaria nuevos caminos, nuevas soluciones, que no sean simplemente buenas oportunidades para unos pocos y una cadena perpetua o una losa funeraria para la mayoría social y como consecuencia para todos a medio y largo plazo. Es urgentísima esa regeneración social -y por ello institucional en paralelo- para la España y la Europa que con su trabajo, su dedicación y su perenne sacrificio laboral, mantiene todo el entramado de la supervivencia diaria, la salud, el equilibrio y la lucidez de una sensata capacidad de innovación no solo de tecnologías, sino sobre todo de conceptos básicos, de nacimiento, renovación y refundación de conciencias. Lo dice y lo "profetiza" sin pelos en las ideas ni en la lengua un físico premio Nobel de su especialidad, Ilya Prigogine, a finales del siglo XX, cuando explica claramente los resultados de la entropía sistémica en el funcionamiento del Cosmos. La entropía es el resultado del desgaste, de la decrepitud y también del abuso de los componentes del sistema sobre el mismo sistema, en el que sin duda ha sobrado actividad depredadora y letal en la misma medida que ha faltado consciencia e inteligencia usuaria. Sin embargo la sabiduría del Cosmos tiene recursos para solventar el momentazo y por natural reación, una parte de la morralla entrópica acaba por tomar conciencia del problema en que ella misma se ha convertido y entonces se van produciendo como reacción y solución una nuevas y "curativas" (homeopáticas, podríamos añadir) "estructuras disipativas" que con un giro de bifurcación, van saliendo del sistémico entramado entrópico, enfermo condenado a muerte por sí mismo. Y ahí hemos llegado. Ahí estamos ahora. Dependemos de lo que hagamos en este momento con esa realidad. Hay dos posibilidades: seguir en las mismas en plan Trump, Bolsonaro, Vox, Salvini, etc, etc... y demás compas del finiquito, o dar un cambio radical, no de ruptura y violencia sino de raíces humanas y de entendimiento cooperativo. Por ejemplo, Rusia en este trance necesitaría más a un Gorbachov que un Putin, USA a un Sanders que a un Trump, España a un Torres López, un Viçens Navarro, un Pérez Tapias, un Ángel Gabilondo, una Yayo Herrero, un Oriol Junqueras, un Joan Tardá, un PNV sensato, una Manuela Carmena, una Inés Sabanés, antes que a toda la peña actual dando palos de ciego sin parar en plan disléxico persiguiendo hacerse con el poder en vez de construir el servir a la ciudadanía sin hacer bandos, para construir algo mejor de lo que hay y ha habido hasta ahora, pues si antes hubiese habido gobiernos, parlamentos y justicia lúcidos, éticos, honestos y transparentes por mayoría natural y durante cuarenta años limpios y regeneradores, jamás habríamos llegado a este punto de calamidad absoluta, de callejón sin salida y eterna pescadilla mordiéndose la cola en pleno ataque de bulimia auto destroyer. Esto no se arregla bajando de una nube inexistente por arte de birlibirloque, sino por una toma de conciencia y un renacimiento forzoso desde un estado de bestias pensantes, instintivas, supereficaces en caza de oportunidades y tauromaquia a estocadas como forma de gobierno, a humanos despiertos y conscientes en ascenso evolutivo, capaces de distinguir entre la realidad tóxica que les mola vender y comprar y la realidad irreversible que les tiene acorralados porque ni se compra ni se vende: se construye juntos o no hay nada más que rascar, porque ya no queda otra.
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