Una vez más, la política nos muestra el peor de sus rostros. El de la implicada estafada y su venganza ad hoc. Y no es un caso aislado. Ojalá lo fuese. Pero, Podemos es así, -en eso no exagera esta ex-cargo-, por desgracia, en el área de la ética missing for ever y la democracia interna en picado,ese partido funciona desde el principio y por su propia naturaleza friki tal como ella lo describe. Es decir, que llamarse a engaño en él no tiene mucho sentido, es posible que en ese terreno sea el único en que Podemos es transparente como un cristal recién lavado. O sea, que considerarse engañados por él solo puede deberse a dos causas bastante evidentes:
1) O se está en la parra totalmente y se vive en Wonderland
2) O se es igual que él, pero no se ha sacado la tajada prometida y esperada, por algún desacuerdo o disensión con la hegemonía reinante. Y de ahí, el conocido y explotado mantra de la 'desilusión'. Ya sabemos lo que significa, "illudere" y su participio "illusum", no voy explicarlo más veces, que ya sería un rollo patatero.
Los socavones éticos y democráticos de Podemos, eran y son tan notorios como evidentes desde sus inicios, y luego empeorando exponencialmente en su desbarajustado desarrollo, que se hacía y se sigue haciendo imposible permanecer indiferentes ante la situación. Era prácticamente obligación de conciencia tomar partido al ver la realidad. Otra cosa es que no todo el mundo dispone de conciencia y de discernimiento adecuados para optar. Y en ese caso, optar significa irse lo antes posible y no ser cómplices del invento y mucho menos quedarse en él para darle alas y credibilidad.
No fue el caso de esta exsenadora. Ella seguramente vivió lo que vivimos todas desde el principio, vio lo que había, es abogada y por lo menos cinco años estudiando derecho en la Universidad le han debido hacer alguna mella en la conciencia, en el caso de que la hubiere, claro y no se estudie solo memorizando y repitiendo árticulos y códigos como un loro erudito. Es decir, que no es muy probable que ella no distinga el tocino de la velocidad y el postureo de la sustancia. Por ello tampoco es muy creíble su postura. Pero confirma la peor hipótesis: si Podemos ha tolerado en sus filas a alguien como ella, es porque ella y Podemos tienen en común múltiples factores muy semejantes. De otro modo es imposible resistir el mejunje con toda normalidad y encima, llegar a senadora. Y que lo único que te enfade sea no recibir el pleno reconocimiento de tus virtudes y excelsas cualidades.
Es cierto que Podemos se ha ganado por mérito propio su leyenda negra como es imposible que esa leyenda dure tanto como para gobernar algo. Desde ese punto es perfectamente lógico que el Psoe y Sánchez no quieran ni atados una coalición, que sería un manicomio ingobernable. Las siglas políticas necesitan para hacerse realidad personas dignas de confianza, no porque enreden las cosas con mucho arte y marrullería estratégica para sacar votos, sino porque las cosas, que ya están suficientemente enredadas y enlodadas, necesitan el corte limpio de los nudos gordianos inútiles. Necesitan la voz del niño extrañado por el ridículo de los mayores que grita a voz en cuello en medio de la procesión hegemónica, que el traje del emperador no existe y por eso el esperpento va desfilando en cueros. Lo que carece de sentido y lógica, es que los mismos sastres fraudulentos que han engañado al emperador, fingiendo confeccionar su traje invisible, que nunca le han dicho la verdad porque de lo contrario no hubiesen sacado tajada de la vanidad suprema del egópata reinante, se sumen a la voz del niño para denunciar al mequetrefe imperial sostenido y "vestido" por ellos.
Estas rabietas a posteriori solo sirven para retratar con más detalle las dos caras del mismo fiasco. Política y electoralmente solo cabe recurrir a la historia en las urnas, ya casi seguras, y recordar que por propia supervivencia no se puede pagar a los traidores siempre oportunistas ni elegir a los tiranos torpes que los eligieron como felpudos incondicionales. No son de fiar ni como hegemones cegatos en su soberbia estúpida que la mediocridad aplaudió como excelencia, ni como testaferros miserables en su avaricia, su ira y su venganza. No seulement merde, no, mais encore merde...!
¿Es posible que merezcamos tanta basura in crescendo y que este desfile de aberraciones no solo no pare, sino que se incremente cada día un poco o un mucho más?
No hay comentarios:
Publicar un comentario