martes, 19 de agosto de 2014

Sociología evolutiva. Podemos

                                     


                                             



Se acentúa el interés por este fenómeno social y político que está rompiendo todos les esquemas conocidos a diestra y siniestra. Conviene ir analizando y atando cabos para no perdernos entre las especulaciones de unos y otros, para ir desarrollando los esquejes nuevos y saber como cuidarlos, de qué están compuestas su savia bruta y su savia elaborada. Su clorofila. La sustancia que nos mantiene en pie y despiertos.

En lo que atañe al desconcierto de la derecha tradicional, las causas del impacto son evidentísimas y totalmente previsibles. En lo que llamamos derecha la evolución social no se comprende como tal sin el miedo a los estallidos violentos y a las guerras sucias; es el único terreno que la derecha conoce y transita a la hora de afrontar los cambios sociales para bloquearlos e impedirlos. La derecha institucionalizada, por otra parte, nunca ha sido capaz de transformar la acción-reacción en pensamiento crítico, en escucha ni en camino de transición hacia un mundo mejorable para todos los que no son de su cuerda. Por eso la civilización occidental, en particular, ya contagiada a Oriente, avanza en miserable y ruinoso mercantilismo generalizado y fracasa en calidad de vida real, en derechos, en salud, trabajo, educación, cultura, en libertades, en igualdad, en independencia soberana, en creatividad y en satisfacción individual y grupal, por no hablar de su desconexión absoluta con la realidad social. Aquí aparcamos el nodebate por falta de razones con peso y fundamento analítico, hasta que se pueda hacer algo más interesante y eficaz si la derecha gobernante pudiese conseguir alguna vez el nivel de conciencia necesario para afrontar argumentos que no ofendan la honestidad del intelecto sano, más allá de los gallineros televisivos o las apisonadoras antidemocráticas en el juampalomismo parlamentario.

Por lo que atañe a la mentalidad normal de los ciudadanos, de libre pensamiento, de autonomía intelectual y vocación solidaria, cívica y activa, conectados duramente con una realidad ortopédica, encorsetados por un sistema demencial que ha llegado a ser hasta 'normalidad', hay bastantes cosas que debemos ir considerando para comprender adonde hemos llegado con el movimiento ciudadano, qué raíces tiene y qué significado aporta en la historia desde este presente.

El capitalismo va inserto en el ADN humano, como residuo del instinto animal de conservación y control de territorio, mediante la fuerza de marcar fronteras que los animales marcan con la orina y los hombre-animales, con su ambición y su miedo a no ser nada si no se posee algo 'importante' que dé seguridad; es la expresión más primaria del egoísmo ávido y acumulativo, en todos los aspectos de la vida, nacido del miedo ancestral a la carencia, que determina la sumisión, el dominio y el abuso de poder entendidos como "justicia" sui generis. Y la obediencia a todo "lo que viene de arriba" como modus operandi, puesto que "arriba", por el hecho de poseerlo todo materialmente, se da por supuesto que también se posee, por 'don divino' que las religiones manipuladas han hecho accesible a sacros-imperios y dictaduras afines, la inteligencia, la sabiduría y las capacidades del talento, aunque los detentadores del poder, en realidad sean torpes, miserables, incapaces o directamente deficientes en "dones" naturales y presenten impermeabilidad total a cualquier atisbo de conciencia, de lógica, de ética o de mínimo sentido común al que confunden con sus rutinas aprendidas e imitadas. Con tales mentores, el capitalismo no ha podido superar los mínimos de racionalidad cognitiva aceptable para el resto del género humano. Ante tal situación la estrategia del capital ha sido comprar lo que no posee: cerebros bien pagados y amorales que les proporcionen los métodos para apoderarse de todo lo que no entienden pero que , por eso mismo, puede ser peligroso para su hegemonía global. Publicistas. Políticos. Ideólogos patchwork. Gestores. Economistas. Farmacéuticos y médicos. Abogados. Ingenieros. Periodistas. Enseñantes. Artistas. Editores. Empresarios de éxito. Científicos, etc, etc...Los "biempagaos" y las "biempagás". 
Todo fue funcionando así, e in crescendo,  desde el Renacimiento, cuando el capitalismo empieza su escalada sin freno con los descubrimientos de la imprenta y de las nuevas tierras intercontinentales. Está claro que la aventura y la riqueza no eran patrimonio de la mayoría humana, que era la mano de obra esclava y maltratada del paraíso capitalista ya a caballo entre reyes y banqueros. El primer viaje de Colón nunca se hubiese podido realizar sin los dineros del banquero Luis Santángel. Ni las guerras europeas de religión que duraron cien años, sin la aportación del comercio con las bulas vaticanas que ya vendían al mejor postor parcelas del cielo tan grandes como la cantidad entregada a cuenta. En esta ocasión la banca era la miseria de los pobres engañados; los preferentistas del momento.

Llegaron, en el siglo XVIII, y con la Ilustración los agentes "salvadores", aristócratas benevolentes con la chusma a la que se pretendía  educar más por estética elitista que por imperativo ético real; reyes como Luis XIV en Francia, o Carlos III en España, con sus ministros dispuestos a la redención del "pueblo", que era simplemente un modo de domesticarlo y de tenerlo a su favor, Pombal en el reino portugués o Floridablanca en España, fueron elementos definitivos para este tipo de política protectora, culta y elitista, al mismo tiempo; por saturación de la burguesía más que por exigencias del pueblo llano, se producen las revoluciones americana y francesa, pero tras el sarampión inicial, el capitalismo absolutista del antiguo régimen se apuntó al carro de lo ciudadano a través de la burguesía ilustrada, y así compró a los revolucionarios más cañeros, les llenó de pasta los bolsillos y los egos de honores, fajines y medallas; la revolución se convirtió hasta en imperio "democrático" con el tirano de turno, un plebeyo ilustrado y autoritario en la misma línea y con el mismo mantra del propio Luis XIV, todo para el pueblo, pero sin el pueblo (y a costa del pueblo) : Napoleón Bonaparte. Los mismos perros con distintos bozales y la misma correa. La misma gürtel.

La revolución industrial no fue en realidad una revolución, más bien un timo como siempre, o sea,  un sometimiento cruel de los antiguos campesinos y arte-sanos, al nuevo dios de la producción esclavista y art-enferma, en manos del capitalismo, donde el hombre normal y sin privilegios seguía siendo carne de cañón, cebo para tiburones y felpudo pisoteable para el poder de todo tipo.  Y en el recolmo de la desesperación ante la industria matarife y enriquecedora de los de siempre, ya en el siglo XIX, salta a la palestra el nuevo salvador: un burgués, filósofo de profesión y harto de que la filosofía no sirviese para terminar con la miseria y la injusticia en las sociedades humanas. Mentalizó y teorizó el sufrimiento de los pobres. Convirtió su obsesión salvífica en el sistema de justificaciones de una lucha que él nunca llegó a poner en práctica. Era tímido y retraído, con baja autoestima y mucha rabia reprimida. Muy inteligente organizativo, pero carente de inteligencia emocional, que fue el aporte de Lenin años más tarde. Mandó a paseo a Hegel, su maestro, modelo de juventud y se enfrentó solo al tiranosaurio rex del capitalismo salvaje. El nuevo héroe de la saga se llamaba Karl Marx. A partir de él ocurrió un extraño fenómeno: empezó a nacer tímidamente la conciencia de lo que, en principio, era sólo, a la vista del propio Marx, una masa informe de analfabetos sufrientes desprovistos de toda herramienta liberadora, puestos a su disposición para ser salvados del opio religioso que más tarde se transformaría en  el opio ideológico, productor de tantos fanáticos ateos como las religiones producen fanáticos creyentes. Para rematar, con Lenin,  Stalin y Mao Tse Dong, la fórmula salvadora marxista aporta un elemento robado al capitalismo: el aparato del partido. La acumulación del poder es capitalismo en sí misma. Algo muy natural, por otra parte, cuando se considera que la democracia es una enfermedad y la libertad de pensamiento un peligro público devastador. Así el Kremlim fue un Vaticano ateo con las mismas inclinaciones 'salvadoras' y oligócratas, con la misma inquisición como lo fueron las depuraciones ideológicas que iban convirtiendo la utopía marxista en un infierno gulag del que sólo se salía con los pies por delante o escapando a Occidente en modos inverosímiles. Y se fue perfeccionando con tal pericia que creó tendencia en todas partes sobre todo donde la desigualdad, los residuos imperiales, el colonialismo racista y la miserable injusticia estructural eran endémicas, o sea, terreno abonado para que el ala más dura e intransigente del "socialismo real" derivase en comunismo absoluto y delirante. Desde China a la Latinoamérica continental, Cuba, Europa del Este, tras el reparto territorial de Yalta y Potsdam, y Asia, desde Siberia al Sureste Asiático...El nuevo sistema comunista había eliminado la importancia del dinero en los bolsillos de los pobres, pero había creado la ambición por apoderarse de los puestos clave del Estado, o sea, del partido, y fomentado el miedo, la represión y las ventajas para los más fieles e incondicionales. Otro modo de "clases" y estamentos, con ventajas derivadas de la adhesión incondicional al sistema, con otro nombre y otros contenidos, pero con idéntica alienación sustancial en el bagaje del "pueblo", que seguía siendo tan olvidado, dominado, atemorizado y manipulado como en el absolutismo del siglo XVIII. Libros y autores prohibidos. Censura férrea, imposibilidad de viajar fuera del territorio dominado, sin un visado del partido y sin un objetivo al servicio del poder totalitario de una dictadura que presumía de popular pero que en realidad sólo era del indefinible y terrorífico "aparato". Persecución  a muerte por parte del sistema, hasta en el exilio, así fue hasta con el asesinato de los disidentes como en el caso de Trotsky. Hasta los comunistas españoles refugiados en la URSS tras la derrota de la izquierda en la guerra civil, se quedaron horrorizados de lo que vieron, oyeron y experimentaron en el entorno de Stalin y su brazo ejecutivo el terrible Beria, que fue una especie de Himler ruso, asesinado por el "aparato" a los tres meses de la muerte de Stalin del que era sucesor, y del que tampoco se sabe si fue muerte natural o inducida por las mismas criaturas aparatistas  de las que se había rodeado. La semilla de la cizaña capitalista seguía tan pancha y turbia, a la sombra de la hoz y el martillo, echando raíces imperceptibles  y silenciosas entre las ideas igualitarias y proletarias, aparentemente. Se negó la existencia a la individualidad y a la conciencia personal. Se consiguió de verdad, que todos tuviesen pan, sanidad, escuela y trabajo, pero debieron pagar un precio exorbitante en degradación, en militarismo y en terror:  se les quitó la capacidad de pensar libremente, de elegir, de ser algo más que los tornillos teledirigidos de una máquina estatal en la que no podías decir nada de ti, ni saber nada importante de los otros, porque te la jugabas. Todo estaba programado, controlado y salirse del programa era el fin. Orwell, Camus, Semprun, Alexader Solzhenitsyn, etc, son testigos padecedores de los excesos aparatistas, en los que soplaba la misma ambición e idéntica avidez elemental de poderes y prebendas que en el capitalismo, pero con la hipocresía "religiosa" añadida de los que además se sienten y creen mejores, más buenos y justos que el resto de la humanidad. Como dato interesante  en el tema, Stèphan Hessel relata en su experiencia en el campo de exterminio nazi, la incomprensible insolidaridad de los comunistas con los demás prisioneros. Los seres humanos a los que se priva de tener conciencia, son desalmados y de alguna manera están robotizados, programados, muertos por dentro. Exactamente igual que aquellos que sólo viven para acumular dinero, poder y bienes materiales.
Aquel 'paraíso' blindado fermentó por sí mismo, se pudrió desde dentro y terminó...en el  modelo actual de capitalismo atroz, que une la falta de conciencia y de ética personal heredada del comunismo mecánico, con la ambición y el afán por acumular dinero a espuertas a base de forzar la producción al estilo comunista, pero con directrices y fines capitalistas sin piedad alguna y completado por verdaderas mafias especuladoras tan crueles como el peor de los 'aparatos' políticos de los viejos tiempos a las que la "justicia" heredada de tales regímenes ignora y no parece tener el menor interés por investigar, desmantelar y penalizar. Como sucede ahora mismo en la España ppera con la abducción casi absoluta del Poder Judicial bajo la bota del ministro Gallardón, y su sádico convencimiento, -anclado en las antípodas benefactoras de Jeremy Bentham pero fundamentado en la perversa  e inhumana política de Thacher y Reagan-, de que "gobernar es repartir dolor".

En Occidente la cosa ha ido de guatemala a guatepésima. Igual que en el resto del Planeta. El capitalismo se ha convertido ya en un cáncer social en último grado que crece a velocidades terminales. La clase obrera de antaño fue despertando, primero se apuntó al capitalismo engatusada por el estado de bienestar y ha cooperado en la segunda mitad del siglo XX con las élites de la devastación a esquilmar la naturaleza y a intoxicar la sociedad sin plantearse algo más allá de subir su nivel adquisitivo al de los burgueses y bien acomodados. Era la meta. No buscó subir el nivel de conciencia, que no tenía el menor glamour para quienes se dan por satisfechos con un buen jornal, una casa maja, vacaciones y una pensión digna, el fútbol, los toros, el cerveceo a saco o las quinielas y la lotería. Pero...Roma o el imperio de la pela, que viene a ser su mejor metáfora actual, en plan cabrón, no paga a traidores y le ha devuelto al antiguo proletariado el boomerang de su inocente atrevimiento igualitario en forma de crisis imparable. Insostenible. En modo finiquito de todo.

Sólo que esta vez, hay un factor nuevo en el área experimental: Una masa crítica convertida en ciudadanía, es decir, en pueblo con conciencia de sí, en individuos que piensan y eligen personalmente la solidaridad que nadie les impone, que superan en lúcida deontología a las mismas leyes que pretenden gobernarles, y que, por primera vez en la historia, se ha despertado sin guerras de por medio, más por contacto que por manipulación. No sólo por la indignación ante la injusticia, sino sobre todo porque ya piensa de un modo autónomo con libertad, lo descubre cada día, y va más lejos que la necesidad y que la imposición irracional de métodos caducos e inoperantes. Posee la capacidad contagiosa del pensamiento crítico e impulsor de nuevos caminos todavía inéditos, por inventar. No tiene miedo y se asombra de lo fácil que puede resultar lo teóricamente "imposible" según las sentencias del viejo sermón del pasado. Por primera vez en la historia, no hay un lider burgués con buena disposición, como en todas la revoluciones de antaño, que ha pensado en pensar por los que no pueden pensar por sí mismos. Por eso nació 15M. Un alma inteligente con millones de cerebros en proceso sincrónico y progresivo de despertar, de conciencias nuevas, como recién nacidas. Los proletarios de ayer estudiaron e hicieron estudiar a sus hijos, aprendieron a pensar y a analizar. Usaron el capitalismo para aprender a que el capitalismo dejase de usarlos a ellos. Nació la ética social con la plenitud práctica con que la soñaron Aristóteles y Kant. Se ha presentado en los bancos y ha conseguido parar desahucios, en las mareas y ha conseguido parar privatizaciones, en las calles y ha conseguido parar ayuntamientos depredadores. También en las urnas se ha plantado en Europa como tercera fuerza política e incluso como representante elegido por la Izquierda Europea como modelo y propuesta de todos, sin deber ni medio céntimo a la banca ni al Estado. Haciendo asambleas donde se pueden sentar a dialogar militares y anarquistas, libertarios y comunistas, ricos, pobres, fachas de todas las cataduras, creyentes y ateos, listos y tontos, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, cultos e incultos, que se ven y se reconocen iguales en validez y en dignidad...se inventan iniciativas que se votan y funcionan. Y mejoran el entorno. Y lo más importante, al descubrir y trabajar con la conciencia se están descubriendo el alma, comunitaria e individual. Por primera vez en  muchos siglos, también se aprende juntos, admirados, a escuchar y  a mirar la Naturaleza como a una gran aliada con la que cooperar y no como a una fuente inagotable de recursos para destrozar y especular, matándose uno mismo y como especie, en el mismo lance.

Podemos es mucho más que un movimiento social, es la consecuencia de una historia larguísima. Y el capitalismo como elemento vacunador ha sido la causa secular de que ahora pueda ser finalmente superado por la inteligencia social creciente, puesto en su sitio y sometido al poder de los ciudadanos , que es como siempre debió funcionar. Pero nuestra especie tiene un problema, que seguramente se solucionará a su tiempo de maduración: vidas demasiado cortas para evoluciones demasiado largas. Algo que sólo cobra sentido y pierde prisas y angustia, si se comprende el sistema budista de la reencarnación, no tanto de los individuos tal y como nos percibimos (morphé, forma) como de la sustancia, la conciencia vital (ülé, materia), la energía inteligente que nos configura y nos permite ser con la evolución señores del tiempo y maestros del espacio. Pero eso ya merece otro post.

                                  



Me lo han puesto que ni pintado. Juan Carlos Monedero y su equipaje para completar el post.

Círculo Podemos Las Palmas de Gran Canaria


Juan Carlos Monedero confiesa que le cuesta hablar de Izquierda Unida, porque es una formación política en la que militó durante 25 años. Él es, sin duda alguna, uno de los principales artífices del fenómeno que sorprendió a tanta y tanta gente el pasado 25 de mayo, que hasta ese día muchos menospreciaron o quisieron ignorar y que ahora está en boca de todos: el fenómeno Podemos.
Piensa Monedero, profesor de Ciencia Política, que "hay un sector de Izquierda Unida que se ha hecho régimen" y que sus responsables van a intentar construir otra vez "una sopa de siglas". Hace muchos años que IU agrupa a diferentes organizaciones y ahora, todos los días, quien más quien menos especula con los resultados que podrían obtener esas formaciones si establecieran una nueva alianza. "Izquierda Unida siempre propone procesos de unidad que cuando llegan las elecciones se debilitan", dice.
E intenta evitar equívocos: "En la campaña hemos hablado de la obligación de construir un frente amplio. Y un frente amplio no es una suma de siglas. Traicionaríamos a la militancia si nos juntáramos las cúpulas de diferentes partidos y pactáramos una lista electoral. Eso sería un fraude a la ciudadanía y no lo vamos a hacer".
Cuando habla de IU mide sus palabras, como si quisiera ser particularmente prudente y estar seguro de que no cuenta más de lo que quiere: "Fui asesor de Gaspar Llamazares. Y me fui cuando me cansé de que el 80% de mis energías se consumieran en las peleas internas". Un sector de IU se ha hecho régimen, dice, y otra parte importante "es savia política de la democracia que tenemos que construir. Las dos cosas. Yo me he recorrido España, dando charlas, invitado por IU, y me he encontrado a militantes imprescindibles, de los que hablaba Bertolt Brecht. Gente que ha aguantado la bandera de la dignidad en pueblos, en pequeñas ciudades... Lo he dicho muchas veces. Los lugares en los que no estaba Izquierda Unida eran un páramo. Pero luego IU tiene dificultades para transformar esa militancia en líderes que emocionen, dificultades para solventar algunas contradicciones internas que le llevan a dar soporte en Andalucía al PSOE o a permitir que gobierne el PP en Extremadura. Hay una parte de IU que es régimen, como vimos cuando participó en el Consejo General del Poder Judicial, en el reparto de los cargos... y eso no le gusta a la propia militancia".
Al explicar lo del régimen se refiere obviamente al que nació con la Transición: "Yo creo que los partidos políticos del 78, en términos generales, han agotado su ciclo histórico".
"PP y PSOE no son la misma mierda pero cagan parecido"
¿La misma mierda?
Pablo Iglesias, Monedero y otros dirigentes de Podemos, han dirigido y dirigen críticas mucho más ácidas contra el PSOE. Equiparan reiteradamente sus políticas con las del PP y también a algunos de sus dirigentes.
Monedero precisa: PSOE y PP "no pueden ser lo mismo porque los votantes y los militantes no son lo mismo", en cambio los acuerdos entre la dirigencia se encuentran "en el 70 por ciento de las leyes que votan en Europa, reforman juntos el artículo 135 y coinciden en no preguntar a la ciudadanía, defienden al unísono la institución monárquica, han estado de acuerdo en rescatar a los bancos... Por eso creo que a quien más ha insultado el Partido Socialista ha sido a sus militantes y votantes. ¿Qué hace Zapatero pidiéndole a Tony Blair que presente sus memorias? Es un insulto a la militancia del Partido Socialista, después de que se le hizo presidente por el ‘No a la guerra'..."
"El Partido Popular y el Partido Socialista no son la misma mierda pero cagan parecido", dice entre risas.
Y a renglón seguido, sin que se le pregunte por el tema, Monedero también quiere dejar constancia de la distancia que le separa de gentes de izquierda de toda la vida: "No pedimos a nadie certificado de pureza ideológica. Yo esto lo aprendí del Frente Cívico de Anguita. Necesitamos construir nuevas mayorías, y estas nuevas mayorías no pasan por mostrar pedigree. Parece como si, quien ha estado desde el minuto uno, tuviera algún tipo de conexión con la verdad histórica, que a los demás les está vedada".
"Los partidos políticos del 78, en términos generales, han agotado su ciclo histórico"
¿Qué es y qué será Podemos?
"Podemos está cambiando con la gente. Empezó siendo un manifiesto, "mover ficha", después fue una metodología, después fue la construcción de los círculos, las primarias, después una discusión popular de un programa y ahora son 1.250.000 votos. En cada momento hemos tenido que ir dando respuesta a lo invariable en Podemos, que es la confianza en la gente. Ahora Podemos es una formación política del S.XXI, decidida a no cometer ninguno de los errores del S.XX, que entiende que en 2014 la democracia no puede ser igual que en el siglo XIX, que tiene que asumir que si la sociedad ha cambiado también tiene que cambiar la forma de hacer política".
"No puede ser un partido clásico. Y lo que tiene que ser Podemos está por teorizar. Hay una parte de ensayo y error en la construcción de Podemos. Ahora mismo en el PSOE hay una lucha que no tiene solución en el marco en el que ha surgido, y es que han de tomar una decisión, los militantes o la ciudadanía, y en la estructura tradicional de partido están condenados a no poder encontrar una solución. Los militantes, que están educados en la idea de que el aparato es de ellos, son incapaces de entender que los instrumentos políticos son de la ciudadanía, y la ciudadanía tiene que entender que si alguien dedica más tiempo a la política es bastante probable que se termine apropiando del aparato político. Por tanto, para solventar esta tensión tienes que inventarte algo, que tiene que ver con fórmulas de participación". Podemos, asegura Monedero, "tiene que ser capaz de presentarse con éxito a las elecciones y tiene que ser capaz de mantener vivo el espíritu asambleario espontáneo y desobediente del 15M".
Una organización para gobernar
La encuesta que difundió Público días antes de las elecciones fue la que más se acercó a los resultados reales, pero aun así dibujó unas expectativas para Podemos inferiores a los datos que consiguieron el 25M. Podemos sorprendió a propios y extraños, pero Iglesias y Monedero mantienen que aunque "el resultado invita a la esperanza", les sabe a poco. Monedero enfatiza esa valoración con una famosa expresión que recuerda palabras de Hugo Chávez: "Lamentablemente, por ahora, no hemos alcanzado nuestros objetivos". "Los ciudadanos nos han puesto en la senda, pero con un ocho por ciento de los votos no se gobierna, y nosotros hemos nacido para gobernar. No somos una fuerza testimonial, no somos el sostén de nadie, ni una excusa. O sea, no somos el bote salvavidas de nadie".
Cuadros para gobernar
Para gobernar hacen falta cuadros y Juan Carlos Monedero explica su confianza en la vitalidad de los movimientos sociales:"Los movimientos sociales tienen mejor capacidad que los partidos para escoger a los mejores líderes. Los partidos políticos no escogen a los representantes que mejor conectan con la ciudadanía, si no todo lo contrario. En cambio, hemos visto que los movimientos sociales tienen líderes que sí tienen la capacidad de representar a la ciudadanía. No tiene ningún sentido que tú establezcas que tu número uno es determinada persona y después en los carteles no lo saques, porque sabes que no conectas si no que te resta votos".
Pablo Iglesias y Monedero
"Yo no me hubiera metido en Podemos sin la audacia de Pablo Iglesias" ¿Necesita Monedero un líder? ¿Alguien que le marque el camino?"Yo no me hubiera metido en Podemos sin la audacia de Pablo Iglesias", reconoce. "Fíjate que yo, sin saberlo, tenía en la cabeza el diseño de Podemos. Yo leo el Curso urgente de política para gente decente (escrito por él) y digo, esto es Podemos. Yo que tenía claro lo que había que hacer, no hubiera dado el paso si no hubiera sido por la audacia de un tío muy excepcional que es Pablo Iglesias. Yo no hubiera dado este salto. He dado cientos de charlas por España. En el Frente Cívico creo que fui, después de Julio Anguita, la persona que le dio más visibilidad a ese proyecto. He estado en universidades, he presentado libros, pero yo no hubiera entrado en la cocina de la política si no fuera porque un día vino Pablo Iglesias y me dijo: 'Juan Carlos está la teoría. Vamos a dar un paso adelante'".
En la cocina pero sin ser candidato
Monedero, contra lo que pueda parecer, no se presentó a las elecciones. ¿Por qué? "Porque me parecía un gesto que resume muy bien lo que queremos hacer. Que los impulsores de este proceso no lo hemos hecho para conseguir un cargo. Inicialmente, Pablo tampoco quería", dice, y revela que hicieron oferta a Ada Colau y a Alberto Garzón. "Nosotros queríamos poner eso en marcha, pero no teníamos la voluntad de ser nosotros los representantes".
No tiene claro si será candidato en el futuro, aunque hubo quien coreó su nombre como posible alcaldable para Madrid.
"Yo quiero ser profe. Me interesa mucho poner la capacidad de comunicar que tengo al servicio de mi país. A mí la gestión no me gusta mucho. Me gusta debatir, leer, pensar, escribir... Tengo mucho interés, en Podemos, en poner en marcha procesos de formación y reflexión". En el terreno personal se queja de que en España se ha obligado "a impostar la voz" a quien deseaba "escribir en El País, un lugar en la Universidad o prosperar en un partido". "Yo soy el que soy y no tengo que cambiar nada", asegura.
La casta y el sistema
A veces se observa en el discurso de Podemos una cierta contención en el léxico. Y también una tendencia a uniformizarlo. Apenas hay intervención pública en la que un dirigente de Podemos no haga referencia a "la casta". Y hablan poco, por ejemplo, de los capitalistas, de los auténticos acumuladores de riqueza.
"Los movimientos sociales tienen mejor capacidad que los partidos para escoger a los mejores líderes"
Juan Carlos Monedero apela a su condición de profesor y lo explica: "Yo tengo absolutamente claro que la economía capitalista, la economía de mercado, genera una sociedad de mercado y que el sistema capitalista convierte a la sociedad en una lucha de todos contra todos. El capitalismo nos condena a desaparecer del planeta. Todo el mundo entiende que si las empresas entraran en la Amazonía, la Amazonía duraría un año, y por tanto no podríamos respirar y se iría el planeta al carajo. Lo que pasa es que hablar del sistema capitalista previene a la gente y ya no escucha. ¿Qué necesidad tienes entonces de ...? Si el sentido común de una sociedad es neoliberal, ¿cómo luchas contra el sentido común? ¿A golpes?... Nosotros hemos buscado otras fórmulas. Y decimos lo mismo pero con otro lenguaje. No hablamos como otro tipo de formaciones políticas, creo que profundamente mentirosas, como UPyD, que critican a la élite política, acercándose a posiciones fascistas. Nosotros cuando hablamos de ‘la casta', hablamos de un sector privilegiado que también obtiene beneficios económicos del sistema. Eso es una diferencia. ‘La casta' no es solamente una estructura política, sino que está insertada en un sistema económico, que es el capitalista. Esa es la gran diferencia".
Pero ese concepto, ‘la casta' a veces parece que responde a una concepción algo maniquea según la cual hay unos señores malos, que hay que apartar, y que en cuanto se haya hecho así, se pondrán los buenos. Juan Carlos Monedero no esconde que el problema se encuentra en el sistema, pero añade algo más que dice poca gente:
"La crisis tiene tres ángulos":. "El primero es que hay una minoría que se apropia de las riquezas de todos. Y por eso la desigualdad se ha convertido en el asunto de discusión por excelencia. Por eso el libro de Piketty está de moda y por eso también las clases medias, que se están empobreciendo, se incorporan a una lucha contra el modelo".
Luego señala "los problemas estructurales del sistema". "Una de las cosas en las que Marx tenía razón es que el sistema capitalista está sometido a crisis. Y de cada crisis sale con un abanico menor de respuestas". De la última salió "exportando los problemas al Sur, a la naturaleza y a las generaciones futuras. No se puede salir de la crisis actual con esas herramientas, porque ya no están disponibles".
"No hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, pero sí por encima de nuestras necesidades"
"Y el tercer elemento tiene que ver con que todos nos hemos vuelto un poco neoliberales. Yo creo que no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, pero sí por encima de nuestras necesidades. Nos hemos dejado de alguna manera secuestrar por la lógica del sistema, que nos desconectaba de cualquier responsabilidad, con la naturaleza, con los países del Sur y con las generaciones futuras. Podemos ha conectado con una ciudadanía a la que había que decirle: también tienes tu parte de responsabilidad en lo que nos ha pasado. Delegaste en los partidos políticos, en los momentos mejores de la economía te olvidaste de que había 8 millones de pobres, te cegaste con la burbuja especulativa, no preguntaste de dónde venía el dinero que estabas ganando en la bolsa. Yo creo que Podemos ha venido para decir con amabilidad, pero también con rigor, que hay una parte importante en la que somos responsables, porque nos engañó la casta, los medios de comunicación, los intelectuales ausentes, la universidad".
Reivindicación de Anguita
Monedero reivindica para Podemos el discurso de personajes tan diferentes como Arcadi Oliveres o Julio Anguita. Especialmente el de Anguita, pero con algún reproche.
"Yo creo que llegó un momento en el que Julio se desesperó, porque le pasaba como a Casandra. Veía con mucha claridad muchos problemas, pero no tenía la posibilidad de convencer a la gente y al final regañaba en exceso. Y teniendo razón, porque Anguita tenía razón en que el modelo de la Transición tenía mucho de transacción y cuando señalaba que el tratado de Maastricht era una deriva neoliberal de Europa, y cuando decía que los sindicatos estaban dejando sus responsabilidades con los sectores laborales más débiles, pero no encontró la posibilidad de trasladar ese mensaje a la ciudadanía. Podemos está diciendo lo mismo pero de otra manera. Yo me siento un regañón, como Anguita, pero no digo no hagas esto, o no hagas esto otro. Yo soy muy cuidadoso en mis charlas. A la gente le digo: cuando nos iba muy bien, cuando Curro veraneaba en el Caribe, aquí había 8 millones de pobres. Y lo dejó ahí".
Podemos y la relación con los sindicatos
A propósito de sindicatos, asegura que Podemos tiene presencia en ellos, pero advierte en contra de "conexiones espurias" entre partidos políticos y centrales sindicales.
"Podemos tiene que ser capaz de mantener vivo el espíritu asambleario espontaneo y desobediente del 15M"
"Los sindicatos son estructuras indispensables en la defensa de los derechos de los trabajadores, pero no se pueden convertir en régimen. Tienen que reinventarse para representar también a esos 6 millones de parados. Tienen que aprender a representar a los trabajadores precarios, que pueden acumular veinte contratos en un mes. Los sindicatos tienen que entender que la vida de un trabajador se construye en ámbitos más amplios que el mero trabajo, y tienen que recuperar una conciencia de clase adaptada al S.XXI. Los sindicatos debieran poder representar a los autónomos. Tienen que reinventarse, pero les cuesta".
La consulta del 9 de noviembre en Catalunya
Podemos mantiene una posición respetuosa con el derecho a decidir de los pueblos, pero Catalunya se encuentra en un proceso de ejercicio de su propia soberanía que resultará determinante para su futuro y para el del Estado español.
Tendrán que discutir sobre si llamarán a votar de una manera o de otra el próximo 9 de noviembre. Así lo reconoce Monedero.
¿Votaría a favor de que Catalunya tenga su propio Estado? y, en caso afirmativo, votaría a favor de que ese Estado fuera independiente?
"Yo creo que hay que construir una España federal, que ha de estar constituida por estados", responde, pero no quiere pronunciarse sobre el sentido de su voto si viviera en Catalunya. Prefiere explicarse, dice:
"Yo creo que Podemos es la expresión más sincera y creíble de una España federal. La más sincera porque hemos entendido España, y sabemos que es una cosa plural, que está mal enseñada y mal aprendida". "A los españoles nunca nos han preguntado cómo queremos convivir los diferentes pueblos de España, ni qué relación queremos con Europa, ni con la Iglesia. Nunca nos han preguntado nada. Lo que queremos preguntar es para encontrarnos".
Constata que una parte importante de los que pusieron en marcha Podemos entienden que "la democracia se hace preguntando a la gente" y que además "desconfían profundamente" tanto del Partido Popular como de Artur Mas y de CiU.
Y en el terreno más personal expresa sentimientos: "A mí me gustaría que en Catalunya la gente se sintiera parte de esa España que paró durante tres años los pies al fascismo, de esa España de Lorca, de Buñuel, de esa España que emociona. Pero para que la gente se pueda emocionar con esa España tenemos que quitarle la marca España a los que la están convirtiendo otra vez en la de Los santos inocentes. Si la marca es esa, ¿quién va a querer formar parte de esa historia? Por eso creo que tenemos una responsabilidad histórica, porque somos creíbles y sinceros en esta construcción. Y como que hemos entendido qué es España, tenemos la posibilidad de explicarlo. Por ejemplo mis posiciones no han sido siempre así. A mi Catalunya me ha ayudado a entenderla".
Podemos y el 15M
El diario Le Monde, tituló una información sobre Podemos, en plena campaña, diciendo que era expresión política del 15M. Algo debe haber de eso, a la vista de los resultados. Monedero lo resume así: "Pensamos como la gente, sentimos como la gente y hablamos como la gente y por eso hemos conectado". Pero en Podemos tienen mucho que discutir y resolver sobre formas organizativas, sobre los círculos, sobre hasta qué punto serán sensibles a la resistencia a delegar que caracterizó al movimiento de los indignados, sobre las asambleas y su funcionamiento.
"Podemos tiene que ser capaz de mantener vivo el espíritu asambleario espontáneo y desobediente del 15M"
"Aquí en Podemos va a haber una tensión entre la condición representativa y la condición participativa", admite Monedero. "Esa tensión necesaria, en los movimientos se decantó por la participación y les ocurrió como las olas en el mar, que sólo existen cuando hay viento, y en los partidos políticos se decantó por la representación, convirtiéndose al final en estructuras esclerotizadas".
Cree que hay que mirar las experiencias en otros países, y recuerda palabras de un exministro boliviano, Sacha Llorenti, que dijo que "los movimientos indígenas en la calle joden a menudo la tarea de gobierno, pero por favor que no salgan de la calle".
Podemos necesitará su propio aparato administrativo y la incógnita está en saber cómo organizará a toda la gente que así lo desee y cómo podrá evitar que aparezcan grupos de personas con privilegios, su propia "aristocracia".
"No podemos hacer de Podemos una estructura que sea rehén de ninguna burocracia. Podemos es de la gente", explica Monedero. "Podemos, en otoño, tiene que convocar una asamblea constituyente, en la que habrá seguramente diferentes concepciones. En mi caso, como parte del grupo promotor, estoy convencido de que el reto central es superar los problemas tradicionales de los partidos políticos. Es decir, que hemos de ser capaces de tener la inventiva suficiente para incorporar a ese millón y pico de votantes a las tareas políticas. Hemos de ser capaces de encontrar las fórmulas para que cada cual sea Podemos desde el espacio que quiera".
¿Con qué reglas del juego?
"Tenemos que inventarlas", reconoce. "Sabemos cómo funcionan las estructuras burocratizadas jerárquicas. Y hay otras estructuras ... Hay partidos más asamblearios. ERC es un ejemplo. Una estructura asamblearia es más fresca... Pues tendremos que aprender de ahí.
Ese es el problema. Cuando fomentas la participación, dificultas la ejecución, y cuando fomentas la ejecución, dificultas la democracia. Es una tensión invariable. ¿Por qué los ejércitos no funcionan de manera asamblearia? Porque te mata el enemigo. Tiene que haber una estructura de mando muy clara, pero los ejércitos no son democráticos. Hay quien dice, tenemos que convertir el partido un ejército. Pues me parece muy bien, pero estás haciendo un ejército, no un partido. Y hay quien dice, no. Vamos a ser Pancho Villa. Aquí todo el mundo tiene que decir lo que le de la gana. Entonces eres muy fresquito, muy espontáneo, pero olvídate de levantar nada. Es imposible.
Si alguien en un círculo dice una cosa, otro lo contrario en otro lado y cada uno dice lo que le viene en gana... qué bien, que libres somos, pero esto no es entonces una formación política. Tenemos que encontrar cual es la tensión justa entre estos dos elementos. Y la tensión justa entre ejecución y participación sólo se encuentra de manera dialéctica con mucha deliberación".

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