Terminarán obligándonos a fumar
EL PAÍS
La gran lección que nos dan constantemente estos gestores del apocalipsis now, es que van a la suya y no a la de los gestionados y representados como debería ser. Que les importamos un bledo, y que sus presuntas "ideologías" son sólo los tramp(a)olines que usan para envolver el paquete bomba de la ineptitud a gusto de su conveniencia. Y que todos doblan la bisagra ante lo que sea, con tal de no soltar el mango de la sartén que les hemos concedido manejar, con nuestros votos y el aceite de nuestra paciencia infinita, para hacer un refrito incomestible.
El poder del dinero = los dineros del poder, es la operación matemática que les inspira, convertida en una especie de filosofía de lo cutre que se ha apoderado de todos, gobernantes y gobernados; es evidente que estos individu@as que gobiernan y desgobiernan los cotarros según convenga al gran pastón, no han llegado de otra galaxia, sino que han sido cultivados e instruidos como el resto de humanos, como todos nosotros y que sólo porque les votamos sin más, llegan al vértice del manejo.
La moraleja está clara: cambiemos nosotros aquí y ahora nuestra escala de valores, nuestros filtros y programaciones mentales y emotivas, nuestro miedo estúpido, nuestros apegos ansiosos y nuestras falsas seguridades. Crezcamos de una puñetera vez y nuestra parte representante será, igual que ahora, como nosotros somos, nuestro espejo, por dos razones: porque se habrán educado mucho mejor con verdaderos valores prácticos, humanos y democráticos y porque con más horizonte ético y criterio lúcido, ya no podríamos elegir algo peor que nosotros mismos, cuando no reconocemos en ellos lo que para nosotros es vital.
En una sociedad mental y emocionalmente sana, es impensable elegir unos gestores como estos. En España y en Europa. Que en todas partes cuecen habas.
La lección de Alemania debería abrirnos los ojos. Los alemanes, convencidos por el clima de "catástrofe" de que sólo la pasta a cualquier precio debe ser la gestora y 'redentora' de tanto estado de bienestar, han comprendido con los resultados prácticos, que eso no compensa ni es sostenible, y que la miseria generalizada en medio continente y la riqueza en aumento para la oligarquía bancaria no sólo no soluciona sino que empeora oferta, demanda, producción, exportación y calidad de vida, han hecho posible con sus votos que la corriente socialdemócrata comparta el poder con el pastón. Si Merkel quiere seguir gobernando se tiene que tragar el sapo de las propuestas con mejoras sociales de sus socios, sí o sí. Y eso que hasta Merkel había respetado los derechos de los más desfavorecidos y no les ha recortado nada, pero a la clase media sí que le ha dado buenos mordiscos mientras hacía la rosca al gran capital. Los ciudadanos alemanes lo han comprendido y han dado un giro electoral. Los liberales se han quedado bajo mínimos y los socilademócratas han subido lo suficiente como para frenar el afán destroyer de derechos y dignidad que imponen el FMI, el BM, Wall Street y el BCE; Bruselas ha puesto el grito en el cielo y se desconcierta con las repentinas decisiones alemanas; posiblemente después de Mayo y de las elecciones, si los ciudadanos de la UE votan lo que parece que van a votar, el Parlamento de Bruselas dejará de sorprenderse para empezare a espabilarse. Y todos empezaremos a salir de ese agujero negro que ya ni siquiera merece la consideración de uno de sus descubridores más empecinados: Stephen Hawking. Todo se va configurando, como enunció Prygogine, hacia la salida en bifurcación de lo insostenible. De la entropía. Desde la ciencia a la economía del sentido común, al servicio del hombre y no del dinero.
Mientras tanto procuraremos no fumar bajo ninguna presión, aunque nos lo recomendasen como panacea Bayer, Novartis, Sandoz y la estrepitosa dieta Dunkan. En cualquier caso, la decisión de seguir o no fumando a la fuerza el peor de los tabacos, como en la sanidad de Madrid, en Gamonal o en Ucrania, es nuestra responsabilidad. Obras son amores...y no cutres temores.
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