jueves, 28 de octubre de 2010

A pie de asombro surrealista

Dí que sí, Zaplana, bonico, así se habla. Con conocimiento de causa. ¿Quién mejor que tú para entender a Camps? Tú que te pusiste las botas y que con las botas puestas y el bolsillo a rebosar, pespunteado por las terras míticas, los benidormes y los negocietes a tutiplén, te apuntaste a ministro huyendo de la quema y una vez quemada la falla de los pelotazos por agotamiento ladrillo-cementual, desde el poderío político y público, saltaste a la privacidad empresarial a seguir haciendo patria y carrera en plan forrenta per capita-les comunicativos. Por lo de los teléfonos, claro está. Lo tuyo es la anticipación. La vista de águila a largo plazo. Calculaste que el boom inmobiliario podría ser el dorado y así fue. Cuando el dorado derivó en purpurina, cutre look y mientras las ratas saltaban a babor y a estribor del velero de la albañilería, tú vislumbraste el siguiente trampolín y saltaste sin miedo al futuro de las comunicaciones que ahora son el imperio pirata de la ex galaxia Guttemberg, que se está convirtiendo en la galaxia Googlember. Apoyada por todos los Dark Veider de la telefonía siniestra, pero sin embargo muy diestra en el trinque y en el embrollo computador. ¿Qué tendrá la diestra que siempre lleva el bolsón tan preparado para lo que pudiere acontecer eventualmente, -sobre todo, "eventualmente", cómo no!- , y afanar en cada envite del destino? Ah, Zaplana, tú si que entiendes, como Fabra, los malabares de la continuidad impune! Él lo hace desde la suerte semanal. Ya sabes el feeling que tiene con la lotería. Y tú desde el salto de longitud. De bote en bote. Esa sonrisa te delata. Ya lo sabías. Y estabas esperando tu momento para decírselo a Camps. Que la comunidad Valenciana está de pena, que no se puede ser tan torpe, que cuando se manga hay que hacerlo con un buen sistema de lucro en birlibirlioque, que luego crecen los enanos, los gurteles, los trajes, los bolsos, las cuentas que no cuadran, los Riquis que se emparanoian y cantan la Traviata en las tribunas del chantaje político-afectivo. Los bigotes regaladores que se quieren un huevo o diez, si son pequeños. Que Valencia se ha convertido en una permanente celebración del orgullo ¡Hey! , que las cosas no se hacen así en plan amateur, sino en za-plán profesional. Con una línea clara y un sistema adecuado. Es que estos pijos no saben ni contestan. Nunca tienen nada que decir y cuando se apoderan de un sillón pierden los estribos. No como tú que siempre has pasado de un sillón a otro, sin apego alguno, sin nostalgia ni ramitos de violetas. Pero es que tú siempre has tenido ese oído finísimo, ese olfato ultra sensorial que te transporta en un plisplás a nuevas dimensiones forraticias y sin fronteras, como una ONG del beneficio propio y sin remordimiento alguno. Ya lo dices muy clarito :"¿Para qué vamos a ser hipócritas?". Hay veces en que no se puede discernir donde termina la hipocresía y donde empieza la falsa sinceridad del cinismo.

Quizás el fallo de Camps es corromperse convencido de que lo suyo no es corrupción, sino la aceptación de homenajes merecidos por el glamour de su maestría comunicativa, por su equilibrio sensacional, por su responsabilidad siempre dispuesta a las comparecencias espontáneas en el parlamento, por su respeto a la información ecuánime de ese Canal Prou que le lleva en palmitas, por su devoción descarada y pública a San Ganancio mártir y a San Eccleston asceta y virgen. Quizás su vanidad y sus concesiones al ego rimbombante, le han hecho inventarse un mundo paralelo y virtuoso, a golpe de letanías floreadas a la xeperudeta y for ever young. La carne es débil cuando las pasiones la invaden a pesar de las novenas y los rosarios en familia. Ahí está el talón de ese Aquiles rodeado de una inflacción de Patroclos insumisos y regaladores. Armando la de Troya. No como tú. Prudente fraguador de tu holding personal ,silencioso. El fallo de Camps fue no aceptarte como asesor. ¡Ay, si te hubiese escuchado! Pero no. Los pijos no te escuchan si no tienes pedigree y no te has educado con ellos en un colegio de altos vuelos y grandes aspiraciones de agenda estilosa. Y se te ve de lejos el pelo de la dehesa , la facha de ganadero o de gañán venido a más. O de gerente de club de alterne. Ahora , ese presidento con aire se seminarista en crisis permanenete, lo está pagando todo junto. En el pecado de ignorarte y combatirte lleva la penitencia de los jueces pisándole el talón de su vulnerabilidad. En cambio a ti, nada. Ni un suspiro de sospecha que haya dejado una sola huella de tu paso marcial y contundente por el Palau de la calle Caballeros.
Es que no se les puede dejar solos. No hay más que ver a Rajoy y su sentido de la alta política, acompañado de ese perrito de lanas que gruñe haciendo de portaladrido en el parlamento y que,como Camps, en las entrevistas recita una vez y otra la grabación de la misma cinta, del idenéntico catecismo, aunque las preguntas no tengan nada que ver con las respuestas y viceversa. Creo que se llama Soraya o Zoraida o algo paraecido... muy árabe para la diestra ¿no?

Lo tuyo era otra cosa con más morbo y más enjundia. Más a juego con la lideresa y su castiza garrulez inoperante, pero con retranca y tirón popular. Que al mismo tiempo hace streep tease, que le reza al Cristo de Medinaceli. Una diestra muy diestra. Será que estais todos a la diestra del Padre Eterno. Aquel personaje inefable de Gesualdo Bufalino, que gobernaba la oscuridad en "Le menzogne della notte". Para mí que el futuro del PP pasa por vuestro matrimonio político. Seguro que acabas pidiendo su mano en algún baile benéfico para os damnificados por Galladonophis I y su política de derribo municipal y palacio en ristre. O para reenganchar a Madrid en la América's Cup, a ver si los veleros españoles ganan las regatas en el estanque del Retiro o en lago de la Casa de Camp(s)po.
Tú si que sabes, Zaplana.

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