lunes, 18 de octubre de 2010

Alemania abre el debate de la integración

La canciller Merkel opina que el modelo multicultural ha sido un "completo fracaso"

PATRICIA BAELO Berlín 17/10/2010 12:30

Angela Merkel.- REUTERS

Angela Merkel.- REUTERS

La caja de Pandora la abrió hace mes y medio el ya ex funcionario del banco central alemán Thilo Sarrazin, que acusó en un libro a los inmigrantes musulmanes de disminuir la inteligencia de la sociedad germana.

Una ola de críticas y la presión terminó con el despido de Sarrazin, que no obstante ha colocado su libro en la lista de los más vendidos. Y, pese a lo escandaloso de sus declaraciones, parece que sus argumentos xenófobos son compartidos por muchos alemanes de a pie, como revela un estudio de la Fundación Friedrich-Ebert y publicado este fin de semana. Según el informe, "en 2010 han aumentado significativamente las corrientes antidemocráticas y racistas".

Más de la mitad de los alemanes, un 58%, son partidarios de limitar la libertad religiosa de los musulmanes; la cifra alcanza el 75% en la zona más oriental (la extinta RDA). Y uno de cada tres alemanes considera que el país está "demasiado extranjerizado".

Algunos políticos han apostado por la línea de Sarrazin. El líder de la CSU, Horst Seehofer, abogó la semana pasada por frenar la inmigración procedente de Turquía y otros países árabes, pues "les cuesta mucho más integrarse".

"Nos hemos engañado"

La canciller alemana, Ángela Merkel, se ha sumado al debate. Durante una conferencia regional de la CDU, el viernes pasado, dijo que el intento de forjar una sociedad multicultural ha fracasado por completo, dado que la avalancha de trabajadores extranjeros que llegó como mano de obra a Alemania a principios de los años setenta terminó por quedarse a vivir. "Nos hemos engañado a nosotros mismos. Dijimos: No se van a quedar, en algún momento se irán'. Pero esto no es así". "Y, por supuesto, esta perspectiva de una [sociedad] multicultural, de vivir juntos y disfrutar del otro (...) ha fracasado totalmente", aseguró.

Merkel insistió en aumentar las obligaciones de los inmigrantes en pro de una "mayor integración". Quiere que aprendan el idioma.

A la canciller le pesa la presión que ejercen muchos compañeros de filas para que endurezca las leyes de extranjería, empezando por el permiso de residencia, apunta el semanario Focus. El Ministerio de Educación ha propuesto ya que los extranjeros sigan un proceso de convalidación de su formación académica al llegar a Alemania. El debate se endurece, porque tanto la ministra de Educación como la titular de Trabajo apuestan por reducir las barreras para la mano de obra extranjera, conscientes de que el mercado laboral alemán requiere de unos 400.000 profesionales cualificados.

El jefe de los Verdes, Jürgen Trittin, culpó a Seehofer de allanar el camino a actitudes de extrema derecha, mientras la socialdemócrata Malu Dreyer, al frente de la Conferencia sobre integración regional, calificó de "penosa" la actitud de Merkel.

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