martes, 5 de octubre de 2010

Estudio sociológico profundísimo. Scanner exacto.

Naturaleza
----- *EL PERFECTO IDIOTA VALENCIANO


Una de las características más sobresalientes del perfecto idiota
valenciano es su impermeabilidad intelectual a toda evidencia. El
P.I.V. es teóricamente un demócrata pero ni se indigna con lo que la
prensa caritativamente llama "el caso Fabra" ni protesta porque miles
de niños se vean obligados a estudiar en barracones, por poner dos
ejemplos infamantes con los que convivimos a diario.


El P.I.V. ha interiorizado el meninfotisme no como un derecho o una
desequilibrada manera de ser sino como una envidiable virtud
individualista. Cándido, egoísta y acomplejadamente provinciano, el
P.I.V. se conmueve con la visita de un Papa a Valencia -sobre la que
no pide cuentas a sus gobernantes-, pero, al mismo tiempo, ni se le
pasa por la cabeza manifestarse en la calle para exigir el
esclarecimiento de uno de los accidentes de metro más luctuosos de la
historia que se cobró la vida de 43 seres humanos. El P.I.V nunca pide
responsabilidades.


El P.I.V. no participa en organizaciones vecinales. Su activismo
ciudadano se concentra en el seguimiento de la evolución del Valencia
C.F., en las fallas y demás jaranas populares. Si al P.I.V., ya le
enloquecían las paellas gigantes, montajes como la Copa del América o
la construcción de un circuito urbano de F-1 le colman de un legítimo
orgullo que vagamente identifica con el "progreso" de la retórica
gubernativa autonómica y local. El P.I.V. jamás pisa un museo, no lee
libros, ni pierde un segundo en comparar las promesas electorales con
los hechos objetivos.


Al P.I.V. no le preocupa el funcionamiento de las instituciones, ni su
escasa transparencia, ni el autoritarismo y la palabrería de sus
gobernantes, ni la doble moral de estos, aunque, a causa de su
acendrado complejo provinciano, el P.I.V. esté dispuesto a creer en
consignas irracionales como la de que "el gobierno central odia a los
valencianos". Al P.I.V. tampoco le interesa el estado actual de la
sanidad, ni el de las Universidades, ni si funcionan o no las
políticas de protección social.


El P.I.V. es un elemento extremadamente maleable. Si políticamente le
humillan, es obsecuente; si le utilizan, consecuente, aunque ignore
ambas cosas.


Conscientes del trascendental valor de su voto cada dos y cuatro años,
nuestros actuales gobernantes suelen referirse al P.I.V. en plural
como "el pueblo valenciano" o "nuestros ciudadanos", aunque según veo,
excepcionalmente y con el propósito de obtener el mayor rendimiento de
una nauseabunda campaña de agitación, ahora tuteen al perfecto idiota
valenciano.


*/¡Qué triste es que la España pensante tenga esta imagen de los
valencianos!/*


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3 comentarios:

Sol Ruiz dijo...

Me impresiona que este post clasificatorio tenga tanto glamour y tantos fans entre los spam. No me imaginaba que el insulto tuviese un éxito tan estrepitoso en esa clase de mensaje. Menos mal que no insulta quien quiere sino quien puede.

Anónimo dijo...

Gracias por la crítica razonable. Yo y mi vecino se acaba de preparar para hacer una investigación al respecto. Tenemos un robo de un libro de nuestra biblioteca local, pero creo que he aprendido más de esta entrada. Estoy muy contento de ver la información tan grande que se comparte libremente por ahí.

Sol Ruiz dijo...

Caray con tu vecino, qué diligente.Aunque creo que con tres años de retraso, la investigación sociológica va a ser el chiste de la temporada.
Lo de la información tan grande que se comparte por ahí, quizás sean hojas sueltas del libro que os robaron de la biblioteca local. Yo que vosotros pondría un candado y na trampa a lo Tom y Jerry para pillar al "culto" del pueblo cuando le dé por robar el otro libro de retén.