jueves, 17 de marzo de 2022

Gracias, Javier Gallego. Si no fuera porque es imposible escaquearse del marrón que soportamos, este destrozo esppañolazo podría ser perfectamente una profética peli de José Luis Cuerda q.e.p.d. De menuda serie al natural , y al parecer interminable, se ha librado...Ainssss!!


Y mientras tanto, en España

Alberto Núñez Feijóo, durante un acto con los afiliados en Toledo. EFE/Ángeles Visdómine

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Ahora que la vida se ha convertido en una serie distópica de Netflix, hasta la meteorología se adapta. El cielo se tiñe de naranja y los coches se llenan de polvo del desierto como si la destrucción ya hubiera sido y estuviéramos en Mad Max. A nadie extrañaría a estas alturas ver aparecer a los cuatro jinetes del Apocalipsis cabalgando entre las nubes. Después de una pandemia, una Filomena, un volcán, una invasión y el anuncio de la guerra nuclear, te esperas cualquier cosa. Y sin embargo, hay quien no se ha enterado de que el mundo se acaba y diosito nos ha mandado una tormenta de arena. Circula por las redes el audio de una señora que se queja del vecino que debe de haberse puesto a cortar baldosas y le ha dejado la terraza como el Sáhara. Bendita mujer que vive de espaldas a la actualidad o quizá estaba tan absorbida por Ucrania que no ha visto que llegaba Celia. Sirvan estas líneas para ponerle al día de los goles que nos han colado a puerta vacía mientras nos cegaba la tormenta bélica. 

Porque, aunque no se lo crean, hay quien ha aprovechado el río revuelto de la guerra para limpiar la ropa sucia. Ya no se acordarán porque parece otra vida, pero Ayuso le regaló a un amigo un contrato de mascarillas por un millón y medio del que le llegaron 55.000 euros a su hermano, como reconoció ella misma. Quedaban por explicar otros 230.000 que Casado decía de buena tinta y que la presidenta madrileña negaba. Hasta que estalló la guerra. Entonces, con nocturnidad y alevosía, envió un comunicado a la prensa admitiendo que su hermanísimo había ganado en total 280.000 euros con este negocio de familia. Lo que me sorprende es que no haya habido otra manifestación de seguidores delante de Génova para pedir que la canonicen y que se presente a la Moncloa. 

Por lo pronto, han canonizado a San Feijóo, santo patrón de la moderación, el hombre que vendrá a civilizar España como Santiago Matamoros con espada de acero templado. En ese camino hacia el centro, el PP bajo su tutela se ha estrenado metiendo por primera vez en un gobierno a la ultraderecha. Los amigos de Putin en España, para que se entienda. Los amigos de Salvini, Le Pen, Orbán y compañía. Giro al centro pasando por el franquismo. El acuerdo incluye un pin neanderthal, ocultar la violencia machista y darle la vicepresidencia a un homófobo, racista y machista. Feijóo dice que él no ha tenido que ver, pero también decía que no tenía nada que ver con Marcial Dorado, su amigo el narcotraficante de la crema. Para el PP europeo el pacto es un “accidente” que espera no se repita. Se repetirá si salen las cuentas. Feijóo, el moderado, le dará la vicepresidencia a Abascal y ministerios a Ortega-Smith, Espinosa Etc y Olona para llevar a España al siniestro total. 

El que ha salido silbando de su accidente es el emérito. La Fiscalía no encontró mejor momento que la guerra para anunciar que la causa contra los presuntos delitos fiscales del rey había prescrito y que lo que no había prescrito, no se podía juzgar porque entonces era inviolable. Sigan circulando, aquí no ha pasado nada. Primero alargan la investigación hasta que prescribe, después nos dicen que el monarca es inviolable para delinquir. Y luego, nos pedirán que creamos en la Justicia. Estamos a un bombardeo de que nos cuenten que le han restituido el trono a Juan Carlos. Él también aprovechó la guerra para escribir un comunicado en el que dedicaba una sola línea a lamentar los “acontecimientos de su vida pasada”. Le faltó decir “esos acontecimientos de los que usted me habla”. Hablamos de ilícitos fiscales que el propio Borbón reconoció con sus regularizaciones. El rey evadió impuestos, eso no hace falta que venga un juez y lo diga.  

Y mientras tanto, la derecha nos dice que pidamos perdón al rey, que le demos las gracias a Ayuso y que Abascal no es el amigo de Putin, que es Iglesias, porque Putin es comunista y Podemos está a favor de su guerra. Estamos a otro bombardeo de que culpen a la izquierda de la borrasca de arena. Nos metemos con la propaganda de Putin, pero aquí también nos las meten dobladas. 


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