lunes, 21 de marzo de 2022

Lo más divino y mágico que tiene la poesía es la capacidad de hacer de cada momento una celebración constante de conciencia, sin que lo impida nada. Puede escribirse o no, pero ahí se queda el verso repartido contagiando la luz por todas partes y acogiendo las sombras para tejer de nuevo otra ternura, aunque nadie lo vea ni lo escuche, aunque parezca oscuro y camuflado, como quedan las vías en silencio atravesando todo para que pase el tren de la esperanza, mientras la vida empieza lo que acaba, y viceversa...

 

           Flor, La Vida, Flor Amarilla, Grieta

 Gracias Librújula por escribir y Público, como siempre, por publicar. Un abrazo inconfinable y desenmascarillado para toda la familia: la humanidad

   

 

10 poetas para festejar el Día Mundial de la Poesía

Crece el granado y el almendro crece;
gime el cerezo y muestra las heridas
que los corzos dejan en su tronco;
con las flores sueña el manzano mudo;
con el fruto redondo, el albergero.
Una ciruela roja es la promesa
del temblor de una rama aún inexistente.

Miro todo este aliento vegetal
embrionario y me remite
al comienzo de las cosas y a ese tiempo
que excede fugitivo
la edad del ser humano.

Afuera hay sol (Olifante) de María José Sáenz

demasiada cantidad de cuerpo
sola ante sus dimensiones
casta respiración
vacía el aliento
comienza allí
la parte enmudecida
regida por el no
pero hay un templo en la memoria malcriada
con la fiebre al descubierto.

La nimiedad (Huerga y Fierro) de Sara Martín 

no huye el ave
aguarda el dulce premio
a su plumaje
ningún sabor se parece
al soñado en lento labio
pico que horada
frambuesas
uvas
arándanos
gotean sobre el recuerdo
del cómplice

Tapiz rojo con pájaros (Bala perdida) de Olga Muñoz Carrasco 

 

QUIETAMENTE

Dormí con tanta esperanza
en mi corazón oprimido
que noté cómo,
traspasado,

florecía.

Lengua muerta (Páramo)de Esther Cabrales

COLEÓPTEROS

Mariquitas que rompéis los siete sellos y seguís viendo al
cordero : unificaos y degollad al chico del arco porque
Miré y entonces había un caballo verdoso; el que lo
montaba se llamaba Muerte, y el Hades le seguía hay
que matar con la espada con el hambre con la peste
¿Hasta cuando vas a estar sin hacer justicia?

y el sol se puso negro como un paño de crin
la estrella se llama Ajenjo : aguas infectadas

herir la tierra con plagas sepultadas de cadáveres
porque la Bestia surgirá del Abismo y
las criaturas celestiales serán arrojadas al mar

los siete ángeles de las siete trompetas se pusieron a tocar
y la voz del cielo que yo había oído me habló una vez más
y me dijo: que cada quien escuche lo que le tengan que decir los ángeles y sus trompetas: apocalipsis total

Fábula maternal (Bartleby) de Begoña Callejón 

sobre la librería del salón
porque no han encontrado
un sitio en esta casa todavía
hay dos casas de pájaro

la tuya decorada
desabrigada y rústica la mía

serán para colgar las llaves

como ella tú y yo
somos dos casas haciendo
de esta casa un hogar

Tiempo de frutos (Piezas azules) de Ramiro Gairín Muñoz 

nunca valoré lo suficiente cómo tus manos se unían en lo
inservible con las mías durante las heladas

sé que guardas todavía la pureza de nuestros dientes de leche

no me propondré nunca enterrarte bajo la leña calcinada.

[nota de progreso]

Länder (Editora Regional de Extremadura) de Xavier Rosell Mendo

 XI

Estoy viva
como fruta madura
Gioconda Belli

Madura en la fruta pintada,
como terciopelo oscuro.
Coloniza lento la pieza
y aporta forma nueva.
La lámina escondida
en un cajón olvidado
donde el moho realiza
su fiel trabajo, su lenta
apropiación
de toda vana mentira.

Sobre madera húmeda
descansa la hermosa
engañifa; el trompe-l’oeil
de la única fruta falsa
que en casa me legaron.

 Suceden tardes (Sloper) de Marcos Augusto

Un solo mapa desplegado
hasta llegar la noche,
un único trayecto
que a tientas reconoces.
El camino se eleva en lo recóndito,
en los restos de tierra entre las uñas,
en el empeño de las manos
tras el redoble de una voz progenitora.
Su ademán permanece tras la muerte
como una flor de huesos
que niega su orfandad.

Greenwich (Algaida) de Pablo Luque Pinilla


III

Otro día más, me echo
el alma al hombro
y el sencillo deseo de vivir
contra todo pronóstico

Otro día ya, te oigo cantar
alzado de mí mismo,
con el ala algo más oscura
solitario amigo

Te sigue un séquito d cientos
de compañeros, de ondas…
¡mi atención se concentra
allí en la primera hora!

Para tu visita temprana
el alba te prestó
la figura de un pájaro,
y su cítara, el sol.

La segunda persona (Sapere Aude) de Fulgencio Martínez  


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 ABRAZO Y HOMENAJE PARA DIEZ

      (QUE SON MILLONES)

 

Diez poet@s, llegad@s por sorpresa, 

a compartir el fuego de esa llama

que deshace la cera  de la mugre mundial

y la recicla en luz inapagable

ésa, la misma apología de una vida

in crescendo 

como chispa infinita

que nunca nos deslumbra 

y por siempre acompaña

 

diez esencias benditas, lúcid@s,

hermanad@s, tangibles y abrazables

con el alma, la brisa, el amor

y la palabra, verso/verbo

que habita entre nosotr@s

sin complejos ni nada parecido

 

Diez vidas en constante homenaje

a un perenne universo en construcción

y dulce reciclaje en lo profundo

entre la periferia de las cosas

 

Un milagro, sin duda,

que vibra como un eco 

en ese más allá de tiempos y de espacios,

en ese no lugar que todo lo diseña

en el trazo infinito 

de un amor sin fronteras

palpitante en los versos aún no escritos,

siempre recién nacidos y a punto de nacer,

perennes refugiad@s en la Casa Común,

en el Nosotr@s 


Senderismo on emaze

 


 

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