sábado, 27 de noviembre de 2021

Sira Rego: "Las cifras desmienten la falsa 'avalancha migratoria' invent...

  


Creo que este mensaje de Sira Rego no es ideológico ni específicamente  de izquierdas, es por  encima de todo, humano, justo e imprescindible para superar este tiempo decisivo donde nos jugamos exponencialmente la vida del Planeta y de sus especies, dependiendo por encima de todo de nuestra evolución ontológica manifestada en la conciencia ética -personal y colectiva-, para sobrevivir incluyendo y no excluyendo, precisamente, a las victimas del sistem in failure que hemos dado en llamar "bien estar", desde luego, minoritario a costa de la ruina mayoritaria, como si ese plan fuese sostenible for ever en un plano que es global/dependiente, por efecto de un consumismo  descerebrado. El ser humano sin compasión ni empatía deja de ser humano, se deteriora y termina convertido  en un animal autómata. Como una máquina suicida de apariencia humana y contenido solo mecánico.

Es la inteligencia emocional la única herramienta de que disponemos para lograr sobrevivir sin exclusiones. Los resultados son cristalinos: no se vacuna a los pueblos y estados más pobres, y, en consecuencia,  de esa aberración egoísta renacen y se multiplican los virus que provocan nuevas olas de contagios para los que no habrá vacunas adecuadas hasta que se puedan fabricar. Este miserable sistema de  locos e insensatos es una pescadilla que se muerde la cola, un callejón sin salida, en el que el dinero mal empleado en "asegurar" los egos y su insaciable "negociosis", se convierte en suicidio para todos, incluidos, a más largo plazo,  los magnates del cotarro, sin duda. Y no es un castigo, el autocastigo es, precisamente, ese modo de destrozar y poner precios impagables a lo que se nos ha dado gratis para crear y evolucionar lo mejor posible. El castigo es self made. Y  el amor, la compasión y la empatía, la mejor vacuna con que podemos contar.

Hay quien cree que la empatía es postureo, pero no es así, sino que es el primer paso, el taca-taca de los niños  en el camino de la compasión, como la compasión es el umbral inevitable del Amor. El término deriva del verbo griego empasso, que significa tejer, unir diversos hilos dando lugar a un mismo tejido. En psicología puede entenderse como la metáfora del telar, o de hacer punto o ganchillo, de convertir los puntos individuales en un tejido común que puede combinar distintos colores, formas, utilidades y texturas vitales, es un nivel básico de comprensión, la toma de conciencia de que en cada individualidad está presente la sustancia del Otro y que esa condición cuando se va integrando nos hace capaces de gestionar la vida, también, desde el  Nosotros. 

La primera toma de conciencia es ponerse en el lugar del otro. Olvidarte de"lo tuyo" para no juzgar "lo suyo" sino para comprenderlo y ser ecuánime, como lo eres contigo mism@. Mirarle sin prejuicios y tratar de comprender qué sentirías tú, en su lugar y sus circunstancias determinadas, si te pasase lo mismo que a él y en las mismas condiciones, no colocando al otro en las tuyas. Se trata de que el Nosotros es incompatible con la patología "normal" del ego, no con el yo sano que comprende y aprende desde la humildad, que en realidad es también, inteligencia. 

Cuando consigas eso y elimines el juicio del prejuicio, entonces habrá empatía y después, compasión. ¿Cómo podríamos compadecer y valorar a aquél y a aquéllos, a quienes no somos capaces de comprender? En ese caso entra en juego la religión y sus mandamientos, para remediar el entuerto desde el poder "de lo alto": ama a tu prójimo como a ti mismo, aunque eso te fastidie y no lo entiendas,... si no quieres ir al infierno, hijo mío! El miedo -y no la conciencia- es entonces el motor, es obvio, porque falta la empatía y todo está centrado en la antipatía primaria del ego, solo comparativo pero no empático, y siempre a la defensiva: hasta llegar a la limosna  como moneda de cambio para ir al cielo y a la falsa caridad por obligación religiosa, no por empatía ni amor verdadero. No porque hemos cambiado y mejorado, madurado y crecido, sino por chantaje. Justamente el significado de caritas etimológicamente no es limosneo, es el amor fraterno más elevado, generoso y libre, que no está apegado al "premio/castigo" como el amor latino, más cerca del eros y del deseo de conquista y recompensa, que del alma, la conciencia y el espíritu que Somos. 

Disculpad que explique tantas etimologías. Os aseguro que solo lo hago porque he llegado a la conclusión práctica de que el desconocimiento del significado original de las palabras/ideas que repetimos, decimos, pensamos o escribimos, de alguna manera nos marca y está inconscientemente anclado en la base de los errores y bloqueos que luego criticamos, condenamos y castigamos en lo individual como en lo colectivo,lo mismo pasa con conceptos torcidos que usados fuera de lugar etimológico se toman como virtudes y cualidades, por ejemplo, confundir honor con fama y con orgullo o considerar el valor como violencia o la paciencia y la escucha como sumisión, o la inteligencia con la picaresca o el chanchullo con el acuerdo 'legítimo' que beneficia a unos y hunde a otros. De ese modo, desconociendo el sentido original y sus vibraciones mentales, emocionales y energéticas estamos eternamente atados a una negativa y empobrecedora programación neurolingüística, que nos condiciona toda nuestra vida sin que nos enteremos ni seamos conscientes de ello. Nos estamos impregnando, sin saberlo, por costumbre familiar o cultural,  de ondas muy negativas programadas sin saberlo, que a lo largo de nuestra vida son focos de dolor, de depresión, de manías e inconvenientes derivados de no saber qué valor real tiene sobre nuestro inconsciente la tergiversación semántica de nuestro pensamiento y emociones, influyendo negativamente en nuestras relaciones interpersonales y laborales.  De hecho, me alegró muchísimo, que después de quince años haciendo terapias a ese nivel  se presentase en sociedad la Programación Neurolingüística. Fue una confirmación de que la experiencia terapéutica no había sido ni era  una casualidad, sino un fenómeno compartido evolutivamente en el mismo nivel del auto-reconocimiento, como terapia. Desconocer la dirección del camino interno y confundir el mapa semántico con la brújula gráfica y fonética,  nos hacer perder el Norte y todos los puntos cardinales, y que además acabemos atad@s a nuestras egopatías derivadas del entuerto, para buscar culpables  como solución, saltando  de víctimas a verdugos por simple inercia programada y asumida como cosa nuestra ("es que yo soy así, es que esto me pone fatal, es mi forma de ser, me sacan de mis casillas, no puedo aguantar a ese merluzo, si lo sabré yo..." ) Programaciones. Mantras adquiridos como cosecha propia, cuando en realidad ni siquiera hemos podido desbrozar el terreno interno para poder cosechar algo que valga la alegría y la liberación, más que la pena.

No hay culpables, hay ignorancia y programaciones heredadas y/o adquiridas que actúan en el lugar de nuestra consciencia mientras estamos dormid@s, mientras  estamos encerrad@s en la caverna platónica, o en la jaula de lo que pasa y nunca se queda, pero siempre dejando secuelas pegajosas que refuerzan los barrotes de la jaula o la caverna, que llegamos a confundir con nosotr@s mism@s. 

Sin embargo, nosotr@s somos también la terapia que nos cura. Para ello solo hay que despertar y perder el miedo a entrar en Casa. Pasando de la periferia al centro de la sustancia. Soltando en vez de aferrarse. Liberando en vez atar. Presenteando en vez de pasadeando y futureando entre el peso de los errores y las ilusiones de lo imposible si no hay un presente activo y concreto donde aterrizar y despertarse de una puñetera vez para dar la vuelta a la tortilla de la vida y que no se achicharre por un lado mientras se queda cruda por el otro.

 

OMICRON

Ómicron 

Manel Fondevila. 

eldiario.es

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