viernes, 23 de septiembre de 2011

Señales de alarma

Ya son muchas y en muy poco tiempo las señales de alarma social, política y económica, de caciquismo vergonzante, y además se multiplican y se agravan a medida que se acerca el día de las elecciones. El 20 N. De tan patética y a la vez liberadora memoria. La muerte del dictador.
Desde que el 22 Mayo, la abstención y el volcán social del 15M, un arma de dos filos en un momento confuso, provocaron la ascensión meteórica del PP en los comicios territoriales, el partido opositor se ha desquiciado con la borrachera de poder, se ha quitado la máscara pseudodemócrata, esa herramienta estupenda que se sirve del trampolín de la democracia para saltar a la piscina llena de tiburones de la tiranía, es decir, que usa los mecanismos de la democracia para cargársela.

*) Lo primero fue la trama Gürtel y el enredo por defectos de forma para no tocar la materia corrupta, que consiguió apartar al juez Garzón de un caso que habría destapado lo que es de verdad el PP.

*) Después, sembrar la idea de que todos los políticos son iguales, que da igual lo que votes porque el resultado siempre será el mismo. Una verdad a medias o una mediomentira, porque no todos los políticos son iguales. Lo estamos viendo con claridad. Pero es el mensaje paralizador que la derecha utiliza como abono para sembrar desconfianza, no entre sus filas, que nunca le fallan, porque no piensan, ni ven más allá de sus narices, sino entre los indecisos, entre los que buscan algo limpio y no lo encuentran y entonces optan por abstenerse, votar en blanco o en nulo. Con el resultado que ya hemos visto.

*) Culpar al Gobierno de la crisis mundial y combatir sus ideas mejores para superarla. Dejarlo solo frente al estado general de hundimiento del sistema, que es la base económica y social en que se apoya le propio PP. Sin importarles un bledo que los empleos se pierdan, haciendo que la protección social desaparezca para los más necesitados, que dejarán de votar al "enemigo" por incompetente, el desaliento que ellos mismos y su propaganda están sembrando constantemente es un veneno para propia democracia, la libertad, la justicia y el reparto equitativo de recursos. Un liberalismo capitalista, inhumano y salvaje, donde ni el hombre ni sus derechos ni su dignidad ni su vida cuentan ni valen nada, si no lleva millones por delante. Convencer de todo esto a los recortados, funcionarios, pensionistas y parados, es pan comido, cuando se convertido la sociedad en un campo ideológico minado por la intriga y la propaganda insultante, calumniadora y sucia. Por la hipocresía meapilas que se mantiene poniendo velas al papa y al diablo.

*) Aprovechar el triunfo en las urnas para privatizarlo todo, dejar la sanidad, la educación y la cobertura social por los suelos. Las farmacias cerradas por falta de pagos, achacados al gobierno autonómico anterior mientras los dineros multiplicados de los sueldos se van derechitos a los bolsillos de los presidentes, presidentas, secretarios y secretarias, alcaldes, alcaldesas , concejales y concejalas. Más la puñalada trapera que Aguirre le ha dado a la educación en Madrid. Porque con el PP lo único que sube y progresa son los sueldos de los jerifaltes y las ganancias de las empresas subcontratadas de su gremio. Cospedal, sin ir más lejos, antes de ser presidenta de Castilla La Mancha ya ganaba más que Zapatero.

*) La última aberración es el intento de control de la información en TVE, que con el Gobierno de Zapatero ha alcanzado una independencia y un respeto que la ha colocado en la cabecera de fiabilidad y de honesta comunicación, capaz de dar paso a todos sin censura previa, algo que jamás hasta entonces habíamos disfrutado en España. Ahí hemos visto y oído al PP poner como un trapo al Gobierno constantemente, sin que nadie les borrase ni una imagen ni una frase insultante. Periodistas de todas las tendencias dialogan todavía cada noche en las tertulias del canal 24 Horas. Pero creo que un pueblo-rebaño, que todavía no es ciudadanía, no lo ha valorado como un bien cultural, pedagógico y social, sino que, siguiendo la pauta pepera y zafia, chulesca y violenta, torera y de casquería, ha interpretado esa libertad informativa como una debilidad estúpida de Moncloa, que pudiendo ser el ama goebeliana de la información, prefirió dar paso a la verdad, antes que la manipulación.
Zapatero ha traído un aire respirable de respeto y de civismo, empeñado en que la verdad hace libres y semejantes, pero ha tropezado con una corriente paleta que prefiere la mentira que hace ricos a los más ricos y más desgraciados, esclavos manipulados y desiguales a los pobres. No es un político sino un educador. Y ese ha sido su "fallo" de cara a una mentalidad garrulísima, en la que el honesto, humilde, ético y buena persona parece no tener credencial alguna y un futuro demasiado blanco y diáfano en una bazofia política de puro betún.

*) Es muy preocupante que cuando el PP ha "denunciado" la demasiada pasión diáfana de TVE por la verdad, las demás fuerzas políticas se hayan sumado a la desiniciativa. El PP debería patentar ese término como propio. Desiniciativa. Parálisis ética. Viscosidad moral. Apañología. Todo vale si me lleva la poder. Un lema que recuerda gravemente las artimañas de Berlusconi para conseguir apoderarse del gobierno italiano. La máquina del fango para ensuciar la imagen del enemigo. Si es corrupto, a por él, porque la corrupción sólo pertenece al más fuerte, es su patrimonio y no admite rivales ni en cinismo ni en desvergüenza, si por el contrario el rival es honesto, es porque es directamente idiota. No podemos fiarnos de la capacidad de quien pudiendo engañar, mentir y robar impunemente, no lo hace. O sea, corrompe, enreda, provoca hasta atentados "terroristas", desencuentros sociales, problemas de liquidez, y así llegarás como un salvador para rescatar esa economía derrochadora, que no entiende el lenguaje y la filosofía de la especulación y de la prevaricación y el cohecho como las mejores virtudes de que dispone un partido de mediocres para hacerse con el poder. Receta Berlusconi a la carta.
Un peligro neohitleriano a las puertas de la libertad herida por el dinero. Y tal vez en el funeral de la democracia. Ojalá no se así. Ojalá!


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