jueves, 29 de septiembre de 2011

La Ehpe se pone lah pilah

En cuarenta y ocho horas, Ehpe reacciona. ¡Tuch, tuch, tuch! la realidad la abofetea sin contemplaciones. Los damnificados por su concepto inversor en educación -o sea todos- se tiran a la calle sin miramientos ni complejos. Padres, educadores, maestros y estudiantes. Quieren justicia y que se recorten otras cosas -como los sueldos politicantes, por ejemplo- y no la educación, porque recortar en educación es asesinar el futuro social y humano de la ciudadanía.
Y la Ehpe de repente se espabila, seguramente iluminada por la telesonrisa de Mariano Rajoy, -que ya tiene bastante con los juegos malabares de Camps, por el que pone una mano en el fuego y con la otra trata de tirarlo por el balcón del olvido pre-electoral-.
De golpe y porrazo doña Ehpe se ha vuelto transparente. Como un cristal de Bohemia. Y ha mostrado la nómina de las sospechas. 5.880.000 euros, más o menos al mes. Una cosa discreta en términos absolutos, teniendo en cuenta a otros miembros de su partido como la Cospe. Pero no tanto en términos relativos como el trabajo realizado. Porque a la Ehpe, la verdad, si hubiese que pagarle en función, no del cargo, sino del RTP, rendimiento del trabajo personal, y viendo como está dejando la comunidad madrileña, habría que remunerarle, ni siquiera con el salario mínimo, sino dejarla directamente en el paro. Y en vista de que en la calle Génova le han debido decir de todo menos guapa, Ehpe se retracta del expolio docente y en un ataque impensable de arrojo pre-electoralista, va y contrata 260 profesores interinos.

Y ante estas incoherencias desbarrantes, chapuceras, que denuncian la incapacidad, la falta de recursos éticos y de discurso lógico, que resultan un terrorismo contra la inteligencia, una se pregunta ¿tan mal está el PP que no no tiene mejores puntos de apoyo que las Ehpes, las Cospe, los Camps y los Rajoys? Os juro, pperos de carcundia, que si vuestro desproyecto consigue llevaros a la Moncloa, sólo será por dos causas, o porque se abstenga de votar la mayoría de la población o porque los españoles están para el Cottolengo.

Doña Ehpe cree que la cosa es lavar la cara a la cloaca. Pintarla de colores y ponerle Chanel nº 5 a toneladas, en vez de gastar el presupuesto astronómico de la cosmética, en demoler la cloaca, sanear la moral política de un partido gürtelpodrido de la cabeza a los pies, y no sólo los suyos, sino los de todos sus jerarcas, dando palos de ciego cabreado, que no pretenden nada más que ganar en el juego idiota del "quítate tú, que me pongo yo".
Si el PP pudiese presentar por lo menos media docenita de Basagoitis y tres o cuatro Gallardones entreverados, pero sin barniz faraónico urbanístico, tendría algo que ganar de verdad, pero con lo que hay, con las Camacho Croff xenófobas, las Cospedales torquemada, la Ehpes barbie "nosabe ni entiende", los Camps inenarrables, los Rajoys buenos monaguillos pero sólo eso, ¿qué se puede ehperar? Que a los que ya vivimos adultos en la dictadura y luego probamos ese tipo de ingenio gobernante de la grandeur irakí de Josemari y su empacho de ladrillo y cemento gracias al cual hoy disfrutamos del mayor parque de viviendas de lujo vacías o pisitos modestos embargados, se nos ponen los pelos como escarpias, sólo de pensar en ese "retonno". Y cada día elevo al cielo el trisagio espantado de mis temores acompañado de un mantra único: De PPeris tempestatibus et absolutis tenebris mentalibus liberanos Domine!

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