jueves, 29 de septiembre de 2011

Donde dijo digo, las cuentas dicen Diego

Las cuentas traidoras de Hacienda rectifican la trahparencia de Ehpe. Era demasiado bonito para ser cierto. No son 5.880 y pico, casi seismil, euros el montante mensual de su estipendio. Del peculio, como dicen los reclusos en la cárcel. El peculio de la Ehpe sube que sube y trepa que trepa hasta los 9.000 euros mesuales del ala...del ala derecha del poder. Es natural que sea así. Qué menos! Nadie se imagina lo que debe costar estar hecha un pincel las 24 horas. Menudo sacrificio. Menuda preocupación. Estar pendiente de combinar el rojo y gualda de la banderola con la gaviota sobre fondo azul y quer no parezca una pancarta del Circo Mundial. Un bolso de Gucci con un foulard de Cagolina Heguega, un Louis Vuitton con un Givangi, un Dior con un Agata Ruiz de la Prada o un Versace. Madre mía, es que no hay empatía alguna con esta pobre proletaria autonómico-presidencial y sus gastos de representación. ¿Y las veces que debe cambiarse de traje según la hora y la actividad? Un modelito sport para ir a ver las obras de Gallardonophis I en cualquier tramo de la M 340 o más. Un trajecito sencillo con aire de catequista en paro en azul Teresa de Calcuta, a continuación, para visitar un asilo de viejetes y de paso pasarles el modelo de papeleta electoral con las cruces en su sitio, para que vayan practicando. La tercera actividad de la jornada la llevará a otro molesto cambio indumentario: tomar el aperitivo con los banqueros de Caja Madrid, esta vez, será un traje naranja minifaldero con torera verde loro y blusa de lazo caído, a cuadritos verdes y naranjas, zapatos a juego. Para comer, tiene una cita importante con unos empresarios de Katmandú que quieren que Madrid invierta en un saneado negocio de caramelos con sabor a marihuana, pero sólo el sabor. Faltaría más. De droga nada, que menuda es ella para esas bromitas de malgusto, por Dios, ni que fuese un perroflauta acampado y golpista en ciernes. Para la ocasión llevará un traje pantalón con casaca de lamé estampado con motivos minimalistas del oso y el madroño. Tobillero, para que puedan apreciarse los minicalcetines blancos y sandalias de tacón, que suele lucir en sus viajes por el Oriente remoto. Tras un descansito de nada, le espera otro dilema espantoso: elegir entre un conjunto en seda natural blanco roto, inspirado en la Verbena de la Paloma y otro de muselina bermellón y topitos blancos, inspirado en la Revoltosa, para inaugurar una exposición de pintura sobre el Madrid neofranquista, donde le harán un homenaje ehpecial, por su insustituible colaboración inspiradora. La cena llegará cargada con una responsabilidad terrible: el encuentro con los empresarios que gestionan los centros de enseñanza privada de la comunidad. Ahí echará el resto: un modelazo en terciopelo negro, con guantes del mismo color hasta el codo y una diadema de Swarowsky a juego con los pendientes. Lo del negro, está claro que es una alegoría al luto riguroso de la comunidad por le educación pública a cargo del Estado autonómico. Y lo de los guantes, un detalle de elegancia para no dejar ni rastro de huellas en el evento.
En fin, tras jornadas de este tipo, ¿cómo no comprender lo poco que significan 9.000 miserables euros al mes en una vida de riesgo y responsabilidad como ésa? Ni te preocupes, Ehpe. Que lo tuyo es lo que toca. Además la gente es que es muy corta y no entiende que antes está la obligación que la devoción. ¿Qué más quisieras tú que disponer de tiempo y emplear esos miles de euros en limosnas para los desahuciados por Caja Madrid, en aulas de uralita para los pobres de Entrevías, en pan y quesitos para los niños inmigrantes y en latas de lechey dodotis para los bebés tercermundistas que llegan en patera? Y sin embargo tienes que apechugar con ese sacrificio terrible del cambio de trajes, de tacones, de complementos, de perfumes, de peluqueros y maquilladores, de retoques estiradores de la arruga que ya no es bella, sino un cuadro de Miró descolorido y cada vez más grande.
Hija mía, Ehpe, lo tuyo es muy fuerte. Pero no te preocupes, la gaviota y la Ehpaña cañí en su duermevela ante la tele, la Esteban, Matamoros y las peñas de arte taurino, están contigo y saben lo sacrificada que puede llegar a ser una vida generosamente dedicada al servicio del poderío. Si es que, la Ehpe, de verdad, se está ganando el cielo.

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