Vamos
a empezar hoy con dos noticias de trascendencia limitada pero de un
poder simbólico que aterra. Las dos tienen como protagonista al nuevo
eje del poder impune, las dos nos dan una pista de en qué manos
estamos.
La primera. Un periodista norteamericano ha contado que fue añadido por error a un chat de la Casa Blanca para
planificar bombardeos en Yemen. En el chat de grupo había 18 personas,
entre ellas el vicepresidente de EEUU y los máximos responsables de
Defensa, Exteriores y de espionaje. Estamos hablando de altos dirigentes
usando en su teléfono una app llamada Signal, teóricamente más segura
que Whatsapp pero igualmente prohibida en EEUU para compartir
información sensible, para charlar sobre bombardear otro país. El
periodista, de la revista The Atlantic, ha confirmado que pudo leer
información secreta.
La otra historia nos llega desde Cisjordania. El codirector del documental palestino-israelí sobre la ocupación
que ganó el Oscar hace unas semanas ha sido linchado por colonos
israelíes armados y encapuchados. Cuando la ambulancia trataba a Hamdan
Ballal de sus heridas por la paliza, un grupo de soldados del Ejército
de Israel se lo ha llevado detenido. Esto es lo que sabemos hasta ahora.
Empiezo
con estas historias pequeñas y casi personales porque las grandes
historias de la actualidad siguen encalladas. Desde ayer, una delegación
de EEUU se reúne por separado con negociadores rusos y ucranianos en Arabia Saudí, a ver si llegan a algo. Está costando.
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