jueves, 20 de marzo de 2025

Muchas gracias, una vez más, a nuestro hermano y doctor José María Manzano Callejo y a Nueva Tribuna. El cuidado de los más débiles y necesitados en las familias siempre ha sido un reto imprescindible que afrontar en nuestra especie humana. Y nunca ha sido fácil, salvo para quienes disponían de ayuda en casa para cuidar de niños y abuelos. ¿Qué hacían hace sesenta o setenta años las madres que trabajaban como sirivientas, si además tenían que cuidar a los abuelos, o sea a sus padres y madres ya ancian@s? No había servicios del estado para esa función a domicilio. Sólo quedaban los asilos de las monjas para abuel@s abandonados y pobres, como los asilos para los niños en el mismo plan, de lo que se llamaba entonces "auxilio social". Yo recuerdo que esas carencias sociales para quienes no eran absolutamente pobres ni lo suficientemente ricos como para pagar cuidadores en casa, era un problema muy duro de asumir, que normalmente se resolvía con la cooperación de vecinos y vecinas, que sencillamente, cuidaban, turnándose, como lo más natural de l@s mayores que estaban más solos y necesitados. Se les veía pasándoles platos con pescados fritos, huevos, ensaladas, legumbres, gazpacho, natillas, fruta o arroz con leche...de un piso a otro, -¡como lo más natural!,- cuando los familiares estaban trabajando. O sacándoles en silla de ruedas a pasear por las aceras y los jardines o acompañándoles al hospital. Tal vez aquello parecía tan normal en la convivencia porque unos años antes habían padecido una guerra civil terrible. El caso es que la generosidad era tan normal, que para quienes éramos pequeños o adolescentes era una forma de vida natural. Tal vez el hecho de que no hubiese televisión ni internet, ni móviles, ni redes sociales, dejaba más tiempo y espacio para ver y observar la vida a nuestro alrededor y poder descubrir lo que había y lo que hacía falta que hubiese y no había...El estrés era un concepto aún inexistente, y el cuidar un@s de otr@s, era lo más natural, aunque no fuesen de la familia. Todo era menos cómodo, pero, sí, menos tenso, más humano y más fácil de asumir en común y proximidad, como normalidad y no como problema irresoluble.

 

PSICOECOLOGÍA

La generación "sándwich", estragos en la salud por cuidar a dos generaciones

Las personas que cuidan tanto a sus hijos como a los miembros mayores de la familia, también conocidos como "cuidadores sándwich", sufren un deterioro de su salud mental y física con el tiempo.

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La investigación, publicada en Public Health, analizó datos de alrededor de 2.000 cuidadores “sándwiches” y 2.000 cuidadores “no sándwiches”, del Estudio Longitudinal de Hogares del Reino Unido entre 2009 y 2020.

Los cuidadores sándwiches hacen malabarismos con las responsabilidades de cuidar a los padres ancianos o a los parientes mayores mientras crían a los hijos dependientes (menores de 16 años). El número de personas en esta situación está aumentando debido a la mayor esperanza de vida y a que las mujeres tienen hijos más tarde.

Las personas de 30 a 49 años son las más propensas a ser cuidadores sándwiches

En el Reino Unido se estima que 1,3 millones de personas son cuidadores sándwiches.

Para reflejar este problema creciente, los investigadores querían abordar la comprensión de cómo convertirse en un cuidador sándwich afecta la salud mental y física con el tiempo.

Hicieron un seguimiento de la salud de ambos grupos durante nueve años mediante cuestionarios, centrándose en el período antes, durante y después de convertirse en cuidadores sándwiches. Luego utilizaron modelos estadísticos para predecir los cambios en la salud y compararon los dos grupos.

La edad media de los cuidadores estudiados fue de 36,8 años. Esto se debe a que las personas de 30 a 49 años son las más propensas a ser cuidadores sándwiches.

Los investigadores observaron cómo cambió la salud durante la transición al cuidado de sus familiares y probaron si estos cambios eran diferentes entre los dos grupos. También examinaron si la cantidad de horas de cuidado y el género afectaban estos cambios en la salud.

La salud mental se midió utilizando las puntuaciones del Cuestionario de Salud General (GHQ), que son la suma de las respuestas de los participantes a preguntas sobre su salud mental, como si recientemente habían tenido problemas para concentrarse o dormir o si se habían sentido bajo tensión.

Mientras tanto, un Resumen de Componentes Físicos (PCS, por sus siglas en inglés) evaluó las puntuaciones resumidas de la salud física, cubriendo varios dominios como la salud general, la movilidad, el dolor corporal y las limitaciones en las tareas cotidianas debido a problemas de salud física.

Los investigadores encontraron que los padres que se convirtieron en cuidadores sándwiches experimentaron un deterioro significativo en la salud mental, especialmente aquellos que dedicaban más de 20 horas por semana al cuidado, en comparación con los cuidadores que no lo eran. Este deterioro de la salud mental persistió durante varios años.

Además, los cuidadores intensivos (más de 20 horas semanales) vieron un deterioro en su salud física durante esta transición.

El autor principal, el Dr. Baowen Xue (UCL Epidemiology & Health Care), refiere: "Nuestro estudio destaca los importantes desafíos de salud mental y física que enfrentan los cuidadores sándwiches. Estas personas, que equilibran las demandas del cuidado de sus hijos y de sus padres ancianos, a menudo experimentan una disminución en su bienestar. Es crucial que reconozcamos y apoyemos las necesidades únicas de este grupo en crecimiento para garantizar su salud y resiliencia".

Como resultado de sus hallazgos, los investigadores ahora piden un mejor apoyo para los afectados.

El Dr. Xue añadió: "El estudio subraya la necesidad de que la sociedad reconozca y apoye los desafíos únicos a los que se enfrentan los cuidadores sándwiches. Proporcionar apoyo y recursos específicos, como el acceso a la atención de relevo y la flexibilidad en el lugar de trabajo, es crucial para ayudar a mantener su salud y bienestar, especialmente para aquellos que ofrecen cuidados intensivos".

Datos clave:

  • Impacto en la salud mental: Los cuidadores sándwich experimentan un deterioro duradero de la salud mental, especialmente con los cuidados intensivos.
  • Deterioro de la salud física: El cuidado de más de 20 horas semanales conduce al deterioro de la salud física.
  • Apoyo necesario: Los recursos específicos, como los cuidados de relevo y los lugares de trabajo flexibles, son cruciales para el bienestar de los cuidadores.

Por último, compartir esta reflexión de la madre Teresa de Calcuta: “La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino más bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos”.

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