jueves, 30 de enero de 2025

Muchas gracias, como siempre, hermano Santi Alba Rico, por materializar en el camino de la vida ese trío nominal: 1-Santidad, 2- Amanecer y 3 -Riqueza verdadera. Ahí queda ese paquete de luces, como regalo del universo🙌🙌🙌🙏🙏🙏!!!!

 

Opinión

Trumpismo: el poder de la utopía

El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, sale de la Casa Blanca en Washington.
El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, sale de la Casa Blanca en Washington.ZUMA vía Europa Press

Por Santiago Alba Rico

Filósofo, escritor y ensayista

Santiago Alba Rico

Filósofo, escritor y ensayista

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Nota del blog: 

 En efecto: no hay un poder más  distópico que el empeño de lo utópico cuando se aplica al revés. Utopía es un término griego antiguo formado por dos conceptos: el no (ou) lugar (topós) = lo que no existe. Una idea que Tomás Moro en el siglo XVI y en el Reino de Inglaterra, aplicó a la capacidad del ser humano para crear y poner en marcha lo que aún no existe. Esa capacidad para poner en vida y en marcha las ideas y los propósitos es muy estimulante y muy positiva, siempre que se emplee como motor del bien común, de la verdad, de la ética, de la humildad honesta que nos permite el auténtico conocimiento de los vínculos entre causas y efectos, y de la energía que aportan el amor universal y la igualdad sin fronteras en la especie humana. 

Mientras esos elementos básicos no sean los motores del empeño creador y sostenedor de una evolución sana, integradora y sorofraterna en este mundo, un nuevo cielo, una nueva tierra y una nueva humanidad quedarán tristemente convertidos, primero en ou/topía -no/lugar=imposible- que deriva, como una DANA despendolada, en una completita distopía=engaño, mentira deformadora, confusión manipulable. Y también ilusiones y sueños, que siempre se toman como estímulos legítimos, sin tener en cuenta de qué base instintiva, psicoemocional y racional, proceden esas ondas ilusorias, emocionales y calculadoras a tope en los planos más manipulables y de corta o nula transcendencia responsable. O sea, en lo que ahora mismo descontrola las bases más sanas y positivas de nuestra especie. 

La utopía entendida por Tomás Moro y muchos más, como el nolugar mejorable para una humanidad posible -hasta ahora teórica- mucho más sana e inteligente, es un imposible, un no lugar, una utopía. Digamos que, es lo que nuestra humanidad lleva realizando toda su historia, un verdadero fracaso como sistema repetidor hasta el agotamiento, en el que no sirve de nada estudiar la historia, de cuyas barbaridades no se aprende nada liberador, integrativo y sano, sino que milenio tras milenio sólo se acaba repitiendo el mismo programa humanoide, aunque con constantes añadidos de un ingenio finiquitante, de compraventa, cada milenio con más inventos técnicos y pseudocientíficos, puesto que el modelito de "scientia" o ciencia, en latín, va convirtiendo en distopía la primigenia utopía, que en el fondo, en realidad, sigue siendo el "lugar imposible", el "no lugar" del mismo cuento chino antropomorfo. Un agobiante y destructivo callejón sin salida. Ahí tenemos ahora mismo a un Donald Trump ejerciendo de un Agamenón, de un Alejandro Magno, de un Ciro, de Jerjes, de un Nerón, de un Julio Cesar, de un Constantino, de un Carlo Magno, de una Inquisición, de unos Reyes Católicos, en un mundo arrastrado por el mismo lodazal que Troya, Cartago, Creta, Alejandría, Mesopotamia, Macedonia, Roma, Berlín, San Petersburgo, Guernika, Austwich...huídas en masa de los países arruinados y agotados por el pastón euroyanky o chinoruso, o una DANA gestionada por el pp...que viene a ser lo mismo. 

Es lo que tiene de chungo y perecedero acostumbrarse a fantasear con las palabras y los conceptos sin haber comprendido progresivamente desde la base personal y social, el contenido semántico-vital  de lo que se piensa, se dice y se acaba realizando del revés. Precisamente, cuanto más se discurre por el derecho de las derechas y más se ignora el izquierdo de las izquierdas, un desquiciante, jaranero e inútil "que voy que vengo" para no llegar a nada más que al agotamiento y al "porahítepudras" pobretón de mala muerte...que yo sólo quiero ir a mi bola, que me paguen por ello y forrarme para seguir en las mismas, y me da igual que no haya casas para los pobres, ni trabajo pagado justamente, ni acogida para emigrantes y refugiados en peligro como en las guerras de Gaza, del Sahara o de El Congo, ni ayuda para los mendigos ni asistencia social para abueletes abandonados muriéndose en residencias olvidadas, porque si ya son viejos, ¿para qué hospitalizarlos, si total van a durar cuatro días, mientras las mascarillas son el negocio del siglo para los especuladores del aquí te pillo, aquí te destrozo si no eres impportante ni tienes ppedigrí, que ya te vale, desgraciao!"

No, por supuesto que no. Que la utopía no nos sirve para salir del atasco multimilenario, rebañado hasta el agotamiento planetario por la misma corte del mismo reino paleolítico. ¿Cómo vamos a salir del lodo o de la mierda de mariguana mafiosa terminator de esa "normalidad" si hacemos de ell@ nuestro modo de no-vida o sea de petar cada un@ por su lado mirándose el ombligo y pegad@s a su móvil pantallista del play en play y consciencia cero? 


La solución nunca vendrá del destrozo, sino de la conciencia, del alma y de la verdadera inteligencia que el conocimiento personal y social de los porqués, de los cómos, los cuántos y los dóndes, nos va revelando sin parar si los que paramos de ir a lo loco que nos cuentan, somos los que paramos, aparcamos el ego en el adiós definitivo para que sea el Yo Superior el habitante, y así ,al mismo tiempo, descubrimos la casa interna del Nosotr@s, donde nuestr@s herman@s habitan también. Nada de utópico no-lugar en esa gran sí-Topía que es el amor sin fronteras ni máscaras ni enredos devastadores que siempre acaban fatal, aunque parezca que el Imperio de la falsa topía lo controla todo. 

¿Cómo puede controlar todo y ser el colmo del triunfo, un imperio vacío de sentido, que no distingue un lugar de un nolugar, que no consigue apagar incendios si no es millonario, o que en 24 horas se ve arruinado de golpe por la misma tecnología que ha inventado en plan Nvidia, sin saber el vínculo que tienen las ondas del lenguaje y de la inspiración, y que por eso todo está conectado desde la sencillez y la fluidez de lo más profundo y sencillo del propio ser humano y que por ello dice un viejo refrán religioso que "en el pecado se lleva la penitencia"? Y no porque "dios te castiga", ni mucho menos, el castigo es un@ mism@, el autor y el receptor, siempre acaba siendo idéntico. Y mientras la cosa siga como va, y no despertemos en el abrazo divino de lo más humano, el finiquito y el finipongo seguirán siendo la única referencia post/utopía de la mediocridad y su lenguaje.

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