Un paso definitivo y magnífico de la ciencia médica hacia la supraconciencia. Es una maravilla que por fin la materia que piensa se abra científica y conscientemente a la transcendencia creadora y sostenedora de la Vida, hacia la energía del espíritu que en realidad es la que nos crea y nos da la capacidad de pensar y de atar cabos y que todo ese proceso se vaya desarrollando desde la experiencia material y cada vez más consciente de la medicina auténtica, como parte fundamental e inseparable de la Revelación. O sea, del Apocalipsis, que es lo que significa el término griego original, el paso adelante en la evolución humana en el que se nos muestra y podemos experimentar, más allá de que nos lo cuenten o no, la unidad indisoluble entre el Ser y su auto-supra-conciencia integradora e inseparable de la Esencia.
Qué descanso y qué gozo, poder compartir estas maravillas y ser testigos implicados de que la Buena Noticia es eterna e inagotable. Y que Nosotr@s somos su manifestación cuando damos el salto cuántico, de la nada al Todo. Del ego al Nosotr@s, de la confusión y el destrozo al equilibrio y la creación evolutiva de una nueva humanidad, en la que materia y espíritu son inseparables como experiencia transformadora total. El verdadero milagro que tenemos delante, que lleva milenios repartido por toda la creación y que ahora, por fin, en el planeta Tierra está superando las mitologías y los relatos proféticos del pasado, revelándose sin parar en la conciencia humana hasta elevarla al estado de supraconciencia compartida y energética, espiritual y amorosamente "contagiosa" sin necesidad de forzar ni de premiar "a los buenos" ni castigar "a los malos". El presente infinito es nuestro origen y nuestro destino.
No hay cantidad suficiente de palabras en el lenguaje humano para agradecer un regalo de esta magnitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario