martes, 14 de enero de 2025

Himno de la Alegría - Míguel Ríos - con letra

 

Hagamos un cambio de dirección, con permiso de los autores: Beethoven, Friedigh Schiller y Miguel Ríos. 

No es, precisamente, más allá de las estrellas donde tenemos que buscar la alegría, sus raíces y secuelas, sino dentro de nosotr@s mism@s, en la profundidad del silencio feliz y liberador, en la paz íntima que es nuestro nacimiento diario, consciente y a estrenar, en  ese  portal de Belén infinito donde también nace el Nosotr@s cada día, la integración de la familia humana, sin fronteras ni zanjas separadoras ni religiones/atadura.  Ya toca dar el salto y dejar de estar pegados como sellos caducados al mismo viejo y roñoso sobre de hace milenios. Hay que escribir cada día la nueva y recién nacida carta a los no-reyes, que siempre dejan el mismo regalo porque no dan para más: la necesidad de que les jubilemos, que ya están cansados de repetir siglo tras siglo, el mismo rol, hasta disfrazados de Papá Noël...

Si no somos capaces de liberarlos a ellos del mismo rollo ya multisecular , liberándonos también nosotr@s del eterno dale que dale al atasco regalador, consumista y cansino, de las mismas antinomias regalísticas, que en realidad usamos como ataduras cuando en realidad deberían ser nuestra alas liberadoras de la pasta, del consumo enloquecido, histérico, cansino  y tóxico que luego nos estrella contra suelo de la peor contaminación a todo trapo y que así, nada cambie a mejor y de verdad, pues en ese plan jamás podremos despertar realmente y cambiar nuestra naturaleza esclavizante por la capacidad de construir ese nuevo cielo y esa nueva tierra del aquí y del ahora, que están llamando a la puerta personal de nuestras pesadillas superficiales y esclavizantes, pidiendo que dejemos ya de estar en la inopia y que empecemos, de una vez,  a nacer tod@s junt@s de verdad...Sustituyendo el atracón antojadizo del ego insaciable, por el exquisito alimento del Nosotr@s verdaderamente nutritivo, alimenticio de verdad y constantemente renovador de lo esencial: la verdadera felicidad inagotable y siempre regeneradora. 

Y podemos cantar el mismo himno desde otra realidad evolutiva que está mucho más cerca: Si es que no encuentras la alegría en esta tierra, no la busques, hermano más allá de las estrellas, sino en tu corazón, en tu alma que despierta, las estrellas y el cosmos también viven en ti. Y tú vibras en él brillando en ellas. Basta con despertar  encontrando en ti mism@ el regalo constante, amoroso, responsable y fraterno de tu propia conciencia.


Religión, Fe, Cruzar, Luz, Mano                

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