sábado, 8 de octubre de 2011

Sostenibilidad? Se acabó la que se daba


El cambio de paradigma social, económico y político es más urgente cada día. Nos salvarán las ideas nuevas, la esperanza ( pero no la Aguirre!), la creatividad y el valor de los valores. Y sobre todo nuestra conciencia despierta y cooperadora en el despertar de las demás conciencias. La humanidad es un tejido universal articulado por fibras vivas y palpitantes. Pensantes. Sentientes y activas. Llenas de inteligencia.

El crecimiento perpetuo es insostenible en un mundo limitado. Estamos, es evidente, entrando en una agonía del sistema que ojalá sea irreversible, para el bien de todos y del planeta que nos sostiene. No es que los recursos se agoten por un desgaste "normal", es que el mododepredador de vida que hemos ido desarrollando es incompatible con el curso de la misma vida. Y la solución es inútil esperarla de los abanderados del mismo desastre, que necesitan a su vez -está clarísimo- despertarse y reconvertir su idea de progreso y de bienestar. Después de observar los resultados directos del 15M, no se ve otra salida mejor
que un cambio mental, anímico y de valores, tanto sociales como personales. El nacimiento de una ciudadanía real que haga posible, no sólo una democracia real, sino sobre todo, el sostenimiento de la propia vida en sí misma. No puede haber vida en una necrópolis de proyectos humanos, donde ya no hay esperanza ni ideas ni más valor que un "sálvese quién pueda", sólo para vegetar. Y creo que ahora no son sólo los políticos, ni los tecnócratas dando palos de ciego quienes tiene la responsabilidad de dar soluciones
imposibles, que tampoco ven, sino un ponerse entre todos manos a la obra. Por ejemplo, tomando la iniciativa asamblearia en los barrios se está consiguiendo parar desahucios y crear alternativas de acuerdo con los bancos, y para que nadie salga perjudicado, después de la dación en pago, que los bancos cambien el concepto " hipoteca", por el concepto alquiler razonable con derecho a compra, así se puede pagar una cantidad discreta, los pisos estarán bien cuidados por sus habitantes, el banco recibe un dinero regularmente y aunque no pueda cobrar los intereses bestiales que suele exigir, tampoco se queda con pisos ruinosos e insostenibles y que nadie querrá comprar, porque no hay disposición de compra, porque hay miedo a hipotecarse y porque esos pisos incautados no valen nada. Muchos de ellos son pequeñísimos, viejos, sin ascensor y están en barrios poco atractivos. Otra alternativa es que si el Estado se decide a inyectar dinero a los bancos, que ese dinero no sea a fondo perdido, sino que exija a la banca como depósito, la tutela de ese parque inmobiliario como garantía de devolución del crédito estatal, que los bancos recuperarán cuando tengan solvencia y paguen las ayudas prestadas. Mientras tanto el Estado será el casero que procurará que ningún ciudadano sea privado de su vivienda a cambio de un alquiler moderado, como 70, 80, 100 o 150 euros, según dimensiones y estado de la vivienda. A cambio los inquilinos la conservarán en buen estado. Y eso se inspeccionará periódicamente para que la inercia y el desinterés mutuo e irresponsable no arruinen la iniciativa. Hay que educar y educarse, comprender que "papá estado" somos todos. Y que un Estado democrático y cívico está compuesto por ciudadanos maduros capaces de hacerse cargo de sí mismos y de lo que deben administrar y usar con inteligencia y ética impecables.

Se pueden crear bolsas vecinales de empleo gestionadas por voluntariado en cada barrio, donde cada persona aporta lo que sabe hacer, cooperativas de albañilería, de carpintería y electricidad, de mecánica y reparaciones de coches, bicis y motos, aparcamientos-garaje, cuidado de ancianos, niños o enfermos, de reparación de electrodomésticos y de ropa o calzado, una atención de asesoría inmobiliaria gratuita poniendo en contacto a compradores y vendedores o a quienes necesitan alquilar viviendas, mercados de trueque donde cada uno lleva lo que ya no necesita y otro puede necesitar. Limpiezas de edificios, de ropa, cortinas y alfombras. Empresas sencillas de comidas a domicilio para ancianos y personas que necesiten dietas especiales, servicio de cesta verde en casa, talleres de reciclado y restauración de muebles y enseres diversos, una sencilla industria del regalo artesano. Se sustituye el consumismo como hobby, por el contacto humano, la conversación y el debate, charlas interesantes donde los vecinos vayan exponiendo ideas realizables, videoforum, se sustituyen las horas ante los culebrones de la tv, tragando la publicidad consumista de los mundos de Yuppy por asistir a actividades interesantes en el barrio, como grupos de tejedores a mano en los parques públicos, intercambio de recetas y cursillos de alimentación sana. También actividades como la recuperación de solares sucios y ruinosos, que los ayuntamientos no "ven", y limpiarlos, decorarlos con poemas y dibujos, y dejarlos como espacio de reunión, de debate, de cursillos de autoestima o de resolución de conflictos, de cine de verano, de conciertos...Un teléfono de consulta y asesoría para el barrio, en la misma asociación, donde se pueda preguntar lo necesario para estar informados acerca de derecho y deberes, orientación psicológica y escucha activa.
La calidad de vida, de ese modo y sin necesidad de invertir practicamente nada, mejora considerablemente, las tensiones y la desesperación se convierten en resiliencia, sobre todo al comprobar que se puede mejorar y solucionar lo imposible, partiendo de la base, de una fuerza y una energía desconocidas hasta ahora que aumenta y contagia imaginación y fertilidad mientras se pone en marcha. Sin lucha ni combate, sino con la noviolencia y el empeño. Con ideas claras y solidarias, todo es posible. Hasta transformar un manicomio en una sociedad de vecinos bien avenidos. Prósperos y cooperadores. No hay bien personal alguno que no nazca del bien común. Y no sólo es posible, sino cada vez más necesario y urgente. Podeis consultar en google el proyecto de " los pueblos en transición", que ya están funcionando en Inglaterra. Es muy interesante y da muchísimo ánimo ver la cantidad de cosas que podemos hacer si sustituimos la energía que empleamos en la queja paralizante e impotente, por la acción de la inteligencia solidaria. Ánimo! El futuro es nuestro si así lo deseamos y lo trabajamos juntos.

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