Confieso que la reacción general ante la muerte de Joseph Ratizinger, no por ser él mismo, sino por haber ocupado durante unos años el máximo cargo de una religión imperial, el trono papal, y luego haber dimitido del encargo por incapacidad para la gestión, no acabo de encajarla. Es como una demostración del poder que tiene la comida de tarro generalizada.
Todos los días del año mueren en el mundo abuelitos nonagenarios y hasta centenarios, muchos de ellos, sufriendo abandono, enfermedades, discapacidades, en residencias inhumanas, que hasta en plena pandemia los olvidan para atender a los jóvenes trabajadores que salen más baratos de sostener y de explotar laboralmente. Y nadie se compadece, ni da el pésame mundial por esas barbaridades...
¿Cuánto les cuesta a los católicos paganinis mantener el Vaticano en pie, pagar viajes a tutiplén y servicios como mantener dos papas a la vez con todo lo que eso significa? ¿Por qué un servidor del evangelio, cuando decide retirarse de sus funciones, por la edad, no regresa a su vida habitual y vive normalmente y sin excepcionalidades, en una residencia para curas jubilados, por ejemplo, como uno más? ¿No será que con tanta teología de por medio se pierde la noción de la propia humanidad y de la del prójimo, y hasta las referencias de que como dice Jesús, "los últimos son los primeros y viceversa, en el reino de los cielos"? No puedo imaginar a Jesús de Nazareth haciendo el papelón de Ratzinger. Sí puedo aceptar que le acoja y le perdone, al otro lado de la muerte, desde la compasión y el amor infinito, siempre que el papa emérito se arrepienta de sus historias y permita que ese amor actúe en él, claro...Allá él y sus decisiones.
No quiero juzgar nada ni a nadie, por eso, tampoco divinizo a nadie ni lo considero por encima de los demás. Por eso tampoco encuentro razones para el espectáculo terminal de personajes que, precisamente son elevados a los más altos rangos de un mundo y un sistema que están en las antípodas del evangelio. Con el Apocalipsis actualizado un poco más a mano de la conciencia que del religionismo, es posible que todo este cacao se entienda mucho mejor, superando el lenguaje simbólico de la temporalidad y desde la escucha interna, que como avisaba un profeta menor en el Antiguo Testamento: "Llegará un tiempo en que nadie tendrá que decirle a nadie donde está Dios, porque Yo (Dios) ya viviré en sus corazones y ellos me reconocerán".
Y ese es el sentido del Apocalipsis, no una hecatombe mundial, sino, literalmente en griego original, una Revelación. Para, que como Juan afirma, quien tenga inteligencia lo comprenda. Y vea lo que significa cambiar el animalismo primario y demoledor cuando no evoluciona, del 666, por su vuelta del revés 999. 6+6+6= 18 (8+1=9) o sea, 9+9+9=27 (2+7=9) El número con que acaba la serie del individualismo egocéntrico para entrar en el periodo de las dos cifras, a partir del 10, la humanidad desde ahí se abre a un crecimiento inimaginable de naturaleza cósmica que se multiplica con cada cifra añadida de diez en diez, hasta la cuántica del infinito...No solo en modo material, sino superando la materia para ser luz inteligente, como Pitágoras, Einstein, Tesla o Max Plank, descubrieron e intuyeron.
Tal vez la teología sea un camino mucho más abierto y menos oscuro de lo que las religiones controlan. Y, por eso, como lo más natural Jesús ya lo advierte en las Bienaventuranzas, unas pistas mucho más cerca de la vida y de la resurrección impensable para los sátrapas de la controlitis, que de la muerte, mucho más esencia de Aleluya y bendición, que de Requiem, alabanzas vacuas y pésames adjuntos.
Es decir, Joseph, hermano, que la luz sea contigo en este último viaje, y puedas despertar entrando en casa, la del Hijo Pródigo, donde Padre/Madre nunca se cansa de esperar a los hijos más perdidos y despistados, que solemos ser todos y todas...sin excepciones ni "elegidos" ni superchachis...Ains! Lo más hermoso y feliz a lo que podemos aspirar. Así que menos fanfarria mortuoria y más integración completa en el Todo Infinito y tan al alcance, que Somos aunque a veces haya que morirse para descubrirlo...eso depende de cada uno de nosotros. Para eso está la libertad de elegir...Fíjate!
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