martes, 24 de enero de 2023

 

TRIBUNA DE OPINIÓN

Contra Sánchez

He leído con asombro el Manifiesto que, firmado por 225 personalidades, está dirigido “a la sociedad española ante el desafío constitucional”. No por casualidad el manifiesto se hace público en vísperas de la manifestación convocada por las derechas, en la Plaza de Cibeles, bajo el lema de “Por España, la Democracia y la Constitución”.

A juzgar por la asistencia, poca es la gente que ve en peligro a la nación española, a la democracia, o a la Constitución. Tampoco los líderes actuales del PP, dicho sea de paso, que han antepuesto la táctica electoral de no aparecer junto con Vox en la misma foto a la defensa de la mismísima Nación Española. En realidad, la manifestación no iba de defender a la Nación sino de atacar al gobierno y, en particular, a Sánchez, a quien se le puso de vuelta y media. Nada nuevo si recordamos campañas electorales anteriores, en particular las campañas durante el mandato de Felipe González, a quien, además de echarle, la derecha intentó mandarlo a prisión.

La manifestación de Cibeles parece el inicio de la campaña electoral de la extrema derecha, que, a juzgar por las encuestas, no pasa por su mejor momento. El Manifiesto en cuestión me parece el argumentario en que se sustenta el discurso de Vox. Lo que resulta sorprendente es haber reunido a 225 firmantes de ese panfleto, donde hay perfiles y trayectorias muy distintas, que nada tienen en común entre sí (salvo estar contra Sánchez) ni tampoco con la extrema derecha. Estar contra Sánchez es algo legítimo, claro está. Lo que no lo es tanto es suministrar el basamento de la teoría conspiratoria que tan agudamente ha descubierto Isabel Díaz Ayuso y otros sesudos pensadores, según el cual Sánchez tiene un plan oculto para destruir la nación española, la Monarquía y creo que hasta al mismísimo pueblo español. Teniendo en cuenta que en EE UU los conspiranoicos acusan a los demócratas de estar regidos por una partida de pederastas adoradores del diablo, nuestros conspiranoicos me parecen hasta moderados y simpáticos.

El gran problema y el gran prejuicio que se hace a la democracia a la que se dice defender es emponzoñar el debate político, haciendo afirmaciones falsas, extendiendo exageraciones y disparates que nos alejan de cualquier dialogo medianamente serio. Lo que sigue es el intento de contestar a algunas de las afirmaciones más destacadas que se exponen en el mencionado manifiesto. La principal de ellas es que el PSOE actual, el PSOE de Sánchez, ha dejado de ser un partido constitucionalista.

Literalmente se lee que se ha quebrado “el proyecto histórico del PSOE, comprometido con el cumplimiento de la letra y el espíritu de la Constitución”. A la misma conclusión se llega al final del Manifiesto cuando se llama “al PP y al resto de fuerzas constitucionalistas que integran la oposición”. Es decir, según los autores del Manifiesto PP, Vox y Ciudadanos son los partidos constitucionalistas que existen en España. Si así fuera, yo también estaría preocupado por el porvenir de la democracia y por la pervivencia de nuestra Constitución.

Justifican tan gruesa afirmación con un argumento tramposo: si pactas con otro partido cambia tu naturaleza. Ante una coalición o un pacto la cuestión que se debería analizar es el contenido del pacto y si ese contenido cambia o no tu naturaleza. Como algunos de los firmantes del Manifiesto saben muy bien, en 1979 el PSOE firmó con el PCE un pacto para gobernar conjuntamente los municipios españoles. Este pacto no parece que cambiara el proyecto histórico del PSOE. Antes al contrario, el proyecto histórico del PSOE se benefició enormemente con ese pacto. Y, dicho sea de paso, el pacto municipal del 79 ayudó mucho a consolidar la democracia.

Podemos ha dicho claramente que no quiere la Constitución del 78 y aspira a abrir un proceso constituyente para elaborar otra Constitución. A mí siempre me ha parecido eso un rasgo de infantilismo que solo sirve para dar armas de propaganda a la derecha. Ahora bien; el pacto de gobierno entre el PSOE y UP no recoge ningún elemento contrario a la Constitución, ni, por supuesto, recoge el compromiso de abrir un proceso constituyente. Es más, a lo largo de esta azarosa legislatura ha desaparecido del debate público la hipótesis de una reforma constitucional, algo que durante la anterior ocupó buena parte del debate público. Hasta de los discursos de UP ha desaparecido la idea de abrir un proceso constituyente.

Es sabido que Podemos e IU se han pronunciado una y otra vez en contra de la Monarquía. Pero el pacto de Gobierno PSOE-UP no recoge ninguna cláusula que la ponga en cuestión. Si somos serios, los peligros para el futuro de la Monarquía vienen, principalmente, del Emérito y de sus andanzas. El Gobierno, por el contrario, ha sostenido la institución monárquica defendiendo a capa y espada a la Casa Real actual y procurando minimizar el daño causado por las aventuras del Rey Juan Carlos. La conclusión es que el Gobierno de Coalición no ha cambiado la naturaleza del PSOE tampoco en este aspecto.

Y lo mismo se puede decir respecto de la crisis catalana. Sabido es que ERC quiere un referéndum de autodeterminación para Cataluña. Pero ninguno de los acuerdos a los que el Gobierno ha llegado incluyen el compromiso de la celebración del mencionado referéndum. Al día de hoy, y tras innumerables negociaciones con ERC y algunos acuerdos, el PSOE no ha cambiado de posición respecto de la unidad de España o de la autodeterminación de Cataluña. Una cosa es pactar con los secesionistas sobre asuntos concretos y otra pactar la secesión. Por lo demás, la política del Gobierno en relación al conflicto catalán parece que muestra algunos resultados positivos.

Pocas dudas caben de que el conflicto territorial ha amainado y que la unidad de España está hoy mejor que hace cuatro años y eso precisamente se debe a las políticas aplicadas que incluyen los indultos y los cambios legislativos recientes. Por cierto que es falso de toda falsedad la “impunidad otorgada a los responsables de los hechos sediciosos”. Hay penas para los sediciosos, claro está. Otra cosa es el grado de esas penas sobre lo que cabe opinar. Yo opino que el aumento de las penas no ha disuadido a nadie de cometer un delito. Dicho de otro modo, la secesión no se combate con más penas, sino con diálogo, negociación e inteligencia.

Totalmente gratuito y falaz es hablar del vaciamiento de los principios y las reglas constitucionales a raíz de las pretendidas reformas de las Leyes del TC y del CGPJ. Es sencillamente un despropósito decir que eso conduce a una democracia iliberal o, simplemente, de vuelta a la dictadura.

Finalmente, a los autores del panfleto se les ve plumero cuando afirman que “no detectan en la derecha española energía, propuestas ni discurso adecuados para resolver la actual situación”. Se refieren claro está al PP. Podrían haber rematado la frase con aquello de que el PP es la “derechita cobarde”. Total que si el PSOE ha dejado de ser constitucionalista, los nacionalistas son enemigos de la patria y el PP carece de energía, discurso y propuestas, no queda otra opción que votar a Vox. ¿No es así?

Si miramos lo que ha pasado desde la gran crisis de 2008, los hechos demuestran que el peligro para la democracia viene de la extrema derecha; que las “democracias iliberales” se instalan de la mano de partidos de extrema derecha. Que la guerra ha vuelto a Europa por decisión de un nacionalismo reaccionario. Que en Alemania, los servicios de inteligencia acaban de desarticular una conspiración de la extrema derecha. Estos son hechos que llevan a pensar que, en general, el peligro para la democracia viene de la extrema derecha. Un punto de vista que se sitúa en las antípodas del Manifiesto mencionado.


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Comentario del blogg


He encontrado en Nueva Tribuna este artículo acerca del acoso ultraderechista que padecemos en España cada vez más agudizado, y no solo aquí, también en toda la sociedad global. Por ejemplo, la guerra en Ucrania es fruto de esa situación, como la estupidez del independentismo catalán insultando a Junqueras porque acudía invitado a un encuentro con Pedro Sánchez y Macron en la Cumbre Hispano Francesa al que el president actual de la Generalitat solo fue para saludar y marcharse, un paripé de lo más infantilón. Como si fuese Feijóo o cualquier felpudo de la ultraderecha. 

Creo que este estado de cosas se debe al miedo de la misma derecha de siempre. Le tienen pánico a aprender a debatir porque eso significaría reconocer que no saben hacerlo por falta de costumbre y de formación política adecuada que se solo se apaña con mayorías absolutas o no hay tutía, aunque haya que pensar soluciones nuevas porque lo viejuno ha caducado, les guste o no. Cuando lo viejo se hace jirones ya no es posible reutilizarlo por mucho que se zurza, la misma aguja al coserlo, agranda los agujeros que inútilmente se quieren recoser y es peor el remedio que la enfermedad.

 El mundo entero necesita un cambio de bases y está claro que el mismo sistema que lo ha destrozado no puede ni podrá jamas solucionar lo que el mismo percal ha provocado. Es cierto que nuestra Constitución no está a la altura democrática que necesitamos, que es heredera de una dictadura, que España aun no ha podido elegir el modelo de Estado que le vino impuesto por la herencia dictatorial que aun late y berrea desde esa derecha incapaz de despertar y evolucionar, de aprender a cooperar y dejar de dar coces inútiles en el establo de las inercias heredadas, como las monarquías, obviamente. 

Pero¿es ahora el momento de montar pollos internos tal y como está el patio del Ejecutivo compartido entre las opciones más democráticas del Estado en coalición múltiple, como requiere el Bien Común en esta situación? ¿Es normal que en medio de un naufragio los marineros del barco estatal se peleen por el control del cuaderno de bitácora del capitán del barco? Eso deberían entendelo el Poder Legislativo y los miembros podemitas del Ejecutivo y dejar de meter la pata hasta cuando intentan poner en pie la Ley del sí es es sí dejando sueltos como residuos a peligroso delincuentes  maltratadores sueltos, seguramente porque no se ha estudiado el asunto con profundidad y más visión. 

La mayoría del pueblo español se siente ajeno a una Constitución que se le impuso para instalar una monarquía heredera descaradísima de una dictadura, al grito de : o nosotros o el caos. Hemos aguantado más de cuarenta años en este plan, queremos decidir en las urnas el modelo de Estado que necesitamos y queremos, pero en una situación como la actual no es una prioridad; las necesidades sociales básicas son la mayor urgencia y también serán la prueba del nueve para el Gobierno de coalición, del que Podemos puede salir muy malparado si no controla sus brotes de irrealidad e IU puede pagar la factura de ese desatino. 

Por otro lado el PSOE no debe olvidar jamás que ser socialistas y demócratas no es compatible con ser monárquicos por imposición durante más de cuatro décadas, en un Estado "demócrata" en teoría. Puesto que a esa monarquía nunca la ha elegido propiamente el pueblo en las urnas, sino que ha sido "colada" por los de siempre, en la Consti  manipulada como excusa natural e irremediable, según ellos,claro. 

El dilema presente está en que la Constitución no da la talla pero los sastres y modistas que la visten, no hacen nada por acoplar el traje institucional a la talla que le corresponde. ¿Sobran kilos y faltan metros o sobran metros y faltan kilos o, tal vez, sobran coronas y faltan votos o falta democracia y sobran coronas? En cuanto pase esta pesadilla ultrahistérica, el Congreso, el Ejecutivo, y también el Jefe del Estado, si de verdad tiene altura y responsabilidad decente, deberían convocar ese referéndum que nos deben y al parecer temen pagarnos. 

Hay una España republicana y realmente socialista aunque se sienta confusa  a veces en plan González, Guerra, Bono, Zapatero, Susana Díaz, Soraya Rodríguez, Page o Lambán, que lleva ochenta y cuatro años amordazada y eso es incomprensible en una verdadera democracia. Puro machismo político e insensibilidad civil por no molestar a los poderes de siempre; ay,  todo se pega menos la hermosura, la inteligencia y la Ética. A base de adaptarse a lo que hay para molestar lo menos posible y no perder demasiados votos por ser demasiado  radicales se pierde el sentido real de lo que se pretendía cuando se emprendió el camino. Por eso el pp está como está y Vox ha llegado a donde nunca habría llegado en una verdadera democracia, gracias, por supuesto,  al pp ejerciendo impolíticamente como hado ppadrino y súpermaestro de ceremonias cortijeras.

Como decía Unamuno, lo importante no es vencer, es convencer y solo se convence con el Bien Común por delante y los sambenitos del pparippé en la ppappelera moral. El PSOE debería tenerlo en cuenta para no llevarse sorpresas de última hora y dejar una vez más, la democracia hecha una pena. Ainsss


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