martes, 26 de abril de 2022

Lo que posiblemente ignoran las empresas ciberespías es que cuanta más basura acumulan en su afán de hacerse millonarias fomentando y explotando lo peor de nuestra especie, menos tiempo le dejan al Planeta para recuperarse del atraco energético a que lo están sometiendo constantemente una gran mayoría de sus habitantes, mucho más por ignorancia , comodidad y locura que por lo que llamamos "maldad" . Todo el mal que generamos acabará con todo, también con sus promotores, que no son cósmica ni cuántica ni biológica ni humanamente sostenibles, por fortuna todo el pack tiene fecha de caducidad, que para remate ponen y aceleran los mismos que mandan y obedecen sin más: los fans empíricos de la Bestia del Apocalipsis. Gracias Pablo y gracias Público por alertar de la que se está liando. Ahora es urgente implementar y compartir medidas adecuadas para corregir el rumbo del disparate y evitar que esa hecatombe prospere, seduzca y manipule tanto a los Estados como a la sociedad, imponiendo sus "avances" a la fuerza, a base de hacer millonarios a cuatro gatos mentras se arruina al resto de la población, manejando trampas, mentiras, negocios turbios, guerras, peligros nucleares y fango de todo tipo a tutiplén. Esperemos que la conciencia se haga con el timón del Titanic de la falsa ciencia esclava de un poder mecánico ciego e irresponsable, narcisista y desalmado, y que el amor fraterno, la compasión y el equilibrio de la paz -las únicas herramientas que pueden salvar al Planeta y a la humanidad de un final demoledor más que evidente- descongelen ese iceberg letal , a base de ética e inteligencia para construir junt@s ese bien común imprescindible que impida el hundimiento final. Esta vez el Arca de Noé no es material, sino espiritual, conductual, psicoemocional, categóricamente ética y energética, esparcida y sembrada en grupos humanos responsables y universales, actuando directamente mediante proyectos e iniciativas, e indirectamente -mediante el poder del pensamiento y la voluntad desde la luz y el equilibrio- sobre materia y energías enloquecidas, hasta convertir en camino cada obstáculo, en aprendizaje cada fallo y en acierto la gestión más sana y eficaz de cada error. Por eso es imprescindible conectar y sincronizarse desde parámetros nuevos, tomando conciencia del wfi universal que Somos. Todo lo fundamental lo llevamos dentro, como el motor infinito que nos activa y nos despierta. No estamos sol@s jamás, pero depende de nosotr@s descubrirlo, reconocerlo o ignorarlo. Solo despertando se descubre que en realidad "La Vida es Sueño", como muy bien lo definió Calderón de la Barca, y antes Buda, Lao Tse, Jesús de Nazaret, Aristóteles, Hildegard Von Bingen, Francesco d'Assisi, Ibn Arabi, Rumi, y luego Gandhi, Mandela, Desmond Tutu, Damian de Veuster, Martin Luter King, Baruc Spinoza, etc, etc...No, no es imaginación ni literatura, es Realidad y posibilidades infinitas "Nel mezzo del camin di nostra vita, mi ritrovai per una selva oscura, ché la diritta via era smarrita..." afirmó Dante Alighieri al descubrir el mismo tinglado. Pistas haylas por todas partes. Lo fundamental es no resignarse a "lo que hay", escrabar dentro, buscarlas y reconocerlas, porque una vez halladas se activan y manifiestan también fuera, en lo que nos rodea y nos sucede, en el despertar y dar el giro kopernicano a nuestra existencia de títeres con cabeza pero descerebrados y a disposición de lo peor de nuestra especie, o sea, nosotr@s mism@s cuando en nuestra ceguera nos encerramos en nuestras miserias como único recurso y no nos arriesgamos a dar el salto cualitativo, perdid@s y atad@s solo a la cantidad que se mide se pesa y se cuenta, y por ello, desconociendo el verdadero valor y significado de nuestra propia existencia, desconectada de la auténtica Vida para vegetar como máquinas programadas en su deshumanización de intreses y egoísmos, en vez de expandirnos y disfrutar creciendo como seres plenamente humanos, o sea, también divinos.

                                     Catalangate

La carrera por el ciberespionaje va mucho más lejos que el escándalo de Pegasus

El ciberespionaje con Pegasus y la intervención de las comunicaciones a más de 65 políticos, abogados y activistas independentistas catalanes pone sobre la mesa un turbio mercado obviamente secreto y del que sólo  tenemos noticia gracias a los informadores y a las filtraciones del sistema.


Cibervigilancia.


Cibervigilancia. Philipp Katzenberger / Unsplash

Desde hace años sabemos que no estamos a salvo de la cibervigilancia. El escándalo del llamado 'Catalangate' no hace sino confirmar por enésima vez que existe un espacio en el que gobiernos, grupos e individuos son capaces de interceptar nuestro 'yo digital' más íntimo. Si bien determinados productos se diseñan para el uso 'exclusivo' de los estados, el descontrol es tal que con cierta periodicidad nos enfrentamos a escándalos que minan la confianza en el sistema político, económico y social. Llegados a este punto, sólo la transparencia puede salvarnos.

Pegasus ha saltado a los titulares por la infección en los dispositivos de más de 65 políticos, activistas y abogados relacionados con el proceso soberanista catalán. Si bien hemos explicado qué es Pegasus, cómo se ha utilizado y de dónde proviene -la compañía israelí NSC Group-, el discurso oficial siempre es el mismo: sólo se venden a gobiernos. España adquirió ese sistema durante el Gobierno de Mariano Rajoy para el CNI, según confirmaba hace unas horas el portavoz del Partido Popular, Juan Bravo. Todo lo demás es secreto.

Incluso EEUU, que desde hace poco menos de un año mantiene un veto sobre los productos de NSC, reconoce que sus servicios secretos lo han utilizado. El hecho de que este tipo de programas se han vendido a países de dudosa calidad democrática, unido al hecho de que el propio Pegasus estuvo a la venta en la dark web debido a un ex empleado cabreado, hacen que surjan nuevas cuestiones.

¿Cómo es ese mercado de programas para vigilar la vida digital de los ciudadanos? ¿Quién controla el uso que se le dan? En una investigación exhaustiva publicada en el New York Times el pasado mes de enero, se muestra cómo la diplomacia israelí estuvo durante la pasada década promocionando el propio programa Pegasus en todo el mundo.

No obstante, ese mismo reportaje demuestra también cómo EEUU trata de adelantar a Israel y romper el cuasi monopolio de las empresas israelíes en este campo.

Mientras, desde hace años sabemos que otros países cuentan con empresas que se dedican precisamente a vender software y servicios de espionaje. Italia ha estado exportando abiertamente los productos de la empresa Hacking Team; la empresa angloalemana Gamma Group es una de las firmas lideres en el desarrollo y venta de virus informáticos y programas de espionaje para gobiernos y policías como el infame FinFisher; Francia contó en su momento al menos con Babar, descubierto por el contraespionaje canadiense y alertado por Edward Snowden en 2015; el mismo informador que demostró, en 2013, la actividad de cibervigilancia mundial de los llamados "cinco ojos"; incluso España pudo haber desarrollado un gusano espía llamado Careto.

Israel hasta ahora ha sido una especie de superpotencia en el campo de la cibervigilancia, pero parece que el testigo lo está recogiendo EEUU, que es precisamente lo que denuncia la investigación del New York Times. Naturalmente, China y Rusia también están en cabeza en cuanto a fabricación y 'ciberarmas', tal y como coinciden en afirmar varios estudios e índices tales como los del Belfer Center de Harvard, los del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) o los del Instituto Potomac, citados en un reciente reportaje de El País.

En cualquier caso, sobre el detalle y alcance del ciberespionaje mundial entre países (una actividad que es lógicamente secreta) sólo podemos saber gracias a las filtraciones a las que tienen acceso grupos de informadores y alertadores, quienes de momento no cuentan en España con una protección legal adecuada mientras siga parada en el Congreso la transposición de la directiva europea correspondiente.

¿Quién vigila a los vigilantes?

El uso de herramientas de vigilancia tiene una larga tradición en España, que cuenta con un sistema propio de interceptación y registro de comunicaciones llamado SITEL, cuyo uso está en teoría muy tasado: Policía Nacional, la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera lo pueden utilizar previa autorización judicial, y las garantías, autenticidad e integridad de las pruebas obtenidas de este modo se fijaron en virtud de la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 2015.

Caso aparte son las actuaciones del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que cuenta con una normativa específica para el caso en el que sus actuaciones comprometan la inviolabilidad del domicilio y al secreto de las comunicaciones: la Ley Orgánica 2/2002, de 6 de mayo, reguladora del control judicial previo del Centro Nacional de Inteligencia.

Así, el órgano de la inteligencia del Gobierno siempre ha de pedir autorización judicial previa para realizar escuchas, al menos 24 antes en los casos más urgentes. Y la petición ha de estar justificadas, ser concretas y tener una duración especifica. Para estos casos, hay un magistrado del Tribunal Supremo designado específicamente para ello: hasta ahora ha sido Pablo María Lucas Murillo de la Cueva, que ejerce ininterrumpidamente el cargo desde 2009 tras haber sido sido reelegido por el CGPJ en dos ocasiones.

Desde hace tiempo se ha sabido que el CNI cuenta con herramientas específicas para la escucha y grabación de contenidos digitales. ¿Es posible confirmar este extremo? No, al menos de forma oficial, ya que por definición toda actividad del CNI es considerada secreta.

El control sobre estas actividades proviene del mismo Gobierno, que establece los objetivos a los que debe dedicar sus esfuerzos. Orgánicamente, el CNI depende del Ministerio de Defensa, ahora en manos de Margarita Robles.

Asimismo, el CNI informa al Congreso de los Diputados, a través de la comisión que controla los créditos destinados a gastos reservados (la famosa "comisión de secretos oficiales"), la información apropiada sobre su funcionamiento y sus actividades.

Por ultimo, la Ley de Presupuestos Generales del Estado establece las partidas de gastos reservados, entre ellas la de los fondos presupuestados para el CNI. De manera interna, el CNI cuenta con un interventor delegado de la Intervención General de la Administración del Estado que lleva a cabo un control financiero permanente; y en última instancia, las cuentas auditadas y aprobadas por él se remiten al Tribunal de Cuentas.

Hoy sabemos que la comisión de secretos del Congreso va a ser convocada (por primera vez en esta legislatura) mientras crecen las tensiones entre partidos políticos que tratan de vetarse entre ellos: sin acuerdos será difícil esclarecer qué ha pasado en realidad en el 'Catalangate'.

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