Arriba y abajo
Las noticias de esta semana ponen negro sobre blanco las diferencias entre los de arriba y los de abajo, los ricos privilegiados y el pueblo llano. Miles de millonarios de todo el mundo salen en los papeles de Pandora por tener sociedades opacas en paraísos fiscales, entre ellos cientos de millonarios españoles, entre los que están los muy patriotas y mucho liberales Miguel Bosé, Vargas Llosa o Pep Guardiola. Patriotas de lo suyo, nacionalistas del bolsillo. No falla, cuanto más enarbolan una bandera, más alto cantan Andorra, Suiza, Panamá, patrias queridas.
Los papeles también salpican al rey emérito, que aparece como uno de los beneficiarios de un fondo de su ex, Corinna Larsen. Hoy sabemos que la Fiscalía prevé cerrar las pesquisas contra él sin denunciarle, porque era inviolable, los delitos han prescrito o regularizó su situación. Tres argumentos falaces: el rey no es inviolable para delinquir, hay delitos que no han prescrito y su regularización no le exime de los tribunales porque la hizo a instancias del chivatazo de la Fiscalía que ahora le deja volar. Tres años de investigaciones que pagamos los súbditos. Una maniobra de distracción para cubrir la desnudez del rey con un manto de aparente justicia. Ni la Justicia es igual para todos ni Hacienda somos todos.
Esta semana también se ha publicado un estudio de la Agencia Tributaria que revela que 20 de las multinacionales españolas pagan una media de menos del 2% del Impuesto de Sociedades y que las grandes empresas pagan un 6% de media frente al 15% de las pequeñas y medianas. También ha salido el informe anual de Cáritas según el cual 6 millones de personas están en exclusión social severa (2 millones más que antes de la pandemia) y el Ingreso Mínimo Vital solo llega al 18% de los solicitantes. Los que más tienen se escaquean con la ayuda del sistema que falla a los que menos tienen.
Y mientras hay gente que no tiene ni para la luz y a usted le crujen con la factura, Iberdrola ficha por 500.000 euros anuales a Antonio Miguel Carmona, ex concejal del PSOE, oportunista profesional y tertuliano favorito de la derecha, para que limpie la imagen pública de la compañía. En lugar de bajar la factura, se gastan medio millón de euros en pagar a un charlatán para vender la moto. El nombramiento es otro ataque de la eléctrica contra el Gobierno, en la guerra tarifaria de la que somos los daños colaterales. Todo forma parte de lo mismo: un sistema de privilegiados que viven a costa de la mayoría y de las prebendas que les permiten acaparar la riqueza.
Un sistema que hace que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres, más pobres. Que haya gente sin casa y casas sin gente. La coalición ha llegado a un acuerdo para una ley de vivienda que contempla limitar los precios a los grandes tenedores y castigarles por tener pisos vacíos, incentivar al pequeño propietario que alquile barato y prohibir a las administraciones públicas vender vivienda social a los fondos. La propuesta se queda muy corta porque da muchas oportunidades para escapar a las restricciones pero aún así el PP ya ha anunciado que la recurrirá y la desobedecerá. La derecha, el partido de los de arriba. La patronal también ha puesto el grito en el cielo. No ha salido de ellos ni una medida ni una denuncia contra la especulación, pero se oponen al primer intento de ayudar al ciudadano. El mercado es inviolable y puede violarte como el rey.
Somos los sirvientes de la serie Arriba y abajo, los que sostenemos la casa, los que pagamos los impuestos para que haya país, para rescatar a los más perjudicados, para redistribuir la riqueza y acabar con la desigualdad. Pero es en vano. En el piso superior, los señores suben los precios, reducen los sueldos y extraen el petróleo del suelo hasta dejarlo seco, porque todo lo que sube baja vacío como las tazas del té que la servidumbre les lleva cada día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario